Buena Data en La Prensa

Paso a paso

La finalización de un año, sugiere de por sí hacer una evaluación o un balance de lo acontecido durante los doce meses transcurridos.

Las fiestas, las vacaciones o por lo menos desenchufarse unos días en casa, nos sirve para juntar energías para lo que vendrá. Vivencias propias de esta época del año.

El momento que estamos enfrentando nos genera variados sentimientos. Esperanza e impaciencia, con el condimento de discusiones y contrapropuestas. Nos llegan noticias, comentarios, versiones de todo tipo e interpretaciones antojadizas.

OTRO AÑO PARA LA HISTORIA

Probablemente el 2023 pasará a la historia como otros años en que la mayoría de la gente se hartó y dijo basta, y pidió un cambio de rumbo. Nuestros abuelos o nuestros padres nos hablaron del 30 y del 55. También tuvimos el renombrado 76, el 83, y apenas iniciado el siglo XXI el 2001 y en parte el 2015.

Podríamos decir que 2023 fue un año que se caracterizó por la sorpresa, la incertidumbre y la ansiedad.

SORPRESA

El proceso electoral no nos privó de sobresaltos. El triunfo de La Libertad Avanza, un espacio sin estructura ni experiencia política en las PASO, no fue esperado, como tampoco que el massismo ganara en las generales por un margen tan amplio. Las encuestadoras estaban desconcertadas cuando finalmente se impuso Milei con el 56% de los votos. Un proceso electoral, largo, intenso y no apto para cardíacos.

La derecha comenzó a marcar agenda. Una agenda impensada hasta hace poco tiempo. De pronto, distintos sectores políticos comenzaron a blandir las banderas de la libertad y se cuestionó, por primera vez en años desde estamentos oficiales, la que había sido la versión oficial de los 70.

El nuevo gobierno adoptó un organigrama estatal mucho más austero. El primer día de gobierno el decreto 8/2023 dio de baja a varios ministerios, entre ellos el de Mujeres, Géneros y Diversidad, una especie de ministerio de las oprimidas, fundamentado en la doctrina del marxismo cultural que solo alimentó a causas ideológicas, a lobbies minoritarios, a los adoctrinadores de género y a quienes instrumentalizaban la fragilidad humana para obtener privilegios y beneficios económicos. Una sorpresa agradable.

Otra sorpresa auspiciosa: ver grupos de manifestantes, protestando en la vereda, sin cortar las calles, sin palos y sin caras tapadas.

INCERTIDUMBRE

Como ya se ha dicho, pocas veces en la historia política Argentina, se ha dado un año con tan larga y extenuante campaña electoral, que a comparación de otras que también fueron intensas como las de las elecciones de 1973 y de 1983, contó con las redes sociales y la multiplicidad de medios que existen en estos tiempos. El bombardeo fue constante y por todas las vías. Era imposible sentirse ajeno.

De agosto a noviembre nos saturamos de política mientras el país seguía al garete con el desgobierno de los Fernández, profundizando su pésima gestión. Hicieron cualquier cosa con tal de conseguir votos en su afán de mantenerse en el poder, sin ningún disimulo. El Ministro candidato pasó a ejercer el poder que nunca ostentó Alberto Fernández, mientras la señora hizo lo de siempre, cuando la situación no le convenía, desapareció.

Por otro lado, las dos principales agrupaciones políticas opositoras, generaron discusiones internas y externas, que al final terminaron sincerando sus inclinaciones ideológicas, entre los que querían seguir participando del juego que le conviene a la casta política, pero con otros modales y los que se rebelaron.

La pobreza creció a ritmo acelerado y a niveles nunca vistos. El futuro próximo es incierto para millones de personas.

ANSIEDAD

Los cacerolazos y las manifestaciones gremiales que estuvieron silenciosas durante todo el año (y los tres anteriores también), habiendo motivos más que suficientes, se despertaron de golpe y tanto a seguidores como a opositores les pasa algo similar a lo que sucede cuando se está jugando el Mundial de Fútbol. Así, como de un día para el otro, todos somos directores técnicos, ahora todos somos economistas. Los argentinos promedio tenemos fama de ser “todólogos”, que cambiamos de especialidad según el tema de moda.

Recordando una famosa frase de un conocido exjugador y DT de nuestro fútbol, más nos valdría ir "paso a paso", darle tiempo al tiempo, y disminuir algo nuestra ansiedad ante los grandes desafíos que se avecinan. ¡Cómo si los estropicios hechos en los últimos años pudieran resolverse en dos semanas!

SANTOS INOCENTES

Hoy no podemos dejar de recordarlos. La Iglesia Católica rememora la matanza de los niños en Belén a manos de Herodes y esta semana se cumplen 3 años de la sanción de la inicua ley de aborto. Desde ese día ya se llevó la vida de más de 246.000 niños no nacidos, por los abortos realizados en el sector público. Es posible que en el privado la cantidad se duplique o triplique. No hay datos fidedignos de ese ámbito.

Ojalá que pronto y oportunamente llegue el día en que se pueda decir que en Argentina se respeta en forma irrestricta la vida de cada ser humano. Con expectación y esperanza ¡Feliz 2024!

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