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Personal de Salud: Stress y Covid

“Hay tres nuevas generaciones; una la generación sacrificada de los jóvenes en donde la noción de futuro se angosta; los ancianos que no pueden abrazar a sus nietos y los adultos temerosos de perder su trabajo”. Edgard Morin -Filósofo francés  (“Cambiemos de vía -las lecciones del corona virus” Edic. Denoel-2021)

Leo un mensaje y me anuncia que ha muerto un líder intelectual argentino en el terreno de las adicciones con quien compartí muchos trabajos. Hacía años que no lo veía, pero creo Escuela y “filia” (amistad) intelectual. Se fue a Costa Rica y murió de Covid en Buenos Aires.

Un amigo compañero de trabajo va contento a darse la vacuna y a los pocos días me llama y me dice “Juan no trabajo hoy, perdí el olfato cuando me puse desodorante no sentí nada”. Covid positivo afortunadamente en buena evolución. Varios amigos profesionales muertos; otro pasó el Covid con un síndrome confusional y una vivencia melancólica que todavía no puede olvidar. Varios conocidos y amigos del campo de salud fallecidos Caen todas las certidumbres de un día para otro.

Desde esta sensación de muerte cercana escribo y además con la contradicción de cuidar la vida de otros y la mía, así como la de mi familia en la rehabilitación en adicciones y al mismo tiempo tratar a pacientes que buscaban con sus conductas “matar sus vidas” con drogas y alcohol.

Un relator de futbol solía decir “balas que pican cerca” cuando un gol se había errado por poco. Muchos sentimos la pérdida de seres admirados por distintos motivos desde marzo del 2020. Desde ahí cambia nuestras vidas.

CICLO DE INCERTIDUMBRE

Edgard Morin sabio y maestro francés con quien tuve el gusto de estudiar aquí y en Paris escribió hace días en sus jóvenes 99 años “nadie sabe a ciencia cierta como será nuestra vida cotidiana en cuatro, cinco o seis meses”. Describe el reino de la incertidumbre. Mientras nos ufanábamos de aumentar las edades de la vida con la ciencia un virus destruye y muestra la ignorancia y el misterio de la vida-muerte.

A corto plazo distancia social, higiene, barbijos dobles, empresas en quiebra, aumento de desocupados, multitud de juicios laborales con el vacío de Tribunales trabajando a “media maquina”, aumento de muertes, personal de salud desbordado, huelgas por un “plato de lentejas” o planes que perpetuarán la frustración y la dependencia.

Aparecen nuevos cuadros clínicos en esta epidemia de Covid. No solo los adultos mayores en aislamiento con cuadros de depresión, aceleración de la demonización con deterioros cognitivos (de a poco la persona empieza a cambiar y a sus allegados les parecen raras ciertas percepciones e ideas), insomnio, aumento de peso, consumo de alcohol e incluso de drogas. La angustia busca escapes que son en el fondo “encerronas”.

Surge mi fatiga, la fatiga del equipo; lo que técnicamente se llama “burn out”. En distintos niveles:

a. nivel fisiológico; nauseas, escalofríos, mareos, dolor de cabeza, taquicardia;

b. nivel emocional; irritabilidad, insomnio, obsesiones, incapacidad para descansar, ingesta compulsiva de alcohol, comida o drogas etc.

c. nivel cognitivo: confusión, pensamientos intrusivos, confusión.

Todos lo sufrimos: la terapia es fundamental, las reuniones de equipo, la consulta con especialistas en infectología y en stress postraumático (esto es como sufrir en una guerra). El cortisol del stress baja nuestras defensas, apelemos a la palabra y al sufrimiento compartido como herramienta grupal de resiliencia. Ventilamos nuestras emociones.

VIVIMOS EN DUELO

Estamos transitando una nueva etapa de la vida; todo transito es un duelo. Caen certezas como la tecnología salvadora, la soledad como salida, aparece el vínculo humano y el Amor fiel como lo buscado, la necesidad de una familia protectora y antes atacada.

La era robótica cae, aunque está esplendorosa pero el “transhumanismo” tan prestigiado cede ante un virus invisible que hace ceder nuestras pasiones omnipotentes.

Nuestra ignorancia queda confrontada, así como los virus del fanatismo. Somos todos “equilibristas “con emociones “partidas” y fugaces que llaman al miedo, la angustia y el pánico.

El camino del duelo es difícil; hay un cambio de perspectivas, de estilo de vida, asumir nuestra fragilidad. Pascal, el célebre místico y filósofo decía en sus “Pensamientos”: “al fin solo somos débiles juncos que piensan”. Es este quizás un camino de sabiduría y de aceptación. Esto nos permitirá equilibrar nuestras propias cargas emocionales y del “no puedo “inicial

llegar al camino de la fortaleza y continuar. Resiliencia que tiene en la vocación su alimento.

EL AISLAMIENTO EN LOS ENFERMOS DE COVID

Me interesa mucho hoy los ya enfermos de Covid o los que son aislados en un centro sanitario o en un hotel esperando el resultado de la prueba de hisopado. Ese aislamiento es un verdadero “stress postraumático que retorna con pesadillas aun cuando ya han superado la enfermedad.

Viven la experiencia del límite de la cual tanto habló nuestro maestro en filosofía y psiquiatría K. Jaspers en donde el sufrimiento, el dolor, el miedo a morir nos enfrenta en la soledad de un cuarto con profesionales que nos visitan con vestimentas diferentes y paso a ser un objeto de análisis, tomografías, pocas palabras recibe es solo un cuerpo que se estudia, lejos de sus familiares y con la incertidumbre de un duelo final (duelo como lucha con la “Parca” que aparece en cada instante como una posibilidad).

