ESPECIAL 151 ANIVERSARIO: LA DECADA QUE VIENE

No seremos los mismos

Es inevitable no pensar que muchas cosas cambiarán después de la pandemia, algunas de manera radical. La idiosincrasia de los argentinos sufrirá, a no dudarlo, un duro revés, sobrevivir al coronavirus dejará secuelas que refundarán nuestra manera de ser y de convivir. La cuarentena más larga del mundo no será gratis, tendrá un costo dramático por un lado y nos dará un empujón hacia un mundo más práctico y moderno, cueste lo que cueste. 

El diseñador Marc Jacobs advirtió la importancia de encontrar nuevos métodos para encarar el trabajo creativo: "Hasta que no dejemos de añorar la forma en que lo hicimos hasta hoy y busquemos otra vía o nos pongamos un nuevo objetivo hacia el que encauzar nuestro trabajo, no vamos a poder crear". 

Buen consejo si se tiene en cuenta que el consumidor será más ahorrativo, digital y saludable. Y así será el comportamiento de nuestra motivadora clase media en el mundo post pandemia. 

Decididamente, las redes sociales ocuparán un lugar destacado en nuestras costumbres cotidianos. En el mundo laboral, por ejemplo, todo espacio de trabajo tiene que buscar lograr el bienestar de los empleados para que puedan lograr su máximo potencial. Este forzoso trabajar desde casa utilizando la tecnología, será una norma obligatoria que ya ha probado su utilidad y sobre todo una enorme reducción de costos para las empresas. El suponer que el trabajo es el lugar al que vamos, será un concepto erradicado y cambiado por el trabajo está donde me siento bien y rindo más. 

Por otro lado será más fácil controlar la disponibilidad del empleado, que no se medirá por horas presenciales sino por objetivos cumplidos. Este solo cambio, altera la vida familiar, la relación padres-hijos, la administración del tiempo y tal vez sirva para reconstruir ese vínculo de la familia que está perdido desde hace muchos años. 

Nuestra vida cotidiana cambiará, ese hábito tan nuestro que nos viene de los genes latinos, de ser saludadores efusivos, besadores, abrazadores, se atenuará a fuerza de costumbre de andar codeándonos y agitando las manos a dos metros de distancia. 

INTELIGENCIA COLECTIVA

Aunque no todo será negativo, la covid-19 se irá y habrá dejado una mayor y mejor inteligencia colectiva, un sentido más fuerte y real de la solidaridad y sobre todo, el uso racional de la imaginación que ha estado forzada para ayudarnos a sobrevivir el encierro interminable. Podremos volver a estar juntos pero siempre flotará en el aire un sentimiento de desconfianza que tal vez jamás nos abandone.

 Los documentos incorporarán el rubro salud, certificados de vacunación, chequeos médicos documentados, serán una nueva manera de identificarnos como "sanos". Incluso se habla de un pasaporte de salud. 

En el presupuesto, el gasto en Salud será el de mayor peso y se apurará la construcción de centros sanitarios. El corona no será el último virus que ataque a la humanidad, según afirman con contundencia los científicos más relevantes. 

Las escuelas, colegios y universidades incorporarán poco a poco la educación digital muy a distancia controlada a y los edificios servirán más para la socialización entre los alumnos y profesores. 

EL SER ARGENTINO

El ser argentino cambiará y ese cambio será notorio. Más allá de los avances que aporten la tecnología y los nuevos sistemas de comunicación, debemos aprender a convivir con estas modificaciones que nos harán dejar de lado por mucho tiempo algunas de nuestras más notables características. Ya no masificaremos la euforia en grandes fiestas, ni habrá pogo en los recitales y tal vez hasta el rezo se convierta en un acto en soledad. Nada será igual después que el virus pueda ser derrotado o aletargado, porque él estará desaparecido o controlado, pero nuestros miedos no se irán tan fácilmente y nos harán cambiar nuestras costumbres, aunque tal vez no lleguen a cambiarnos el alma.