“No es por el medio, es por arriba”, define un importante dirigente bonaerense ante los movimientos que se han acelerado. Aún con el escenario político y social argentino tan polarizado, hay quienes creen que existe un espacio para poder confrontar y convertirse en opción sin caer en la lógica polarizadora.
Las internas a cielo abierto en el kirchnerismo, que se ha reducido a un espacio del conurbano, alimentan la expectativa de darle a un amplio sector la posibilidad de encontrar un camino alternativo que no los obligue a tributar en un lado u el otro de la orilla. Aún resta un año para saber si el electorado argentino tendrá lugar para hacerle a esas construcciones. La nueva canción que pide Kicillof y la interpretación antojadiza de La Cámpora, se mezcla con el despliegue de intendentes bonaerenses con vocación frentista. La irrupción de Horacio Rodriguez Larreta, el rol de Juan Schiaretti y la confirmación de la Libertad Avanza como partido político completan la escena.
TIEMPO DE REFLEXION
“El peronismo aún tiene un tiempo de reflexión por delante, sobre todo mientras Máximo Kirchner siga haciendo las cosas que hace”. Lo dijo alguien que no es ningún Intendente de los que ya se plantaron en contra de La Cámpora, sino que parte de un dirigente que supo compartir horas con Néstor Kirchner. El acto del viernes pasado en el club Atenas de La Plata dejó secuelas pero, sobre todo, un importante grado de confusión sobre la interpretación que hacen de Cristina Kirchner quienes se suponen son sus exégetas más precisos.
Si algo quedó del acto en las repercusiones posteriores no fue tanto el discurso del diputado Máximo Kirchner sino la canción, previamente elaborada, para dejarle un mensaje claro a Axel Kicillof. En la misma -hay que reconocerle a La Cámpora que son ingeniosos en esas tareas- dice: “Si querés nuevas canciones, vení te presto la mía”, al ritmo de "Las Vecinas" de Amar Azul. Ahora, ¿No es la misma Cristina la que pidió nuevas canciones? O el problema quizá no sean las canciones sino los cantantes.
Cuando la expresidente Cristina Kirchner publicó el 6 de setiembre pasado un escrito titulado, “Es la economía bimonetaria estúpido”, muchos se quedaron en el inicio del documento y sus fuertes críticas a la gestión económica del gobierno de Javier Milei. Pero no debería perderse de vista el último fragmento que subtitula: “El peronismo se desordenó” donde en el final es muy clara: “Hay que poder enderezar las experiencias y ordenar las nuevas demandas para poder alinear pensamiento, palabra y acción: una trilogía indispensable a la hora de formular propuesta y estrategia que permitan organizar una fuerza política que vuelva a representar mayoritariamente, para pasar de ser oposición a alternativa de gobierno”. ¿Acaso Cristina Kirchner no está pidiendo también una nueva canción?
En su clara habilidad política que le permite desmarcarse de los dirigentes que la rodean, es ella quien toma la bandera del intento de renovar lo que ella misma construyó. Una característica habitual en la expresidente es la dificultad para reconocer cuando las cosas no le han salido bien. Pero esa es otra historia. Por ahora, le alcanza para conducir una facción que, por lo visto, la sigue pero no la escucha. De lo contrario, no podrían haberse enojado con Kicillof por pedir lo mismo que ahora pide Cristina: renovar las formas y los métodos. Desde aquí surge un nuevo interrogante:¿Hay dirigentes capaces de ponerse al frente de estas nuevas demandas? Primero tienen que verlas.
PUJAS INTERNAS
Como ya fue descrito en ocasiones anteriores, las pujas en el seno del kirchnerismo también provocan derivaciones en los alineamientos de los intendentes, los jefes territoriales. El peronismo en sus distintas vertientes monopoliza la presencia en el Conurbano Bonaerense, el reducto desde donde se sostiene, según las encuestas más recientes, Cristina Kirchner. Y, donde, más le cuesta hacer pie a Javier Milei. Los últimos números demuestran una caída en la imagen de la gestión presidencial, con mayor notoriedad en ese ámbito geográfico.
