Preocupados en Cambiemos pasan del Plan V al Plan H

Lo que vendrá. El desgaste de Macri es mayor del calculado y la necesidad de la aparición de figuras de peso se hace imprescindible. Larreta es un hombre con muy buenas relaciones dentro del peronismo y muy amigo de Sergio Massa, con quien hasta podría lograr algún tipo de acuerdo

A esta altura de los tiempos electorales, si el peronismo parece el shopping de la incertidumbre, Cambiemos es decididamente un volcán en plena erupción. La alianza gobernante, con Mauricio Macri a la cabeza, ha perdido decididamente el rumbo y cada hora se suman nuevas voces aportando cambios en la fórmula presidencial o sugiriendo alianzas diferentes.

La fuerte crisis económica que cuando comienza a adormecerse vuelve a generar corridas y la variante dólar hace peligrar los índices de inflación y los planes de control de precios. El equipo económico comandado por Nicolás Dujobne, lo intenta todo, incluso hasta mínimos acuerdos circunstanciales con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que se desvanecen apenas nacen.

Está claro que la crisis económica no solo le ha hecho perder a Macri sus opciones concretas para la reelección, sino que empieza a sospecharse que será una "pesada herencia" para el próximo gobierno. El paso de la crisis económica a la política dentro del partido en el poder, fue muy rápido y las reacciones desde adentro y afuera de Cambiemos no tardaron en llegar. Macri se apuró en desmentir la posibilidad de aplicar el llamado "Plan V" que sería poner de candidata a presidente a María Eugenia Vidal, por ahora única carta puesta sobre la mesa que le garantizaría un triunfo a la coalición. Pero ahora las cosas van más allá y este semana se discutirá en la mesa chica la opción del "Plan H", que sería reemplazar a Macri por Horacio Rodríguez Larreta, en definitiva, el hombre que mejor mide en las encuestas detrás de Vidal. Naturalmente Marcos Peña se opone a cambiar la estrategia original, pero las presiones que recibe desde el Pro y el radicalismo son cada día más fuertes.

Está claro que Cambiemos no quiere perder el poder y según están las cosas, esta ya es una opción con mucha posibilidades. El desgaste de Macri es mayor del calculado y la necesidad de la aparición de figuras de peso se hace imprescindible. Larreta es un hombre con muy buenas relaciones dentro del peronismo y muy amigo de Sergio Massa, con quien hasta podría lograr algún tipo de acuerdo.

El sector de los empresarios que ya soltaron la mano de su referente presidencial, tampoco ven más esta opción, incluso algunos piensan que es mejor que la Vidal que ya empieza a ser salpicada por le caída de imagen de Macri. Un funcionario de mucho peso del Ministerio de Economía comentó a La Prensa que las ventajas de Larreta son muchas "porque tiene otra historia para contar y sus éxitos en la Ciudad para mostrar" asegura.

En el mismo entorno del jefe de gobierno porteño ya rescataron las carpetas en las que está elaborado un principio de plan para llegar a la presidencia que estimaban lo pondrían en marcha para 2013. Estaba arreglado así, Larreta sería el sucesor de Macri.

Casi sin ocultarlo, otros referentes del macrismo como el empresario Nicolás Caputo, el "hermano" del presidente, ya han hecho pública su preferencia por Rodríguez Larreta, al igual que lo hizo Emilio Monzó, al que todavía no se le cerraron las heridas.

Mientras tanto Peña y Frigerio seguirán adelante guiados por Jaime Durán Barba, en conseguir la reelección de Mauricio. Ahora tienen que atacar dos frentes, Vidal por un lado y Larreta por el otro. A ninguno tienen controlado y se dan cuenta que son cada vez más los integrantes de Cambiemos que buscan y proponen alternativas al nombre del Presidente.

Ante el "Plan H " en el radicalismo se entusiasman con la opción de llevar a Martín Lousteau como jefe de gobierno porteño e insisten que quitar a Vidal de la Provincia sería un suicidio político, ya que Vidal sería presidente y tendría que lidiar con un gobernador bonaerense peronista.

Los políticos más representativos del radicalismo no se conforman con la idea de que Lousteau sea el vice de Macri, porque creen que está para algo más que para manejar el Senado y su estado ideal de las cosas sería que Larreta sea acompañado por un vice del peronismo Federal, María Eugenia haga su segundo mandato provincial y Lousteau se quede en la Ciudad.

Lo que hasta ayer eran conjeturas hoy son planes de acción concretos que acabarán con una fuerte disputa entre los "peñistas" y el resto de Cambiemos que insiste en que Mauricio ya no es más un posibilidad de triunfo. La pregunta es ¿qué piensa Macri de todo esto? Y en verdad pocos lo saben.

LOS RADICALES CONFUNDIDOS

Si bien la semana pasada aseguró que será candidato, hay fuerzas de decisión que pueden casi obligarlo a bajarse del carro. Igualmente todo está muy confuso y mezclado. Fuera del Ejecutivo algunos convencionales radicales han hecho público a través de una carta, su intención de apoyar la fórmula Vidal-Lousteau para la presidencia de la Nación.

El ex embajador parece ser una figurita a la que todos quieren colocar en el escenario y el propio Macri se reunió dos veces con él, en privado y cuando le preguntaron sobre el tema el presidente se limitó a decir. "Nos estamos conociendo", algo que se desdice porque él mismo lo eligió como embajador en los Estados Unidos y compañero de alguno de sus viajes al exterior.

Está claro que en el radicalismo reina la confusión y parece que los responsables del partido han optado por dejar que todos hablen que ya resolverán la opinión oficial el partido en la Convención de mayo.

Antes que esto ocurra, Marcos Peña busca desesperadamente un documento institucional en el que la UCR apoye abiertamente la reelección de Macri. Pese a los esfuerzos del propio Peña y de Fernando de Andreis la cosa está muy fría y será difícil conseguirlo  por lo que el asunto deberá esperar hasta después de la Convención radical donde quedará clara la postura del viejo partido.

Los días que vienen será decisivos para ir consolidando algunas de las posturas que tome Cambiemos para enfrentar las presidenciales de octubre. Por ahora tienen suerte que el peronismo tiene un desconcierto peor que el de ellos.