"No había elementos para condenar a Carrascosa"

A tres meses de cumplirse 15 años del crimen de María Marta García Belsunce, su hermana Irene Hurtig habló en exclusiva con La Prensa.

La muerte de María Marta García Belsunce ha sido con seguridad uno de los casos policiales más resonantes de la historia argentina. Hoy, a casi 15 años del asesinato, después, las dudas, intrigas, acusaciones y misterios aun revuelan el country El Carmel donde vivía y los familiares intentan despejar las sospechas que sobre ellos cayeron desde un principio. 

Irene Hurtig, hermana de la víctima, conversó en exclusiva con La Prensa y opinó sobre el fallo de la Cámara de Casación Penal bonaerense que resolvió la liberación de Carlos Carrascosa, en el que se acusa además en duros términos al fiscal de entonces Diego Molina Pico por su investigación del homicidio. 

-El fiscal Altuve sostiene que los mismos elementos de prueba que condenaron a Carlos Carrascosa ahora lo absuelven. ¿Qué interpretación le da a eso?

-En realidad, no había elementos de prueba para condenar a Carrascosa. El punto es ése. Primero: vos cuando acusás a una persona tenés que decir cómo ocurrió el hecho y poner a la persona en el lugar del hecho, decir qué motivó el móvil. El famoso qué, cómo, cuándo. Ya en el cómo, el fiscal Molina Pico, en su primera acusación, lo pone a Carrascosa en determinado horario en el Club House tomando un lemoncello, todo mentira. Ahora, en el último juicio (en 2011) y a raíz de un impecable trabajo de los abogados Alejandro Novak y Eugenio Blanco, se demostró que el médico legista (es decir, el que estuvo en la autopsia de María Marta) por primera vez pudo poner una hora de muerte: a las seis y media de la tarde. Entonces quiere decir que si María Marta murió a esa hora, Carlos Carrascosa no estaba en su casa, dicho ésto por los mismos relatos del fiscal. Segundo punto: los rastros de sangre encontrados en la casa no se corresponden con los de Carrascosa ni con los de nadie de la familia. Esos perfiles genéticos corresponden a dos hombres y a una mujer. 

-Hoy en día se pueden obtener resultados de un examen de ADN en una semana. ¿Por qué entonces después de 14 años no se sabe de quiénes son esos perfiles?

-Porque el fiscal Molina Pico desde un primer momento se ensañó con la familia, apuntó todos sus cañones contra nosotros. Tanto el examen a Carrascosa como al resto de los familiares dio negativo. Además, también se le hizo a dos vigiladores, a dos vecinos, y al otro vecino cuestionado (NdR. Nicolás Pachelo), pero después no se le pidió a más nadie. El Carmel no es una comunidad tan grande, se le tendría que haber pedido a todos los guardias que estaban en ese momento, a todas las personas que estaban adentro del Carmel en una determinada banda horaria y a aquellas que quizá no estaban pero había dudas. No se les pidió porque no se quiso investigar para otro lado. 

- Si en el country entra siempre gente conocida, ¿podría haber sido alguien de adentro?

-No es que entran personas siempre conocidas. Por supuesto que las que entran quedan registradas, pero se encontraron muchas falencias en las planillas de registro. Justamente, Nicolás Pachelo decía que estaba en Buenos Aires y se determinó, no por las planillas ni los registros de las tarjetas sino por video, de que estaba en el Carmel y salió a las siete y cinco aproximadamente. El registro que llevaba la guardia tenía sus inconvenientes. Más allá de eso, ese día se comprobó que las cámaras de seguridad estaban apagadas, y la cámara que daba al fondo de María Marta estaba apagada. 

-Como en el caso Nisman...

-Con Nisman hay varios puntos similares, por ejemplo que hubo mucha gente en la escena y las dudas sobre cómo se preservaron las pruebas. Además, Molina Pico estuvo en el velorio, no es que fue después, estaba el cuerpo de mi hermana ahí. Y no hizo lo que debía, que era pedir la autopsia, conservar las pruebas y obtener testigos. 

-Usted acusó al fiscal Molina Pico de tener vínculos con la Gendarmería. Y también en el caso Nisman está implicada la fuerza por la actuación de Sergio Berni. ¿Había gente de esta institución en el country?

-No. Yo lo vinculé a Molina Pico porque Gendarmería hizo una supuesta pericia de un audio de la primera conversación de Carrascosa con OSDE. Una pericia en la cual utilizaron un sistema que en el juicio por encubrimiento se determinó (por el propio creador del sistema) que no se podía sacar conclusiones como palabras y menos aún reconocer voces. Entonces tiró por tierra el trabajo de Gendarmería, por eso sostuvimos que era absolutamente trucha esa pericia. Molina Pico hizo todo lo posible para darle publicidad, sacó conclusiones que no lo avalaban en nada (por ejemplo sostuvo que una era mi voz, y ni el gendarme lo dijo). No nos olvidemos que él es hijo de una persona de la Marina, o sea, que debe tener sus vínculos, y por ese lado planteé esta duda que me daba. Inclusive yo recibí un llamado anónimo de una persona que lo denunció. 

