Pagos digitales y beneficio ambiental

En estos días, Oxford Economics publicó un informe que muestra, con evidencia concreta, que los pagos digitales son mucho menos perjudiciales para el medio ambiente que las maneras tradicionales de hacerlo, incluido el efectivo.

El informe, titulado "El impacto ambiental de los pagos digitales en comparación con los pagos en efectivo en Europa", se llevó a cabo en 2022 en tres países de la Eurozona: Finlandia, Alemania e Italia, cada uno en de estos países en su propio estado evolutivo en la adopción de pagos digitales. Los resultados del estudio vienen a ponerle un número a una cuestión que no iba más allá de la intuición y el sentido común. 

Los pagos digitales tienen un menor impacto ambiental que el efectivo en 17 de las 18 categorías que evaluó Oxford Economics. Por ejemplo, en Italia una transacción en efectivo emite tanto CO2 como 2,1 transacciones digitales. Esta diferencia es mucho más amplia en Alemania y Finlandia, donde las transacciones en efectivo equivalen a las emisiones de CO2 de 5,9 y 23,5 transacciones digitales respectivamente. Quizás lo más importante es que el estudio traduce estos datos en beneficios concretos: optar por pagos digitales en lugar de efectivo durante un año podría ahorrar el equivalente en CO2 a 37 bolsas de plástico de un solo uso en Italia, 49 en Alemania y 74 en Finlandia.

Sin embargo, no todo es tan fácil. Los beneficios ambientales de los pagos digitales están vinculados a la madurez de la infraestructura digital de un país. Finlandia, con sus sistemas de pago digital avanzados y su bajo uso de efectivo, es el ejemplo perfecto sobre el potencial para reducir el impacto ambiental. Lógicamente, no todos los países del mundo son como Finlandia y todavía falta un trecho considerable para que el resto del mundo en desarrollo alcance el grado de infraestructura digital finlandesa. El estudio también aborda las implicaciones más amplias para la cadena de valor de los pagos en la contribución hacia una economía baja en carbono y explora áreas con alto potencial de descarbonización.

El innovador trabajo presentado por Oxford Economics, con sus métricas revisadas por un panel de expertos, altos estándares científicos y técnicos, y  bajo las directrices de la Organización Internacional de Normalización (ISO), podría convertirse en la punta de lanza de una movida global que bregue más firmemente por la despapelización de las transacciones económicas. Para Oxford Economics, esta industria todavía tiene un amplio margen para mejorar en términos ambientales; su trabajo es apenas el punto de partida para aunar esfuerzos y colaborar con una cadena de valor de pagos en la que se compartan conocimiento y se construyan alianzas para un futuro sostenible.