Default humanístico

Pandemia y triángulo de las Bermudas

“En la oscuridad de hoy es la época del poder blando. Todo es sí. Se puede todo" -  Byung-Chul Han, "El poder" (2015).

La Argentina y toda América Latina tiene varios “Triángulos de Bermudas”; metáfora que alude a la caída “mortífera” en ciertos lugares que son circuitos de entropía social o sea de ruptura de todos los sistemas de socialización y de vigencia de la Ley (barrios carenciados dominados por grupos que se disputan ventas y que se ofrecen como lugares de trabajo para el menudeo de las ventas, circuitos VIP con alta incidencia de consumo y distribución, lugares de luchas entre bandas como en Villa Lugano o en otras regiones del país). La debilidad y fragilidad humana cede frente a circuitos destructivos y delictivos ligadas a circuitos críticos.

Loa Pandemia ha agravado esos “Triángulos de Bermudas”; aumenta la cantidad de consumidores, de puestos de venta con tecnología de última generación, multitudes de gente sola y con la angustia de la muerte ahí rondando. Lo mejor -para algunos – es huir como decía Baudelaire:” …huir …huir no importa dónde”.

Colombia además de los problemas sociales tiene una disputa con grupos narcos unidos a grupos indigenistas en las regiones del Cauca en donde el glifosato lanzado por las autoridades destruye la mayor producción de su historia como país de ampolas (opioides) y de cocaína luego de los llamados y vulnerados Acuerdos de Paz. Esto destruye un negocio.

Países vecinos intervienen porque la venta de estupefacientes es también un financiamiento político. Todos los que viven ahí están en un “Triángulo de Bermudas”. Luchas entre fuerzas y mezcla de intereses marginales que avivan desigualdades sociales que existen.

Una mamá me sorprendió hace dos años con un abrazo; al lado de ella su hijo un joven de no más de 16 años observaba sonriente esa muestra efusiva de cariño. Era un abrazo de agradecimiento. Me anunciaba que se iba con su hijo a Italia. Una hija se casó con un italiano que tiene campos de olivo y se llevó a su cuñado a vivir ahí en la campiña del norte de Italia. Su alegría era inconmensurable y la de Luciano también. Me decía repetidamente “…salimos del triángulo de las Bermudas”. Le pregunto por qué y me respondió que estaban a metros de “Puerta de Hierro”. No era la quinta de Perón en Madrid por supuesto es una Villa de emergencia en la Provincia de Buenos Aires.

Forma parte del “Planet of the Slumps” (planeta de las villas miserias del mundo) término acuñado por el geógrafo Mike Davis. Puerta de Hierro, ubicada en La Matanza, es una de los miles de villas de emergencia de la Provincia y de nuestro país incluido el conurbano de CABA. Viven en todos esos conglomerados millones de personas. En “Puerta de Hierro” un tercio de las 500 viviendas vende Paco. Ahí en la estación Villegas del Belgrano Sur se huele “Infierno” parecía decirme esa mamá esperanzada. Su hijo estaba “limpio” me repetía y ahora ya estudiaba viviendo en nuestra comunidad terapéutica.

Su casa era un residuo triste de las secuelas del Infierno en la tierra; dos hijos presos, varios en las cadenas de la prostitución: el grito de alegría parecería ser el de una salvación. Alguien se salvó. La militarización creciente de este territorio no aseguró nada. Crecían los puestos de venta me lo decía esto en el 2013.

Un joven al que todavía visito cuando voy a Rosario llego al centro de rehabilitación en un estado deplorable. Estaba en el centro de los huracanes de los diversos “Triángulos de Bermudas” de Rosario.

Instalado en un bunker durante 24 hs. Vendía droga y le pagaban con droga (algo revendía y otra parte la consumía). Meses y meses de desconexión afectiva y social formaban el paisaje de sus relaciones con los compañeros y los terapeutas. Autista, mirada perdida, sin lenguaje, anímico. Solo comía y un poco dormía. Observe que cuando venía la madre con unos dulces le acariciaba la nuca y ahí su gesto era vivaz y sonreía.

Entonces comprendí que desde ahí iba a poder a entablar una relación, mínima pero quizás prometedora. Entonces todos los días compraba en la panadería 3 medialunas de manteca y desayunaba con èl. Empezó a cambiar. Tardó meses esta relación y me comentaba la vida en un “bunker” rosarino. Los retenes de seguridad que había y la compulsión a drogarse que tenía. Luego se fue mejorando y todavía hoy lo visito en la gomería del padre en donde puede trabajar, ahora si con alegría.