-¿El tal Alberto?

-Sí, que me decían que había sido todo truchado e iban a truchar más cosas. Nosotros fuimos siempre con la mayor honestidad profesional. ¿Por qué digo esto? Porque se sentó en el juicio quien inventó esa máquina para poder sacar conclusiones de un audio. Ese señor, que fue el que les enseñó a los de Gendarmería cómo usarla, dijo en el debate que era imposible reconocer el tenor de las voces, que eran ruidos detrás de la voz de Carrascosa. 

-Por eso solicitó la ayuda del FBI.

-Sí, pero nunca la obtuve. La Fiscalía nunca permitió que la policía bonaerense interviniera, y se apoyó en el procurador De la Cruz, que le proporción lo que se llama la policía judicial, que no son otra cosa que abogados que investigan. Era un grupo formado muy recientemente, porque en ese momento a la policía se la tenía como que no era gran cosa (algo que yo creo es una generalidad porque hay policías que trabajan muy bien). A raíz de que no nos da esto y de que me acusan de ser la voz del audio, es por eso que pido la actuación del FBI y que la analicen ellos, a ver si realmente coincidía con lo que acá estaban diciendo. Acá el gendarme lo dijo clarito: "no puedo identificar la voz femenina". Ahora, ¿por qué no la podía identificar? Porque la voz no era la mía, era la de Michelini, la masajista. Esto fue todo una caramándula armada entre varios. 

-¿Michelini es la que limpió la escena?

-No, lo que hizo fue asistir a María Marta. Cuando Carlos llega, encuentra al vigilador que le dice: "está la señora Michelini en la puerta". Carlos le da el OK para entrar, llega a la casa y se encuentra con María Marta en el baño. 

-¿Es la primera que la vio?

-Sí, y es la primera que la empieza a reanimar. Entonces le pide a Carlos que busque ayuda y nos llama a nosotros. Va Guillermo (NdR. Bártoli, su marido quien falleció hace tres años ) que estaba vestido, yo estaba en la cama. Yo llego después; Guillermo y Michelini la tratan de reanimar. Después, por motu proprio, ella desagotó la bañadera que tenía sangre, pero nadie le pidió que limpie nada. 

-¿Los rastros genéticos que se encontraron dónde estaban, en el baño? 

-Sí, al lado del inodoro había un coágulo de sangre, una mancha en la alfombra justo antes de la puerta. Ahí es donde Carlos había apoyado a María Marta. Después encontraron sangre debajo de un cuadro en la antesala, lo que dio muestras de que había existido una pelea, y en la autopsia luego se verificó por los golpes en las piernas. De todas, no eran a simple vista. 

-En muchos casos de homicidio cuando hay una pelea suele haber rastros del perfil genético del asesino en las uñas de la víctima. 

-Exacto, y acá no. Era nuestra gran esperanza, pero no salió en la autopsia. 

-¿Por qué se empezó a sospechar de Pachelo?

-Porque era una persona bastante díscola, había estado involucrado en varios robos y le robó incluso el perro a María Marta. Era violento, siempre hacía amenazas, y además es el último que la vio con vida. Cuando ella va en bicicleta desde mi casa hacia la suya, Pachelo venía corriendo por la misma calle en sentido contrario y se la cruza. Eso lo sabemos por tres chicos del country que venían caminando y lo vieron. Todos esos indicios, amén de que después dijo una cosa que no era, ameritaban investigarlo y no se hizo. Lo único que se hizo fue pedirle el ADN y dio negativo. 

-¿El tenía portación de arma?

-No sé si tenía portación legal, pero sí tenía arma. Y hay otro hecho muy importante: él al día siguiente se presenta en una estación de servicio de Pilar y le dice a uno de los mozos: "¿Qué sabés de la mujer que mataron en el country?", cuando aún la estábamos velando y creíamos que era un accidente. Todo esto fue surgiendo luego en la causa porque el mozo era amigo de una socia del Carmel y se lo comenta. Pachelo era una persona conocida por sus malos antecedentes, lo debían investigar al igual que a los guardias por todas sus inconsistencias. Hubo uno que dijo que le pidieron que no vaya a trabajar, cuando ese día tenía el turno. Hubo muchas cosas llamativas.

-Además del homicidio también está el tema del encubrimiento, ¿por qué se paró a la policía para que no entrara a la casa? 

