Procrastinación: ¿cuándo se convierte en problema?

 

No esperes, nunca será el momento correcto o justo.

Comienza con lo que tienes y con las herramientas disponibles

y así encontrarás en el camino mejores herramientas. 
George Bernard Shaw

Un camino de 1.000 millas comienza en un simple paso. 
Lao Tzu

Muy habitual en los tiempos actuales es esperar el mejor momento para hacer algo. Ese momento no llega y se van perfeccionando los planes, pero la acción no se realiza, se pospone hasta que todo esté mejor armado. A veces le ponemos varios nombres a este accionar: postergar, “mejor dejo para mañana”, falso perfeccionismo, fobia… Sin embargo, se trata de un síntoma de muchas condiciones o quizás una característica de ciertas personas: la procrastinación.
La procrastinación, etimológicamente ya nos devela su característica central, proviene del latín “procrastinare”: pro, adelante, y cras, mañana, es decir “enviar al mañana”, una excelente definición ya que el núcleo que hace disfuncional ese comportamiento es que ese mañana no llega nunca. Es el acto de retrasar o posponer una tarea o un conjunto de tareas para un momento posterior en la creencia que esa postergación mejorará las perspectivas de logro, o estará en mejores condiciones para ser realizado, pero que en general al llevarlo a la realidad de ese mañana que nunca llega, tiene consecuencias negativas. Es interesante señalar que la conducta ligada a postergar algo no es siempre negativa dado que implica el balance opuesto a la impulsividad, es decir es un extremo en el espectro entre la inacción y la impulsión sin control. 

Efectivamente, en algunos casos puede ser útil procrastinar en una tarea para tener más tiempo para pensar en ella o para recopilar más información. El problema es que este razonamiento puede ser usado disfuncionalmente.
La procrastinación es muy común y se la asocia al perfeccionismo, el miedo al fracaso, la ansiedad, o la falta de motivación. La procrastinación puede verse como un comportamiento autodestructivo, ya que puede conducir a consecuencias negativas como el estrés, el rendimiento deficiente, las oportunidades perdidas y los problemas de relación. 
Hay diversas formas de procrastinar. Algunas están ligadas a comportamientos evitativos de manera activa, aquí el componente evitativo es evidente en relación con un fin. Realiza otras tareas relacionadas con ese algo que se evita, como ir a la universidad, pero llegado el momento de los exámenes nunca está en plenas condiciones para graduarse. Hay otras formas en las cuales se llena de actividades parasitarias que consumen tiempo, como hoy el uso de redes sociales, o buscar auto excusas, como buscar distenderse, por ejemplo, mirando noticias, navegando en redes, para luego afrontar la tarea con mejor estado anímico. También una forma algo más sutil y por ende más insidiosa, como buscar información alrededor de la tarea central a la realización de la misma, pero sin abordar la tarea específica. Un ejemplo de esto es juntar material de manera interminable para un informe o presentación que debe hacer, pero no abordar nunca de manera directa el informe.
Sin duda, todos estamos -mucho más en la época actual con tantos distractores a nuestra disposición, en particular medios de comunicación e información- de alguna manera comprendidos en esto. El tema es en qué parte del espectro estamos. Si la tarea se ve crónica y frecuentemente postergada y/o cuando las tareas ya no se cumplen nunca, es cuando la procrastinación pasa a ser un problema que inclusive lleva a y se asocia con otros como la ansiedad o la depresión.
SUS CAUSAS
Cada persona es un elemento distintivo dentro de la misma variedad genérica por lo que, salvando las diferencias únicas individuales, hay algunas que encontraremos comúnmente en la procrastinación:
* Ansiedad: Buscan evitar la ansiedad que genera la cercanía de algo evitado y así postergado repetidamente. En ese concepto se comporta según las características evitativas de cualquier estímulo fóbico. 
* Búsqueda de gratificación inmediata: Toman actividades que otorguen un placer inmediato versus el placer postergado que implica el trabajo. Así liberarse de la carga de estrés de una tarea, gratifica según las reglas del condicionamiento operante. Abordar una tarea con gratificación postergada implica sostener durante cierto tiempo una cierta tensión que puede generar el malestar. Salir del mismo gratifica. 
* Escasa autorregulación emocional: No poder hacer frente a sensaciones y emociones negativas (estrés) lleva a evitarlas y así las causas que la desencadenan, por ejemplo llevar a cabo una tarea. 
* Perfeccionismo: Es la creencia de que algo solo debe llevarse a cabo en condiciones ideales y de alguna manera que se acerquen a la perfección. Así esos lineamientos justifican internamente que la tarea es mejor hacerla bien y sino no hacerla. La frase. “La perfección es enemiga de la acción” se aplica en sentido inverso.
* Miedo al fracaso: La procrastinación puede surgir como una forma de evitar enfrentar tareas difíciles o desafiantes por temor a no cumplir con las expectativas propias o ajenas, decepcionarse ellos o vergüenza por lo que imaginen generaran en otros, el quedar mal, o generar comentarios a los cuales temen.
MECANISMOS DE AFRONTAMIENTO DISFUNCIONALES
Son mecanismos psíquicos que, a pesar de no llevar a la resolución del conflicto y confrontar, sí loga diferir el malestar. 
*Evitación de la tarea o situación: dentro de esto quizás se pueda colocar a otro que es la distracción, como modalidad de evitación.
*Negación y banalización: quitarle importancia a aquello que se está postergando. “No era al final tan importante”, “se puede hacer más tarde”, “no va a tener otras consecuencias que…”, etc. 
*Sumergirse y valorar (priorización) otra tarea que pasa a ser la primordial: hay que hacer algo inmediato o urgente pero se considera otra tarea como más importante y será revalorizada, dejando de lado lo que hay que hacer de manera inmediata. 
*Pensamiento contrafáctico: comparar escenarios de situaciones hipotéticas, que valida la postergación.
*Culpabilizar:  no ha podido ocuparse por diversas cuestiones de las cuales uno no es responsable. Llamados, pedidos de otros, que sirven para postergar lo propio. 
CONSECUENCIAS
Tan común y normalizado es en ocasiones el comportamiento, que las consecuencias parecen menores, pero significan cambios vitales. Algunos de los más comunes son:
*Estrés y ansiedad: la procrastinación puede provocarlos, ya que quienes procrastinan suelen sentir culpa, ansiedad y agobio, consecuentes. Al mismo tiempo la sensación de no están en control de sus vidas.
*Rendimiento académico o laboral deficiente: la procrastinación puede afectar negativamente el rendimiento en el trabajo o los estudios, lo que lleva a resultados insatisfactorios ya que a menudo no tienen suficiente tiempo para completar las tareas o cometer errores o siquiera completarlas en absoluto.
*Deterioro en la salud mental: la procrastinación crónica está asociada con un mayor riesgo de depresión y otros problemas de salud mental.
*Problemas interpersonales: frecuentemente causa conflictos en las relaciones personales y profesionales debido a la falta de respuesta frente a lo planteado y así defraudar y desalentar a los otros. La sensación de no poder contar con ellos se apodera de los demás y con el perjuicio en la relación consecuente. 
*Pérdidas vitales/existenciales: a las interpersonales, se le suman fracasos en diversas áreas frente a oportunidades que se le presentan y se dejan pasar. Allí entran oportunidades de trabajo, o ascenso académico etc.
El escenario parece ser terrible, sin embargo, no todo es malo, ya que veremos en una próxima nota cuáles son las vías de abordaje y qué se puede hacer para trabajar la procrastinación.