ORTEGA: “SOY YO Y MIS CIRCUNSTANCIAS”

Nosotros decimos que en el tema de las drogas hay tres elementos que son concurrentes: sujeto, agente y contexto. El sujeto es la persona; pero como nos enseñaba Ortega y Gasset “no soy sin mis circunstancias”. Necesitamos como dice Horacio (poeta latino) someter esas circunstancias y eso es la cultura decía Ortega. La cultura es como un “salvavidas” nos decía él. Evita nuestro naufragio en el “mar” de la vida.

Mis circunstancias son el barrio donde vivo, la cultura y moral predominante en una ciudad, sus líderes, la corrupción imperante, la cantidad de escuelas y por supuesto la Ley que predomina.

El sujeto quedó bloqueado en Luciano, no pudo madurar en sus fases evolutivas. Una familia inficionada por el abandono y un barrio en donde desde el futbol hasta la escuela estaba invadida por la venta de drogas (único modo de ascenso social y de descenso a la vez a la marginación y a la explotación). Salir de ahí cuesta.

Muchos hijos de esta madre esperanzada viven en los “calabozos” de la marginalidad y sus vidas oscuras casi seguramente no encontrarán otro modo de vida más que la penumbra de la tristeza vital.

El agente químico y el contexto asfixiante eran más fuertes que el desarrollo de un sujeto hacia la plenitud de su libertad. Digo siempre que la comunidad terapéutica para muchos hoy es una segunda escuela. Una segunda oportunidad, pero como escuela de vida, valores, de educación emocional y de valores. Los actos médicos de desintoxicación y de superación de los síntomas psiquiátricos son una primera etapa para que los pacientes se pongan en contacto con una vida que está más allá del “Triangulo de las Bermudas”.

LIQUIDAR LO HUMANO

El Triángulo de las Bermudas, término que utilizó tan gráficamente esta mamá, es en el imaginario mundial el símbolo de lo que “traga”, “chupa” y en donde las fuerzas de los “huracanes” de la vida, en este caso, aniquilan todo lo que encuentran.

Término creado por un literato de ficción Charles Berlitz con su célebre libro titulado precisamente “Triangulo de las Bermudas”. Triángulo equilátero entre el Océano Atlántico, las Islas Bermudas, Puerto Rico y la ciudad estadounidense de Miami de 1.600 kms. de lado y de un millón cien mil kilómetros cuadrados de superficie. Los accidentes que cuenta Berlitz son mínimos frente a los 120 millones de naves que circulan por ahí.

Pero lo importante es lo que ha quedado en el “mito popular”: hay zonas peligrosas que te atrapan y te chupan. En esos territorios humanos es difícil crecer. La fuerza del contexto es

superior a las posibilidades del sujeto en maduración. El agente químico (drogas a la venta) en la puerta de las casas y el contexto sin Ley más que la de la mafia y la corrupción impiden el desarrollo humano.

Una fuerza externa de la cultura como es una comunidad terapéutica ayuda a ver otros mundos posibles. El descubrimiento de esos otros mundos posibles es milagroso para estos muchachos y en estas familias opera como un milagro: hablar, ser escuchado, relatar su propia historia, llorar, aceptarse, sentir y devolver esperanza.

LLEGAMOS TARDE

Jorge vivía en otro “Triangulo de las Bermudas”; acaba de morir. No pudo salir de ahí. El set de televisión y las fantasmagorías de la producción televisiva con el plato siempre lleno de cocaína para rendir más y al mismo tiempo hundirse más fue más fuerte que la palabra de la cultura que implica un tratamiento. Los triángulos de las Bermudas están en varios lados.

La fuerza del contexto es grande en personas muy vulnerables. Jorge era un vulnerable. Como no consumir en largas horas de espera en un camión de exteriores y más cuando la melancolía lo seguía como una sombra desde pequeño; llegamos tarde me dije.

Muchos años de consumo inveterado y de un contexto voraz que lo llamaba y ahí es donde el sujeto (la persona) ya no tiene respuestas. Su motivación a la vida había quedado embargada, su capacidad de aprendizaje deteriorada, así como su poder decisional y la memoria. Triunfó el autómata con su cerebro automático como aliado (zonas más primitivas que activa el consumo crónico de drogas y alcohol).

La transformación de ciudades abyectas y deplorables es un acto de política de salud y política integral de empleo y seguridad. Es

una tarea pendiente. En lo nuestro (prevención de adicciones) y parece que estamos lejos. Triunfa la decadencia. Cae la vida. La aceptación social del consumo y la banalización de las consecuencias ha triunfado como herramienta cultural. Por ahora solo queda tratar como a esa familia de Luciano que lograron estar fuera de Puerta de Hierro por esos azares de la vida y de una buena Obra Social. Muchos están –todavía – atrapados en distintos Triángulos de las Bermudas.

Director Geneal Gradiva – Rehabilitación en adicciones.