SIETE DIAS DE POLITICA

Prueba decisiva para Milei y para el plan de estabilidad

Presiones sobre el dólar, operaciones mediáticas, denuncias de corrupción, rebelión parlamentaria y piedrazos contra el jefe del Estado antecedieron a una elección clave para el futuro económico.

La elección de este domingo en la provincia de Buenos Aires tiene dos características. Una, no se trata de una elección legislativa, sino de un plebiscito sobre la gestión del Gobierno nacional en el territorio que le resulta más hostil. Dos, el oficialismo enfrenta no sólo al peronismo, sino a una coalición de intereses corporativos conformada por la casi totalidad de la dirigencia política, sindical, periodística y empresaria.

El intento de un cambio de régimen no es neutro. Por eso derivó en un amplio rechazo de los factores de poder y en el fomento de un clima de inquietud y desaliento. En el último tramo de la campaña no hubo una confrontación de propuestas, sino un escándalo constante y ensordecedor en los medios sobre turbias denuncias de corrupción (ver “¿Quién estuvo detrás?”).

El Gobierno fracasó ante ese ataque. Primero enmudeció, lo que llevó a una intensificación de la campaña, y cuando recurrió a la Justicia y obtuvo la prohibición de difusión de los audios, no le fue mejor. Lo acusaron de atentar contra la libertad de prensa y el juez que firmó la cautelar para que cesara la campaña de los audios fue lapidado. La Coalición Cívica, que suele indignarse republicanamente ante las presiones de los políticos sobre la Justicia, pidió su juicio político.

La ofensiva en el frente económico se caracterizó por una presión cambiaria a la que el Gobierno respondió mejor. Primero, con un aumento de encajes y, después, con la advertencia de que el Central intervendría para calmar el dólar. Y lo calmó. Pero como era previsible los medios redoblaron los pronósticos agoreros.

El forcejeo con los banqueros obedeció en gran medida a la incertidumbre sobre el resultado electoral y su impacto sobre el programa económico.

Todos querían ponerse a cubierto de un eventual triunfo peronista. La incertidumbre sobre el futuro político deterioró el presente económico, agregando, a su vez, más incertidumbre sobre el futuro político. El proverbial círculo vicioso y la posibilidad de una nefasta profecía autocumplida. Puesto en otros términos, no importa lo que las pizarras decían el viernes, sino lo que el escrutinio diga hoy por la noche.

El cálculo que hacen entidades financieras de primera línea es que la cotización del dólar y el nivel de las tasas podrán volver a su situación anterior si el Gobierno gana la provincia o pierde por un margen estrecho. Una diferencia de diez o más puntos detonaría los mercados.

De todas maneras, el sector empresario no es homogéneo. Hay quienes perdieron con el cambio de régimen económico y quienes muestran resultados positivos. El negocio de prestarle al Estado se redujo y prestarle a los privados parece menos rentable. Las alimentarias que remarcaban con la inflación, ya no pueden hacerlo con tanta facilidad y algunos grupos han tenido pérdidas de magnitud en el primer semestre. Los que durante décadas cazaron en el zoológico no forman parte del club de admiradores del Gobierno.

Por su parte, la campaña política “formal” también se vio alterada por presiones, pero de otro tipo. El Presidente tuvo que hacer el último acto en un lugar cerrado por las agresiones del peronismo gobernante en la provincia que, por su parte, hizo una campaña de bajísimo perfil. En ese plano, fue providencial para Cristina Kirchner la condena que le impidió ser candidata y la confinó en su domicilio. Su presencia en el conurbano hubiese resultado una ayuda inapreciable para Milei.

Si algo demostraron las elecciones provinciales realizadas este año es que a LLA le va bien cuando compite contra el kirchnerismo y mal cuando lo hace con otras fuerzas, por ejemplo, el radicalismo. Lo ocurrido el domingo pasado en Corrientes fue una prueba más de esa tendencia. También lo ocurrido anteriormente en Santa Fe.

En cuanto a los actos, en Moreno -como antes en Lomas de Zamora- hubo ataques y cascotazos que son una marca registrada del kirchnerismo y que ningún repúblico de la oposición o de los medios repudió.

En Moreno, Milei admitió que LLA estaba en un “empate técnico” con las listas del peronismo, omitiendo sugestivamente cualquier afirmación triunfalista. También exhortó a los bonaerenses a ir a votar, lo que confirmó que los que inclinarán el resultado serán los votantes independientes. Los mismos que lo llevaron a la presidencia y que, según algunas encuestas, han sentido el impacto del plan de ajuste. En sus manos está el futuro del Gobierno y del plan de estabilidad.

Por último, el hostigamiento opositor a Milei en el Congreso obedeció menos a causas electorales que a una lucha por las cajas de la política que se potenciará con el debate del presupuesto. Por eso la rebelión legislativa se prolongará más allá de las elecciones hasta la renovación de las cámaras.