Prohibir es un verbo transitivo, admite varios sinónimos en su acepción: regular, impedir, negar, denegar, vedar, preceptuar, imposibilitar, privar, imponer, restringir, suprimir, limitar, anular.
Prohibido prohibir, constituyo el slogan francés de mayo del 68.
Una especie de fiesta o delirio prohibicionista, se ha apoderado de nuestro país, sus ciudadanos anestesiados, inmovilizados, obedecen influenciados por el soma de su relato, duermen en un sueño, se encierran, en un sueño mezclado de cepos y sapos, y medias verdades.
¿Hasta qué punto puede un Estado restringir legítimamente las libertades de sus ciudadanos para servir al bien común?
¿En qué medida el estado, en nombre del bienestar público, puede reducir, erosionar, derechos fundamentales?
La lista de por sí, ya es larga y se incrementa día a día.
El estado argentino, restringió y restringe el dictado de clases en las escuelas.
Las medidas fueron dictadas sin ningún análisis técnico, o dictadas al contrario de las evidencias.
De rodillas y casi llorando, una madre cordobesa exclamó ante funcionarios por el regreso a las clases presenciales, en el marco de la visita del presidente a Fadea en Córdoba; la escena por demás ejemplificadora, constituye una metáfora del país.
Arrodillada la justicia, arrodillada la educación, sólo falta el sistema de salud. para ingresar al ansiado paraíso populista.
Negar la violencia de las dictaduras venezolana, nicaragüense, cubana, y el terrorismo de Hamas.
Prohibir los despidos, y peor aún actividades religiosas en lugares cerrados y abiertos.
Restringir la venta de carnes al exterior.
Cepo al dólar, se compra 200 USA, con suerte.
Impedir el regreso de los argentinos varados en el exterior.
Imposibilitar el acceso libre a cualquier vacuna, por cuestiones ideológicas, y con un costo brutal en muertes (104.822)
Privar a los trabajadores, del derecho a la libre elección, del prestador de salud, que desee y más le convenga.
Vedar los vuelos internacionales, con sus consecuencias.
Suprimir el derecho a la actualización de las cuotas de prepagas por decreto, en un intento, varas veces hecho público, por el estado, de estatizar las mismas; una vez debilitado el sistema, desfinanciado, y colapsado, el Dios estado se haría cargo del mismo, por su insolvencia.
Alguien repetía:
El prohibicionismo, las regulaciones, son más hijas de la anécdota, que dé la razón y del análisis.
Lo malo es que llegan pronto, no se van nunca, y no mide costos.
Gran verdad.
Termino con una anécdota.
Un agricultor tenía un grave problema: la cosecha de sandías se presentaba espléndida, pero los chicos del pueblo parecían decididos a terminar con ella. Todas las noches entraban en el huerto y daba buena cuenta de las más gordas y sabrosas.
Para resolver el asunto, se le ocurrió poner un letrero en un lugar destacado de la plantación: Se advierte a los ladrones que, en una de las sandías, he inyectado veneno.
Aquella noche los chicos no comieron nada, pero, de regreso a casa, redactaron otro cartel.
Al día siguiente el agricultor notó que no faltaba ninguna sandía, pero junto a su letrero había otro: Atención. Ahora hay dos sandías envenenadas
El que pueda, entender, que entienda.