Los mencionados alineamientos también son lábiles. Sobre todo porque quienes empujan la independencia de Axel Kicillof de Cristina Kirchner han empezado a impacientarse con que eso vaya a suceder en algún momento. No en vano, Máximo Kirchner se refirió a que “no queremos más Sciolis”. En otras palabras le está diciendo al gobernador: no vamos a empujarte a que seas nuestro candidato para que después hagas la tuya. Ahora, ninguno de los tributarios del Presidente del PJ renuncia a los beneficios de ser parte del gobierno provincial. Y tiene lógica. Ellos sostienen que Kicillof es gobernador porque así lo quiso Cristina Kirchner. Es el problema de las deudas que no caducan.
Más allá de la política, este vínculo entre Máximo y Axel debería ser también motivo de análisis psicológicos. Más claro, imposible: “Si los que fueron señalados por el dedo de Cristina se quejan, ¿qué nos queda al resto?”, dijo el hijo de Néstor y Cristina. Se olvidó de su condición de primogénito que, más allá de los méritos que haya podido acumular, es la razón central del lugar que ocupa.
LA ANCHA AVENIDA DEL MEDIO
No es la ancha avenida del medio, es por otro lado. Julio Zamora, intendente de Tigre, suele sonreír con ironía cuando le plantean que está siendo parte de la gestación de una “nueva ancha avenida del medio”. Ese término lo acuñó Sergio Massa desde el mismo distrito que ahora ha sido esta semana escenario de un movimiento que se viene elaborando desde hace meses y ahora surge con más claridad. Se trata de la construcción de un frente político con eje en el peronismo pero que pueda abarcar otras expresiones que no comulgan ni con Milei ni con Cristina Kirchner.
En las encuestas, ven una hendija para poder sumar un volumen que construya una opción de gobierno. De hecho, hay números que marcan que el peronismo no Kirchnerista tendría hoy casi un 15% en territorio bonaerense. Nada despreciable si a eso se le sumara un sector del radicalismo y otro del PRO.
Con el argumento de desarrollar un foro de urbanismo, el jefe comunal de Tigre se mostró con Horacio Rodriguez Larreta -íntimo amigo de Sergio Massa- y con intendentes como Guillermo Britos de Chivilcoy y el ex jefe comunal de Hurlingham Juan Zabaleta, muy activo en la construcción.
Es interesante seguir, como guía, las últimas fotos de Zamora, porque dan una pista de quienes están siendo protagonistas de estas charlas. Reuniones con Florencio Randazzo, Juan Schiaretti, Facundo Manes y ahora Larreta. Pero hay más. El ex gobernador de Córdoba está decidido a mantener un perfil nacional y recibe a dirigentes bonaerenses. Hay intendentes en ejercicio que, por ahora mantienen su bajo perfil pero no les disgusta la idea de encontrar un espacio para sumarse y romper la lógica de anti o pro K. En eso está también desde hace tiempo Fernando Gray y las charlas se extienden a Emilio Monzó y Miguel Pichetto. Desde esa lógica, aseguran que el año que viene muchos alcaldes pretenden dar un salto en sus distritos y sumarse a listas nacionales. “No es por el centro, es por arriba”, remarcan.
Todos estos movimientos los miran con mucha atención desde el Gobierno como también desde La Cámpora. Sobre todo porque aún hay jefes comunales que mantienen distancia y elaboran su propio perfil. Con poca credibilidad entre sus pares, Ariel Sujarchuk (Escobar) quiere mostrarse por fuera de las peleas de barrio y opina sobre hechos nacionales e internacionales. También hay que mirar los movimientos de Leonardo Nardini, quien desde Malvinas Argentinas construye una línea para protagonizar peleas más allá del distrito que gobierna.
A priori, que el peronismo tenga estas vertientes puede ser favorable para la Libertad Avanza. Pero debería medir muy finamente los pasos a seguir. La irrupción de terceras opciones tienen a quitarle votos al espacio opositor más nítido y favorecer a los oficialismo. Aunque la historia reciente mostró excepciones a esa lógica. Y fue el propio Javier Milei, decidido, además, a llevar su lógica al mundo entero.