Opinión
Otra vez sobre liberales y radicales
En el fragor del debate público y las disidencias que se plantean en torno a temas de actualidad ha vuelto a escucharse y leerse la cuestión en torno a la adhesión al liberalismo del fundador de la UCR, Leandro Alem. Recientemente el diputado Alberto Benegas Lynch ha sostenido que aquellos diputados que siendo parte del bloque radical votaron junto al oficialismo por la negativa al aumento de las jubilaciones en resguardo del equilibrio fiscal estarían siendo fieles al pensamiento del fundador y los orígenes de la UCR.
El tamaño de la impostura del mentado legislador intentando justificar un evidente y flagrante transfuguismo de quienes en una primera oportunidad votaron junto a su bloque afirmativamente el citado aumento jubilatorio para cambiar sospechosamente su voto luego de una audiencia profusamente difundida con fotos en redes exhibiéndose con el presidente que vetó dicha norma, nos exime de asumir la responsabilidad de desmentir afirmaciones que los hechos se ocuparon de demostrar.
VERDAD HISTORICA
Nos ocuparemos si de hacer honor a la verdad histórica señalando que Leandro Alem fue un auténtico romántico de la política en quien como tantos las ideas liberales habían calado hondamente, representándolas cabalmente a lo largo de su trayectoria política como diputado a la legislatura de Buenos Aires y como diputado y senador al Congreso. Si se revisa su cursus honorum se constatará que Alem ejerció los mandatos populares para los que fuera electo en representación de diversos partidos, algunos efímeros y otros de existencia más prolongada. Integró partidos preexistentes a su incorporación a los mismos y fundó nuevos. Ninguno de aquellos llevó la denominación “Liberal” aunque los postulados de la libertad estuvieran presentes en su ideario y programa.
Alem integró el Partido Autonomista liderado por Adolfo Alsina, caudillo porteño que fue gobernador de Buenos Aires y vicepresidente de la República. Enemistado con él, Alem junto a su amigo y compañero de luchas Aristóbulo Del Valle fundaron el Partido Republicano que se evaporó muy pronto aunque intentó impulsar la candidatura de Sarmiento para un nuevo mandato presidencial en el ‘80.
Alejado de la política militante Alem retornó convocado por la joven generación porteña que había dado vida a la primigenia Unión Cívica de la Juventud que bien pronto descartó dicho aditamento cuando fundó la Unión Cívica que presidió hasta la ruptura y la consiguiente fundación de la Unión Cívica Radical, de la que fue presidente y a la que representó en el Congreso. La palabra liberal que alguna vez fuera utilizada para denominar un Partido al que adhirió Bartolomé Mitre que pronto pasó a llamarse Partido Nacional no fue elegida para nombrar esa nueva agrupación que asomó pujante, novedosa y combativa para enfrentar al régimen conservador oligárquico.
Aunque promovían ideas del liberalismo no eligieron llamarse liberales, simplemente porque no lo eran. ¿Qué dificultad hubieran tenido en elegir la denominación Partido Liberal, Unión Liberal o Unión Cívica Liberal? Sencillamente ninguna. Eligieron no llamarlo así porque no era un partido liberal. Algo más, Alem y Del Valle si bien identificados con las ideas del liberalismo político, combatieron con pasión políticas ultraliberales en lo económico de Juárez Celman y en sus intervenciones parlamentarias aparecen menciones al Estado y a la necesidad de regular la economía, impedir la formación de oligopolios y proteger a las industrias. Yrigoyen también sostuvo a su tiempo: "Nuestro programa es la Constitución Nacional", que resume los grandes lineamientos de la visión liberal de la Argentina del siglo XIX.
POSTULADOS LIBERALES
Si atendemos a la evolución de las relaciones socioeconómicas en los gobiernos radicales de Yrigoyen y Alvear podrá comprobarse que en ambos casos los viejos postulados liberales -más no anti estatistas- fueron generalmanete aplicados ya que sus administraciones fueron ejercidas con austeridad, cuidaron el déficit y ordenaron las cuentas públicas. En particular merece señalarse a Yrigoyen que en su primera gestión recibió el comercio exterior jaqueado por la Gran Guerra Europea. También ambos presidentes, supieron introducir correcciones en el sistema económico cuando razones estratégicas así lo recomendaban: atenuar las desigualdades construyendo un Estado social de derecho con leyes laborales y los primeros regímenes previsionales, la creación de YPF e implementación de una agresiva política de desarrollo territorial.
