Pena de muerte

Señor director:

El domingo pasado ha aparecido en el ejemplar de La Prensa (en la contratapa) un interesante artículo de Raúl Landini sobre la efectividad que la pena de muerte pueda tener como herramienta de política criminal y asimismo su validación moral.

En cuanto al último punto (la moralidad o no de ejecutar a un criminal) han venido a crear confusión -cuándo no-  ciertas posturas de rechazo irracional sobre la misma del Papa Francisco el cual, luego de revisar la pacífica tradición del magisterio de la Iglesia que dejaba la cuestión en manos del brazo secular sin condenas per se (más allá de los límites lógicos de toda cuestión prudencial) pasó a colocarse en una postura de condena in limine a la pena capital.

Pues bien, atendiendo la pavorosa realidad de la ola delictiva que denuncia el articulista y que hoy ha llevado a nuestros hermanos rosarinos a vivir bajo la ley de la selva, habrá que colocar de nuevo el tema sobre el tapete. Entiendo (en sintonía con la postura que tradicionalmente la filosofía clásica y el magisterio de la Iglesia han hecho propia) que resulta válida dicha posibilidad punitiva. No de manera indiscriminada o como palos de ciego, sino ante delitos de máxima gravedad y con la existencia de plena certeza sobre la autoría de este tipo de crimenes.

¿Cuál hubiese sido una pena justa para la madre de Lucio Dupuy ante la atroz enormidad de que hizo víctima a su propio hijo de cinco años? ¿Qué posibilidades de resocializarse tienen los asesinos de Umma Aguilera? ¿Quién sale a la calle a asesinar al voleo a manera de advertencia a las autoridades qué posibilidad cabe alentar sobre un futuro de reinserción en la comunidad?

Si la implantación de la pena en cuestión implica abandonar tratados internacionales como el de San José de Costa Rica o reformar la Constitución, pues habrá que hacer lo que sea necesario; primero nuestro país y nuestra gente, luego estos blindajes jurídicos que operan como seguros de impunidad.

El guante de seda con el hampa solo convirtió en un infierno la vida de la gente de bien.

Alejo Andrés Liendo
DNI 20.536.730.