Nadie acabará con los libros, este es el título de una entrevista, realizada por Jean Philips de Tonnac, a Umberto Eco y Jean C Carriere, en el cual ambos llegan a considerar al libro, como la rueda, una especie de perfección insuperable de nuestra imaginación.
Como no citar, El nombre de la Rosa de Eco, historia atractiva que transcurre en un convento, donde los monjes son los garantes del conocimiento, con sus valiosísimas bibliotecas, dedicándose a estudiar, transcribir, traducir, velar por la palabra escrita.
Fíjese lector como en la Edad Media muchos sacerdotes fueron científicos, tales como Gregor Mendel (el cual realizó sus teorías en el huerto de su convento), Roger Bacon (precursor del método científico), Thomas Bayes (teoría de las probabilidades), Nicolás Copérnico (padre de la astronomía moderna).
Uno de los debates educativos más prolongados ha sido sobre el por qué y el cómo de enseñar a leer.
Hoy día, asistimos a la supremacía de la imagen, en deterioro de la palabra escrita. La ciencia lo respalda: el 90 % de la información que se transmite a nuestro cerebro, es visual y las imágenes se procesan 60.000 veces más rápido.
La imagen, a diferencia de la palabra escrita, es inmediata, no requiere reflexión, ni análisis.
UN INFORME CRUCIAL
Ahora, ¿cuál es la realidad? Para esto utilizaré un informe de Gran Bretaña, donde se analiza el consumo de la tecnología en niños.
En el grupo de 12-15 años, el 83% tiene su propia smartphone y 50% su propia tablet; el 90% mira un promedio de TV de 13 horas en la semana, entre ellos plataformas de streaming como Netflix y otras; el 99% está online por cerca de 201/202 en la semana, siendo YouTube la plataforma de visualización preferida; el 76% juega videojuegos cerca de 13 horas en la semana; 71% lo usan en la cama.
Los niños de hoy están conectados para una gratificación instantánea; lo que quieren, lo quieren ahora. Viven en la virtualidad, como si fuera una matrix.
Por supuesto, esto no significa que los padres deban prohibir la tecnología por completo, pero es importante que los padres sean conscientes de los efectos negativos, tales como obesidad, perdida de habilidades sociales, deterioro de la atención, y problemas de conducta.
Todo el mundo sabe que leer es importante. Ahora, la Encuesta Nacional de Consumos Culturales revela que en la Argentina la lectura promedio por año es de 1,6 libros. El 28,6 % de los consultados dijo que directamente no leía libros; y el 47,1 explicó que no lee porque no le interesa.
Cito al gran Arturo Pérez Reverte: El mundo en el que hemos sido educados, con libros y bibliotecas, se acabó. La gente ya no lee ni un libro electrónico, va en el metro matando marcianos o mandando WhatsApp, se lamentó. “La tendencia hoy es a la chatura conceptual, que es un síntoma de este final del mundo. Mi obligación, es procurar retrasar al máximo este final inevitable, mantener a los bárbaros a raya, aunque la gente está fascinada con estos bárbaros”.
HABILIDAD BLANDA
Como nuestros gobernantes no están interesados en educación, es importante que los padres suplan este déficit, inculcando la lectura desde chicos.
Es bueno entender que la lectura es una habilidad blanda, que se adquiere desde edades tempranas, y marca para toda la vida.
Fíjense como en Estados Unidos, personas de la talla de, Bill Gates, Warren Buffet, Elon Musk, Opray Winfrey, Barak Obama y muchas personas exitosas comparten un hábito común: el hábito de leer.
¿Usted escucho alguna vez a algunos de nuestros políticos recomendar un libro?
La lectura exige esfuerzo, tiempo y atención; inspira, abre nuevos mundos, cultiva; si vemos los jóvenes de hoy día, una de sus características es la ausencia de vocabulario, manejan 200 palabras como mucho, su léxico es pobre, superficial, banal, y hasta grosero.
Por lo tanto, leer mejora el vocabulario, y sin vocabulario no se puede construir razonamientos.
Leer aumenta el conocimiento general y su profundidad, desarrolla el espíritu crítico.
Leer permite tener conversaciones atractivas, en donde el conocimiento se amplifica, y permite el desafío intelectual.
Leer permite inculcar, la noción tan vapuleada, de comprender aquello que se lee, contar historias.
La gente que lee puede ser muy peligrosa, para aquellos que pretenden el pensamiento único.
La alfabetización, o la capacidad de leer y comprender, es vital para la economía de cualquier país.
Sin una fuerza de trabajo alfabetizada, no habrá gente para ocupar los puestos de trabajo que deben cubrirse.
Termino con una frase de Mafalda a Felipe: Vivir sin leer es peligroso, te obligan a creer en lo que te digan.