Aunque el filme presenta altibajos, los protagonistas eclipsan positivamente todo lo demás.
‘Julio, felices por siempre’ (Uruguay, 2022). Guion y dirección: Juan Manuel Solé. Actores: Chepe Irisity, Daryna Butryk, Moncho Licio, Cristina Morán. Duración: 85 minutos. Clasificación: apta para mayores de 13 años.
No hay amor más apasionado que el que se vive con fecha certera de caducidad. Por un destino desencontrado, por ser parte de unas vacaciones, por estar a destiempo o simplemente porque está pautado, la llegada del final puede ser letal. Pero qué sucede si una de las partes se niega a reconocerlo.
‘Julio, felices por siempre’ cuenta la perspectiva de un guía turístico de Colonia del Sacramento, Uruguay, que lleva una vida de ideología inconsistente, relaciones licuadas y poca lectura de la realidad, déficit que se va colando por todos sus actos hasta verlo tirado en una cama todo desalineado y sin expectativas de futuro. Pero este no es el final sino el comienzo de la historia.
La película se centra en la vida de Julio, hipnótica actuación de Chepe Irisity, no solo por su maestría gestual sino por el nulo entendimiento de su personaje sobre la realidad que vive, por una parte crédito del guionista y director Juan Manuel Solé de plantear una acertada y conflictuada personalidad, y por la otra, por el oficio del propio actor para materializarlo a la perfección. En algunos pasajes, la historia es corroída por personajes periféricos que no están a la altura del filme pero las ganas de saber más sobre este protagonista nos hace ir como espectadores cuales caballos con anteojeras hacia el final de la travesía.
‘SPANGLISH’
Del otro lado de este hilo rojo de dudosa elasticidad está Claire, turista norteamericana que el azar decidió incluir en un contingente de chinos para conocer en profundidad la histórica ciudad uruguaya. Personaje en el que se luce la actriz Daryna Butryk, quien con un spanglish fidedigno hace todo más real. Su encantamiento, su meseta emocional y el desenlace le dan credibilidad a su performance.
‘Julio, felices por siempre’ es una pequeña pero gran historia de amor que se desarrolla entre inteligentes reflexiones existenciales, verdades contemporáneas -como cuando Julio reconoce que el germen de su personalidad confusa es “por pertenecer a una generación criada por Disney y padres divorciados”-, escenas olvidables como sacadas de un filme clase C, actuaciones fuera de tono y dos protagonistas que -por suerte- eclipsan positivamente a todo lo demás.
Calificación: Buena