-Esa es otra gran mentira de todo este tremendo caso, porque no se paró a nadie. El tema fue así: la noche anterior, el barrio que está pegado al Carmel y que tiene la misma empresa de seguridad, uno de los guardias de ese barrio lo llama por radio al guardia del Carmel para decirle que vio un móvil policial por la calle Petriel como viniendo hacia Carmel. Nuestro guardia cuando toma conocimiento de esto se comunica con el presidente del club y se lo comenta. Este señor, que estaba en el velorio, se lo dice a mi hermano Horacio. En ese momento, Horacio lo llama al policía que era especialista en drogas Casafús, y le dice: "Mirá, se murió mi hermana y parece que está viniendo la policía. Lo único que te pido es... está mi padre... que esto no sea como un zafarrancho donde entra la policía", una cosa lógica. Lo hizo sin mala intención, y la realidad es que nunca llegó un móvil policial. No es que llegó a la puerta del Carmel y le dijeron no entren. Pasó de largo. Se investigó si había salido de alguna de las dos comisarías que corresponden al Carmel y no mandaron ningún móvil. Entonces no sabemos si el guardia del otro barrio lo soñó, si era realmente un móvil policial, nada... porque nunca lo encontraron. Cuando Horacio contó en los medios esto, se interpretó pésimo y luego fue imparable pararlo. Pero insisto: nunca se identificó a ese supuesto patrullero ni a quiénes lo ocupaban, aunque tampoco se le puso mucha pila para investigarlo. 

-¿Qué fue lo último que habló con María Marta?

-Esa tarde María Marta estaba jugando al tenis, se largó a llover y vino para casa (yo llegué más tarde porque había estado almorzando en lo de una amiga), estaba tomando el té con Carlos, Guillermo y los chicos. Me acuerdo perfecto cuando entro al living, ella ya se estaba yendo porque eran las siete menos cuarto y a las siete llegaba Michelini. La abracé, le dí un beso y me dice: "me voy, me voy, porque tengo a Beatriz" y esa fue la última vez que la ví. 

-Fue como premonitorio el "me voy, me voy".

-Sí, tremendo. Con María Marta teníamos una relación no sólo de hermanas sino como amigas, o sea, ella tenía autorización hasta para retirar a mis hijos, entraba a mi casa y no tocaba timbre... La verdad que fue durísimo no escucharla. Es como un shock, te pegan un trompazo y no podés pensar. De hecho, yo me fui corriendo a buscar médico y ¡tenía el auto en la puerta! 

-¿La visita en el cementerio?

-Sí. No soy de ir muy seguido pero sí, cada tanto voy. Igual la pienso todo el tiempo, la recuerdo con mucho cariño. Durante muchos años me sentí muy mal de que a pocas cuadras de mi casa la estuvieran matando, qué habrá pensado en ese momento y cómo se habrá defendido, estaba sola. Eso me atormentó mucho tiempo. Fui a consultar hasta a videntes y padres eclesiásticos... uno busca ayuda en cualquier lado, hasta que de a apoco me fui acomodando. 

-Mucho se habló también del trabajo que tenía María Marta en Missing Children, más que nada de las sospechas sobre el tráfico de menores. ¿Duda de eso también?

-Sí, nunca se investigó. Lo único que se le pidió a Missing Children fueron las actas contables. Nunca se investigó la línea, y creo que era para investigar porque había casos muy sensibles. En ese momento era muy amateur, no como ahora que es apoyado por el Estado. María Marta iba de juzgado en juzgado pidiendo por favor detener a tal señor que se llevó a tal chico, por favor ubiquen dónde está; la mayoría eran hombres que tenían problemas con sus parejas y se llevaban a los chicos. Ella estaba ahí en el medio como si fuera Superman. 

-Missing Children es hoy una ONG internacional muy importante, por lo cual, si hay alguien de la organización implicado en esto, se vendría abajo su prestigio. ¿Es posible que hayan presionado para que no se los investigue? 

-No, no creo. El fiscal directamente ni la investigó porque se "asoció" con Susan Murray, que era en ese momento la presidenta de Missing Children y que se decía amiga de María Marta, que evidentemente no lo era. Le sirvió de gran vocera. Murray fue muy inteligente en asegurarse de que el fiscal no investigara para ese lado. De todas maneras no había nada tampoco, era algo muy incipiente porque hacía dos años que estaban funcionando, y me imagino que una entidad americana no va a encubrir a una persona que mató a otra persona. Estamos hablando de un caso hipotético de que un señor se haya visto amenazado de que le sacaran el hijo y haya sentido una sed de venganza contra María Marta, por eso creo que también se podría haber investigado. 

-¿Por eso le atacaron con el juicio? 

-A mí me atacaron porque el perito oficial dice que en la escena había rastros de dos hombres y una mujer, y dijo listo: acá estaban Carrascosa, Bártoli y Hurtig. Evidentemente no le daba para otra cosa, habrá pensado que dos más dos da tres. Entonces, a él se le metió eso en la cabeza y lo único que hizo todos los años fue agarrar cositas que le sostengan esta teoría, por eso ahora eso se cae de esta manera, porque hizo un trabajo novelesco e irrisorio. Por eso son tan duros en el fallo contra Molina Pico. El dijo: acá los que la mataron fueron el marido, Bártoli y Hurtig. En vez de buscar el camino y llegar a una conclusión, armó la conclusión y después buscó el camino. Tuvo algunos indicios y muchos no fueron probados. Inclusive nadie dijo que la voz era mía. El mismo lo decretó. Cambiaron todo a lo largo del camino.