La historia cuenta que cuando el rey Muhammad XII, más conocido como Boabdil, debió entregar Granada a los Reyes Católicos, al partir de la ciudad hacia sus posesiones en Alpujarra, corrieron lágrimas por sus mejillas. Fue entonces que su madre, la sultana Aixa, le espetó esta frase que quedó para la posteridad: «No llores como una mujer lo que no supiste defender como hombre».
Hoy, en este mundo de corrección política, está condena quizás suene demasiado machista y arcaica pero aún mantiene su espíritu despectivo, la vergüenza de una madre dolida por la conducta de su hijo.
En el complejo panorama político argentino, quizás debe reformularse en una versión más simple y polémica: “Mañana no lloren por Milei cuando no lo supieron defender”.
LOS LLORADOS
No es la primera vez que nos pasa a los argentinos, cuando no supimos, no quisimos o no pudimos defender nuestra democracia. Frondizi, Illia, Alfonsín y De la Rúa, hoy son llorados, aclamados como estadistas cuando en su momento se le pusieron todas las piedras para entorpecer su mandato, se les atribuyeron intenciones que después resultaron falsas, se esparcieron rumores tenebrosos, afrontaron situaciones complejas sin apoyo ni alicientes, y después lloramos (no diremos como mujeres) cuando nos percatamos lo que perdimos.
Ahora resulta que desde el 11 de diciembre todos sabemos gobernar con un Banco Central al que le faltaban 11.000 millones de dólares, con una inflación del 230% anual y subiendo a la velocidad de la luz, con una brecha cambiaria del 100%, una pobreza que compromete a más del 50% de la población y un país asolado por los narcos.
SIN LUNA DE MIEL
A Milei no se le concedió ni la licencia de los cien días, ni un voto de confianza a pesar de haber ganado las elecciones por un amplio margen, más cuando era un outsider de la política e innovó las campañas electorales dejando de lado esquemas arcaicos de partidos tradicionales, como la campaña de Massa, quien desde el gobierno gastó fortunas a fin de prolongar su mandato.
Nunca más debemos permitir que un funcionario en ejercicio haga campaña durante su mandato… y si somos lo suficientemente idiotas de permitirlo (en Uruguay si el funcionario hace campaña pide licencia seis meses antes) sepamos que es la peor forma de democracia, la que eterniza a líderes en el poder a Putin cómo a tantos jerarcas soviéticos y tantos mandatarios provinciales de nuestro país, que recordar no quiero ...
Aún los políticos que se desgarraban las vestiduras por la pesada herencia que nos dejaba el kirchnerismo, pierden el norte en estas lides políticas y pretenden que todo se resuelva como por arte de realismo mágico, que no haya sufrimiento, que la platita siga surgiendo a mares gracias al accionar de la maquinita. No entienden que no hay parto sin dolor.
El espíritu confrontativo del presidente es un tema que muchas veces le juega en contra, pero es su forma de actuar y no la ocultó en la campaña ni prometió un jardín de rosas. Nos dijo la cruda verdad pero ahora hay muchos que no quieren verla.
Obviamente no todos podemos coincidir en todo, menos aún en política y en una crisis inédita como la que vivimos. No coincidimos con nuestras esposas, ni hijos, ni hermanos ni parientes, menos aún como arreglar a este país que se hunde.
ENTRE DOS MALES
Hubo que elegir entre la recesión y la hiperinflación, que es mucho más dañina. Con tiempo, esfuerzo y suerte podremos sortear la recesión; la inflación deja secuelas más profundas que alteran todos los vínculos y relaciones laborales.
La inflación es la excusa perfecta para el enfrentamiento y la desorganización social. Por eso es menester eliminarla y los resultados obtenidos, a pesar de la falta de colaboración del espectro político que parecían afín a las políticas del presidente, son auspiciosos.
Mientras nos peleamos por un punto y una coma, la ahora oposición se ríe de las divagaciones de los supuestamente aliados y ya se preparan para un retorno con o sin helicóptero.
Tenemos delante nuestro un Presidente que está dispuesto a dar batalla y ha demostrado una inteligencia superior –a veces alterada por una incontinencia oral–.Tiene una solución y debemos dejarlo actuar porque el fue el elegido. ¿Que otro presidente en cien días de gobierno ha sufrido las huelgas, los paros y las manifestaciones que ha soportado este gobierno? O nos alineamos a su política o nos espera la peor versión del kirchnerismo , de esa de la que no hay retorno...