La UCR que atravesó tres siglos de la historia argentina con un devenir no siempre parejo y regular, puede exhibir su permanente condición de partido político democrático, igualitario, policlasista y de raíz movimientista y popular. Las ideas del liberalismo político fueron características de su larga tradición no así las del liberalismo económico a ultranza y antiestatista aún en sus orígenes, como pretenden hoy algunos endilgarle por interés argumentativo electoralista.
El tamaño de la impostura del mentado legislador intentando justificar un evidente y flagrante transfuguismo de quienes en una primera oportunidad votaron junto a su bloque afirmativamente el citado aumento jubilatorio para cambiar sospechosamente su voto luego de una audiencia profusamente difundida con fotos en redes exhibiéndose con el presidente que vetó dicha norma, nos exime de asumir la responsabilidad de desmentir afirmaciones que los hechos se ocuparon de demostrar.
VERDAD HISTORICA
Nos ocuparemos si de hacer honor a la verdad histórica señalando que Leandro Alem fue un auténtico romántico de la política en quien como tantos las ideas liberales habían calado hondamente, representándolas cabalmente a lo largo de su trayectoria política como diputado a la legislatura de Buenos Aires y como diputado y senador al Congreso. Si se revisa su cursus honorum se constatará que Alem ejerció los mandatos populares para los que fuera electo en representación de diversos partidos, algunos efímeros y otros de existencia más prolongada. Integró partidos preexistentes a su incorporación a los mismos y fundó nuevos. Ninguno de aquellos llevó la denominación “Liberal” aunque los postulados de la libertad estuvieran presentes en su ideario y programa.
Alem integró el Partido Autonomista liderado por Adolfo Alsina, caudillo porteño que fue gobernador de Buenos Aires y vicepresidente de la República. Enemistado con él, Alem junto a su amigo y compañero de luchas Aristóbulo Del Valle fundaron el Partido Republicano que se evaporó muy pronto aunque intentó impulsar la candidatura de Sarmiento para un nuevo mandato presidencial en el ‘80.
Alejado de la política militante Alem retornó convocado por la joven generación porteña que había dado vida a la primigenia Unión Cívica de la Juventud que bien pronto descartó dicho aditamento cuando fundó la Unión Cívica que presidió hasta la ruptura y la consiguiente fundación de la Unión Cívica Radical, de la que fue presidente y a la que representó en el Congreso. La palabra liberal que alguna vez fuera utilizada para denominar un Partido al que adhirió Bartolomé Mitre que pronto pasó a llamarse Partido Nacional no fue elegida para nombrar esa nueva agrupación que asomó pujante, novedosa y combativa para enfrentar al régimen conservador oligárquico.
Aunque promovían ideas del liberalismo no eligieron llamarse liberales, simplemente porque no lo eran. ¿Qué dificultad hubieran tenido en elegir la denominación Partido Liberal, Unión Liberal o Unión Cívica Liberal? Sencillamente ninguna. Eligieron no llamarlo así porque no era un partido liberal. Algo más, Alem y Del Valle si bien identificados con las ideas del liberalismo político, combatieron con pasión políticas ultraliberales en lo económico de Juárez Celman y en sus intervenciones parlamentarias aparecen menciones al Estado y a la necesidad de regular la economía, impedir la formación de oligopolios y proteger a las industrias. Yrigoyen también sostuvo a su tiempo: "Nuestro programa es la Constitución Nacional", que resume los grandes lineamientos de la visión liberal de la Argentina del siglo XIX.
POSTULADOS LIBERALES
Si atendemos a la evolución de las relaciones socioeconómicas en los gobiernos radicales de Yrigoyen y Alvear podrá comprobarse que en ambos casos los viejos postulados liberales -más no anti estatistas- fueron generalmanete aplicados ya que sus administraciones fueron ejercidas con austeridad, cuidaron el déficit y ordenaron las cuentas públicas. En particular merece señalarse a Yrigoyen que en su primera gestión recibió el comercio exterior jaqueado por la Gran Guerra Europea. También ambos presidentes, supieron introducir correcciones en el sistema económico cuando razones estratégicas así lo recomendaban: atenuar las desigualdades construyendo un Estado social de derecho con leyes laborales y los primeros regímenes previsionales, la creación de YPF e implementación de una agresiva política de desarrollo territorial.
La UCR que atravesó tres siglos de la historia argentina con un devenir no siempre parejo y regular, puede exhibir su permanente condición de partido político democrático, igualitario, policlasista y de raíz movimientista y popular. Las ideas del liberalismo político fueron características de su larga tradición no así las del liberalismo económico a ultranza y antiestatista aún en sus orígenes, como pretenden hoy algunos endilgarle por interés argumentativo electoralista.