El maestro Jaspers decía que solo se sale atravesando esa realidad acuciante que todos en diferentes circunstancias la vivimos. Necesitamos atravesarla y no claudicar y ahí aparece el significado del sufrimiento como la esencia del milagro de la vida.

Solo con la luz mortecina de una habitación de una clínica o de un hotel. Ya le cansaba ver el televisor que repetía de una manera obsesiva los daños del Covid. Tomarse la fiebre, buscar la comida dejada en la puerta sin ver a nadie; de repente todo cambió.

LA SEGUNDA OPORTUNIDAD

Jorge me consulta luego de un post-covid superado. Me narra con angustia que festejando su cumpleaños empieza a sentir un cansancio muscular y un agotamiento que nunca sintió, se toma temperatura que llegaba a 39 grados. Todo de repente y el mundo, su mundo, cambia.

Ahí como un tropel de sensaciones viene todo: hisopado que confirma la enfermedad, sala de guardia de un sanatorio con gente alrededor que tose y vuela de fiebre, vestimentas extrañas de los médicos y enfermeros que nunca había visto.

Pocas palabras, era un conjunto de órganos a estudiar, tomografías, radiografías, análisis. Todo bajo un silencio atroz. Luego la soledad de una sala de sanatorio. El televisor era su compañero, pero este le devolvía noticieros que lo espantaban con tumbas y llantos de personas que habían perdido a sus familiares.

EL MIEDO A LA MUERTE

“Tenía miedo a morirme”; me dice con la sinceridad del que se salvó y me preguntaba “porque justo ahora que quería cambiar mi vida y justo en el día de mi cumpleaños”.

Esto le digo es un mensaje porque él quería cambiar su vida ya que de un ingeniero brillante terminó siendo un buscador de “crack” en barrios críticos, dilapidando fortunas, bienes, neuronas y un proyecto de vida. Hablamos que tenía una segunda oportunidad. Recuerdo ahí a Quevedo:” …en el mundo naciste para

vivirlo y padecerlo, pero tú debes como huésped habitarle”.

Jorge se dio cuenta que solo somos huéspedes en este banquete de la vida y debemos aprovechar esa gracia de habitar el mundo. Un huésped que viene y se va. Lucrecio decía:” huéspedes, pasajeros, gente invitada al banquete y cuando uno se retira del banquete debe estar contento y agradecer”. Somos huéspedes y se preguntaba el poeta Antonio Machado como debe vivir un huésped “cuando llegue el día del último viaje converso con el hombre que va conmigo y cuando parta la nave que nunca ha de tornar me encontrareis a bordo ligero de equipajes, casi desnudo como los hijos de la mar”. Jorge se estaba dando cuenta que vivir es difícil, pero vivimos para aprender a vivir. En este caso teniendo como testigo la luz mortecina de la sala del sanatorio.

LA FILOSOFIA DEL PASAJERO

Jesús decía “no toméis nada para el camino”. Debemos despojarnos de las cargas del Yo, el narcisismo que se nos inserta en cada momento de la vida. Somos frágiles.

Nuestra filosofía debe ser la del pasajero le decía al paciente y aprovechar este momento y agradecer que lo vivimos y no perdernos en la Carbonilla o en el Bajo Flores (villas de venta de drogas), le comentaba al paciente en la consulta.

Por su dignidad;” vos no te lo mereces “, le dije. “Sobre mi mente pasaban mi madre, mi hermana, mi padre; yo no quería morir; me di cuenta que tenía mucho por hacer”. ” Tenía mucho por hacer antes de morir”. Así iba a empezar un tratamiento; esta vez en serio. Caída de los nuevos dioses y el Covid.

Hans Joas-sociologo y filosofo de nota en este momento en Europa y Profesor de Sociología de las Religiones en universidades americanas marca que hay una crisis de una nueva sacralidad luego de la crisis que instauró la secularización del mundo con diversas formas de ateísmo y gnosticismo.

La postmodernidad trajo nuevos Dioses: el dinero, las drogas, el sexo sin límites, el chem sex (drogas con sexo indiferenciado), el poder sin límites, el individualismo como valor central en la vida. Es lo que llama la post-secularizaciòn con nuevos Dioses en crisis y que mueven multitudes. El Covid nos remite en el caso de las adicciones a la caída de uno de esos ídolos sacros, las drogas. La pregunta del paciente Jorge en términos de Nietzsche sería:” no te pregunto de que eres libre sino para que eres libre”.

La imaginación al Poder gritaba en Paris del 68 y los mayores, profesores de las universidades les respondían: “¿si todos hacen lo que quieren quienes harán lo que deben?

Tengo muchas historias para contar de gente que me ha consultado estos días después de haber pasado el Covid. Esta es solo una de ellas y quizás un signo, un mensaje que recibió este paciente el día de su cumpleaños rodeado de amigos de andanzas adictivas para cambiar y que pueda participar del Banquete de la Vida sin despreciarla viviendo en la Carbonilla (la Paternal) o con los transas del Bajo Flores.

Es quizás “el para que eres libre” de Nietzsche o qué sentido tiene tu vida. El Covid lo ayudó a preguntarse eso.

 

Director General Gradiva  - Rehabilitación en adicciones