Peligrosa “omisión” sobre los fármacos bloqueadores de la pubertad
Advierten que la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) no alertó a los padres sobre los 70.000 efectos secundarios asociados con el uso de esta clase de sustancias prescriptas para el cambio de género en niños: van desde cefaleas hasta afecciones graves como edema cerebral y pérdida de visión.
“La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) no dio prioridad a más de 70.000 informes de efectos adversos relacionados con fármacos bloqueadores de la pubertad, lo que suscita preocupación sobre la supervisión reglamentaria de estos medicamentos”, alertó el médico osteópata estadounidense Joseph Mercola, en un reciente artículo de su autoría.
“Los efectos secundarios de los bloqueantes de la pubertad van desde cefaleas hasta afecciones graves como edema cerebral y pérdida de visión”, añadió el galeno, quien hizo hincapié en que “la gestión de los bloqueadores de la pubertad por parte de la FDA demuestra la existencia de normas reguladoras incoherentes y advertencias públicas inadecuadas sobre riesgos significativos”.
Mercola explicó que los bloqueadores de la pubertad son fármacos que retrasan la pubertad, utilizados a menudo en niños que se cuestionan su sexo, pero señaló que informes recientes muestran que más de 70.000 efectos secundarios -desde dolores de cabeza hasta edema cerebral- no han recibido la atención que merecen por parte de los responsables.
El médico osteópata consideró que esto debe importar tanto a padres como adolescentes o simplemente quienes sientan interés por el tema. “Su salud, o la de sus seres queridos, podría depender de que conozca los riesgos y sepa quién vela por usted”, enfatizó.
Los fármacos bloqueadores de la pubertad se administran a niños que aún no han entrado en la pubertad. Estos fármacos retrasan la aparición de las características sexuales asociadas al sexo que se tenía al nacer.
“A menudo, los adultos que orientan a los niños hacia la reasignación de sexo no se preocupan de informarles bien sobre las dificultades a las que pueden enfrentarse. Los fármacos bloqueadores de la pubertad son potentes, pero no son mágicos, y por eso es necesario saber más”, prosiguió.
¿COMO ACTUAN?
Mercola detalló que los bloqueadores de la pubertad ponen en pausa los cambios del cuerpo. Impiden que libere hormonas como estrógeno y testosterona, que son las que intervienen, por ejemplo, en el crecimiento y los cambios de la voz.
Aclaró que algunos creen que este tipo de fármacos son sólo para niños que llegan a la pubertad demasiado pronto (pubertad precoz), pero hoy en día los utilizan a menudo los adolescentes que están explorando su identidad de género.
“La cuestión es la siguiente: detener la pubertad no es tan sencillo como detener un videojuego. Tu cuerpo es una máquina compleja, y parar las hormonas causa problemas. Piensa en ello como si detuvieras las actualizaciones de tu teléfono: al final, los fallos se acumulan. Existen riesgos, tanto físicos como psicológicos, y no todo el mundo los cuenta a gritos. Te mereces saber qué puede ir mal antes de lanzarte, así que vamos a ello”, argumentó.
PREOCUPACION
En los últimos 20 años, más de 70.000 informes de problemas han estado relacionados con los bloqueadores de la pubertad. “Es una cifra enorme, como llenar un estadio de fútbol con personas que han tenido problemas con estos fármacos”, destacó Mercola, quien reiteró que no se ha establecido la seguridad de los fármacos bloqueadores de la pubertad ni de otras formas de “atención para la afirmación del género”.
¿Hasta qué punto son graves estos efectos secundarios? Al respecto, el médico aseguró que algunos de los efectos secundarios son lo bastante graves como para cambiarle la vida a quien los toma. “Los niños han informado de edema cerebral, que conlleva brutales dolores de cabeza o problemas para pensar. Otros han perdido la visión de la nada o han desarrollado ‘masas tumorales’ en el cerebro. Son grandes señales de alarma que no se deben ignorar”, subrayó.
Respecto de porqué se cuestiona la seguridad de estas sustancias, comentó que algunos expertos afirman que dejar de tomar hormonas desequilibra el organismo, como si pisáramos el freno y el acelerador al mismo tiempo. El cerebro y los huesos necesitan esas hormonas para crecer correctamente, y detenerlas perjudica el desarrollo a largo plazo.
La FDA, el organismo encargado de velar por la seguridad de los usuarios, conocía estos riesgos pero no alertó sobre ellos. “Con otros medicamentos, harían sonar la alarma, pero ¿aquí? Ha sido más como un susurro en lugar de una sirena. Uno esperaría que gritaran si aparecieran 70.000 informes de efectos adversos, pero no lo hicieron. Esa falta de acción es la razón por la que hay que hacerse preguntas y profundizar uno mismo al respecto”, instó.
“Se supone que la FDA detecta problemas con los medicamentos y vela por la seguridad. Cuando un medicamento entraña riesgos, deben dar la voz de alarma y hacero saber alto y claro. Ese es su trabajo, y uno cuenta con que lo haga bien”, escribió Mercola, para luego agregar: “Con los bloqueadores de la pubertad, la FDA se equivocó. No se centraron en esos 70.000 informes, a pesar de que vilipendiaron otros medicamentos como la hidroxicloroquina. Es como arreglar un grifo que gotea mientras tu sótano se inunda. Uno pensaría que tantos efectos secundarios encenderían su radar, pero se quedaron callados. Eso es un problema cuando confías en ellos para que te protejan”.
