Opinión
Otro conflicto docente
Los salarios docentes son bajos, pero autoridades y docentes deben buscar consensos destinados a mejorar la situación educativa y evitar pérdidas en las horas de clase.
El paro docente anunciado para el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires, revela la continuidad de práctica que van en desmedro de la calidad educativa, a través de un conflicto que vuelve a poner de manifiesto problemas graves en el sistema cuyas consecuencias sufre la sociedad. Evidentemente, las remuneraciones de los docentes son en general reducidas, por lo cual muchos maestros son a la vez sobreocupados, debiendo concurrir a distintas sedes para alcanzar un ingreso digno. Desde este punto de vista la mejora de los salarios docentes y del presupuesto educativo de la Ciudad en su conjunto, deberían ser objetivos prioritarios de la administración. Aun así, los docentes deberían tener en cuenta que sus medidas de fuerza ocasionan la pérdida de horas de clases para un alumnado que en su mayor parte es de medianos y bajos recursos, y para el cual la educación es el único medio para la mejora de sus condiciones de vida. Cabe esperar, por otra parte, que las medidas de fuerza no se utilicen como instrumento político. Autoridades y docentes deben, en consecuencia, buscar consensos destinados a mejorar la situación de la educación y evitar nuevas pérdidas en las horas de clase. Una de las razones de la baja de la calidad de la educación pública es la disminución de las horas de clase. Mientras en el sistema educativo de las sociedades más desarrolladas se trazan y se cumplen calendarios cada vez más poblados de actividades pedagógicas, lo cual incluye más días de clase, extensión de la doble jornada y cada vez más utilización de libros y herramientas informáticas, el nuestro padece problemas difíciles de resolver.