Papelón de Boca: no pudo derrotar a un equipo semiamateur y se fue sin victorias del Mundial de Clubes

Días antes de este partido, a los hinchas xeneizes les sobraba confianza. Es que a Boca se le había escapado el triunfo ante el Benfica y, pese a la derrota, le jugó de igual a igual al Bayern Múnich.

Es cierto que era difícil. Los alemanes debían ganarle a los portugueses, algo que era altamente posible, y los dirigidos por Miguel Angel Russo debían golear al conjunto neozelandés, al que ya le habían vencido la valla en 16 ocasiones en los dos partidos previos. Era difícil, pero no imposible.

Pero todo lo bueno hecho en el Mundial de Clubes desapareció ante un rival semiamateur y cargado de limitaciones. Tras cartón, los de Oceanía anotaron su único gol en el torneo, justo en este partido. Fue 1 a 1 y fin del sueño para Boca.

El equipo argentino tardó mucho en abrir el score. Si bien tuvo chances para hacerlo, las ideas no fueron claras y los centros desprolijos. Pero desde esa vía llegó el gol de la esperanza. Lautaro Di Lollo se elevó y conectó de cabeza y, aunque la pelota dio en el palo, el arquero Nathan Garrow, quien mostró constantes problemas a lo largo del encuentro, metió la pelota en su propio arco a los 26 minutos del primer tiempo.

Hacía 40 grados de sensación térmica en Nashville y el partido se interrumpió varias veces para que los jugadores se hidrataran. Esto fue un arma de doble filo. Si bien jugar con el resultado de lo que pasaba entre Benfica y Bayern podía ayudar a Boca, el hecho de que los portugueses encontraran rápidamente la ventaja aumentó los nervios del conjunto argentino. Para colmo… tormenta eléctrica y suspensión del partido.

Boca volvió a la cancha con la noticia de que estaba eliminado. Pero ni siquiera el orgullo lo empujó para delante. A los 6 minutos del segundo tiempo vino uno de los únicos córners que Auckland City tuvo en el torneo y el defensor Christian Thomas Gray metió un gran cabezazo para el 1 a 1, que sería lapidario.

Luego vino el desorden, la ansiedad, el peso de saber que la victoria casi adjudicada antes del partido nunca llegaría. Boca tuvo 19 tiros de esquina a favor, pero cero ideas. Centros sin destino al área rival y tiros desviados desde lejos.

Garrow, inseguro en casi todo el encuentro, comenzó a tomar confianza con algunas intervenciones acertadas, con las que evito la segunda caída de su arco. 

Pero la principal traba de Boca fue Boca. No supo resolver el planteo defensivo de los neozelandeses, ni supo prolongar la buena imagen que mostró en los dos primeros partidos por lo que se despidió del certamen con un saldo deficitario. Sin victorias, sin poder sostener un 2 a 0 contra Benfica, sin poder arañar un empate contra Bayern que en algún punto pareció posible y sin lograr doblegar a un equipo cuyos jugadores no son futbolistas de tiempo completo. En resumen, este Boca no pudo respetar la historia del club, que está llena de gloria.

 

Síntesis

Auckland City: Nathan Garrow; Regont Murati, Christian Gray, Adam Mitchell, Nikko Boxall, Jerson Lagos; David Yoo, Gerard Garriga, Mario Ilich, Dylan Manickum; Myer Bevan. DT: Paul Posa.

Boca: Agustín Marchesin; Luis Advíncula, Luciano Di Lollo, Marco Pellegrino, Lautaro Blanco; Rodrigo Battaglia; Exequiel Zeballos, Carlos Palacios, Alan Velasco; Miguel Merentiel y Edinson Cavani. DT: Miguel Ángel Russo.

Goles en el primer tiempo: 26m Nathan Garrow -en contra- (B).

Goles en el segundo tiempo: 7m Christian Gray (AC).

Cambios en el primer tiempo: 26m Kevin Zenón por Zeballos (B).

Cambios en el segundo tiempo: 9m Milton Giménez por Cavani (B); Malcom Braida por Velasco (B); Dylan Connolly por Murati (AC); Jordan Vale por Garriga (AC); Matthew Ellis por Yoo (AC); 23m Haris Zeb por Manickum (AC); 38m Joseph Lee por Lagos (AC).

Estadio: Geodis Park.

Árbitro: Glenn Nyberg (Suecia).

VAR: Bram Van Driessche (Bélgica).