Si la FDA no advierte al público de los riesgos, uno se queda a oscuras. “Es como comprar un auto que no ha superado las pruebas de seguridad: ¿lo conducirías? Es necesario contar con información clara para decidir qué es seguro para tu familia, pero ahora mismo no hay nada claro. Por eso tienes que tomar las riendas y no limitarte a esperar que alguien vele por ti”, reflexionó el médico.
SEGURIDAD E INFORMACION
En cuanto a cómo fomentar la seguridad y la información, Mercola enumeró una serie de recomendaciones a tener en cuenta:
* Si surge el tema de los bloqueadores de la pubertad, evitar la timidez: habla con tus hijos sobre los riesgos para la salud. Al utilizar fármacos bloqueadores de la pubertad o tomar hormonas para feminizar o masculinizar el cuerpo, estás causando estragos totales en todo tu sistema. El único resultado previsible son problemas de salud.
* Afirmar la biología de los hijos desde el principio: es importante que los padres afirmen la biología de sus hijos desde el principio. Si les enseñas el valor y la permanencia de su sexo biológico, les “inoculas” eficazmente contra las ideas que se introduzcan más tarde.
* Infórmese sobre la ideología transgénero: “Lost in Trans Nation”, escrito por la Dra. Miriam Grossman, psiquiatra de niños y adolescentes y médica colegiada, proporciona a los padres los conocimientos y herramientas necesarios para proteger a sus hijos del contagio de la ideología transgénero. Aunque creo que el movimiento transgénero supone una grave amenaza para la salud mental, emocional y física, puede contrarrestarse con un discurso sensato y compartiendo información veraz.
*Entender la conexión con la agenda transhumanista: muchos creen que el movimiento trans y la atención médica de afirmación de género para los jóvenes es un peldaño en la agenda transhumanista. En última instancia, el objetivo es deshacerse por completo de los cuerpos de carne y hueso y tener nuestra existencia dentro de un cuerpo sintético o como avatares incorpóreos en el ciberespacio, o ambas cosas. Convertir a la humanidad en personas sin género e incapaces de reproducirse de forma natural es un primer paso en esa dirección.
*Exige la verdad: mereces respuestas directas sobre seguridad, no promesas vagas. Si hay algo que no te cuadra, dilo. Tu voz es importante y puede ayudar a que se sepa la verdad sobre los fármacos que bloquean la pubertad.
PREGUNTAS FRECUENTES
Asimismo, el médico respondió a cinco de las preguntas más frecuentes sobre los fármacos bloqueadores de la pubertad:
- ¿Qué son los bloqueantes de la pubertad?
- Los bloqueadores de la pubertad son fármacos que impiden que el cuerpo produzca hormonas como el estrógeno y la testosterona. Estas hormonas detienen la pubertad, es decir, los brotes de crecimiento o los cambios de voz. Suelen utilizarse en niños que se cuestionan su sexo o que llegan a la pubertad demasiado pronto. Estos medicamentos son potentes y sus efectos no siempre son reversibles.
- ¿Son seguros los bloqueadores de la pubertad?
- Conllevan riesgos importantes. Hay más de 70.000 informes sobre efectos secundarios como dolores de cabeza, cambios de humor e inflamación cerebral. A muchos les preocupan los daños a largo plazo en los huesos y el cerebro. Los efectos a largo plazo sobre la fertilidad y la salud en general siguen siendo en gran medida desconocidos, lo que aumenta la preocupación. Esta falta de transparencia socava la confianza del público y pone de relieve la necesidad de una investigación y un control independientes.
- ¿Por qué no nos advirtió la FDA?
- La FDA conocía los riesgos, pero no les dio prioridad. Se centró en otros asuntos, a pesar de los 70.000 informes de daños acumulados. Los cambios de autoridades tampoco ayudaron. Por eso hay que buscar la verdad por uno mismo.
- ¿Cómo pueden los padres afirmar el sexo biológico de sus hijos y protegerlos de ideologías dañinas?
- Los padres pueden afirmar el sexo biológico de sus hijos reforzando constantemente el valor y la permanencia de su sexo de nacimiento desde una edad temprana. Esto incluye conversaciones abiertas y honestas sobre las realidades biológicas y el desarrollo saludable.
Para protegerlos de ideologías nocivas, los padres deben informarse sobre ellas, fomentar en sus hijos la capacidad de pensar y proporcionarles acceso a perspectivas diversas.
- ¿Cuál es la relación entre la atención médica de reafirmación de género y la agenda transhumanista?
- Algunas personas creen que los cuidados que afirman el género, especialmente las intervenciones médicas para jóvenes, son un paso hacia una agenda transhumanista. Esta perspectiva sugiere que el objetivo final es trascender las limitaciones biológicas y eliminar la necesidad de cuerpos humanos tradicionales.