Y esos puntos y comas que ahora discuten con tanto fragor, serán anecdóticos.
Y entonces el llanto de nada nos servirá.
Hoy, en este mundo de corrección política, está condena quizás suene demasiado machista y arcaica pero aún mantiene su espíritu despectivo, la vergüenza de una madre dolida por la conducta de su hijo.
En el complejo panorama político argentino, quizás debe reformularse en una versión más simple y polémica: “Mañana no lloren por Milei cuando no lo supieron defender”.
LOS LLORADOS
No es la primera vez que nos pasa a los argentinos, cuando no supimos, no quisimos o no pudimos defender nuestra democracia. Frondizi, Illia, Alfonsín y De la Rúa, hoy son llorados, aclamados como estadistas cuando en su momento se le pusieron todas las piedras para entorpecer su mandato, se les atribuyeron intenciones que después resultaron falsas, se esparcieron rumores tenebrosos, afrontaron situaciones complejas sin apoyo ni alicientes, y después lloramos (no diremos como mujeres) cuando nos percatamos lo que perdimos.
Ahora resulta que desde el 11 de diciembre todos sabemos gobernar con un Banco Central al que le faltaban 11.000 millones de dólares, con una inflación del 230% anual y subiendo a la velocidad de la luz, con una brecha cambiaria del 100%, una pobreza que compromete a más del 50% de la población y un país asolado por los narcos.
SIN LUNA DE MIEL
A Milei no se le concedió ni la licencia de los cien días, ni un voto de confianza a pesar de haber ganado las elecciones por un amplio margen, más cuando era un outsider de la política e innovó las campañas electorales dejando de lado esquemas arcaicos de partidos tradicionales, como la campaña de Massa, quien desde el gobierno gastó fortunas a fin de prolongar su mandato.
Nunca más debemos permitir que un funcionario en ejercicio haga campaña durante su mandato… y si somos lo suficientemente idiotas de permitirlo (en Uruguay si el funcionario hace campaña pide licencia seis meses antes) sepamos que es la peor forma de democracia, la que eterniza a líderes en el poder a Putin cómo a tantos jerarcas soviéticos y tantos mandatarios provinciales de nuestro país, que recordar no quiero ...
Aún los políticos que se desgarraban las vestiduras por la pesada herencia que nos dejaba el kirchnerismo, pierden el norte en estas lides políticas y pretenden que todo se resuelva como por arte de realismo mágico, que no haya sufrimiento, que la platita siga surgiendo a mares gracias al accionar de la maquinita. No entienden que no hay parto sin dolor.
El espíritu confrontativo del presidente es un tema que muchas veces le juega en contra, pero es su forma de actuar y no la ocultó en la campaña ni prometió un jardín de rosas. Nos dijo la cruda verdad pero ahora hay muchos que no quieren verla.
Obviamente no todos podemos coincidir en todo, menos aún en política y en una crisis inédita como la que vivimos. No coincidimos con nuestras esposas, ni hijos, ni hermanos ni parientes, menos aún como arreglar a este país que se hunde.
ENTRE DOS MALES
Hubo que elegir entre la recesión y la hiperinflación, que es mucho más dañina. Con tiempo, esfuerzo y suerte podremos sortear la recesión; la inflación deja secuelas más profundas que alteran todos los vínculos y relaciones laborales.
La inflación es la excusa perfecta para el enfrentamiento y la desorganización social. Por eso es menester eliminarla y los resultados obtenidos, a pesar de la falta de colaboración del espectro político que parecían afín a las políticas del presidente, son auspiciosos.
Mientras nos peleamos por un punto y una coma, la ahora oposición se ríe de las divagaciones de los supuestamente aliados y ya se preparan para un retorno con o sin helicóptero.
Tenemos delante nuestro un Presidente que está dispuesto a dar batalla y ha demostrado una inteligencia superior –a veces alterada por una incontinencia oral–.Tiene una solución y debemos dejarlo actuar porque el fue el elegido. ¿Que otro presidente en cien días de gobierno ha sufrido las huelgas, los paros y las manifestaciones que ha soportado este gobierno? O nos alineamos a su política o nos espera la peor versión del kirchnerismo , de esa de la que no hay retorno...
Y esos puntos y comas que ahora discuten con tanto fragor, serán anecdóticos.
Y entonces el llanto de nada nos servirá.