Naturalistas, científicos y exploradores argentinos

Vivir por la naturaleza

Por Carlos Fernández Balboa

Sammartino ediciones. 344 páginas

El naturalista -o científico de campo que se dedica a la investigación o estudio de la naturaleza- no nace, se hace, asegura el autor de esta obra, Carlos Fernández Balboa (licenciado en Museología por la Universidad del Museo Social Argentino; Máster en Educación ambiental por la Universidad de Málaga y diplomado en montaje de exhibiciones por la Universidad Nacional de las Artes).

A partir de sus más de dos décadas desempeñándose en la Fundación Silvestre Argentina, y como museólogo del Museo Histórico Provincial Guillermo Enrique Hudson, Fernández Balboa sostiene que una de las características comunes que deben poseer los naturalistas, por lo menos en Occidente, “es la veneración a la naturaleza y el reconocimiento de ser la madre de la creación y, por lo tanto, esencia en nuestra vida que incluye a los seres humanos”.

Asimismo -desarrolla- deberían demostrar su interés por el conocimiento y el estudio de la biodiversidad, una curiosidad natural que lo atrape, una capacidad de observación, avidez por el estudio, una intensa dedicación, no dejar atrás nunca el espíritu aventurero, la formación en el campo de manera autodidacta y la constatación de la experiencia con la teoría. Estas características se complementan cuando el naturalista logra convertirse en un buen divulgador.

En definitiva, el rol del naturalista no constituye una antítesis del papel desempeñado por el biólogo, al contrario, es complementario y en la actualidad se ha convertido en una actividad conexa.

Todas estas condiciones son las que Balboa encuentra en los naturalistas seleccionados cuyos desempeños y biografías desarrolla brevemente con el objetivo principal de que permanezcan en la memoria colectiva y sirvan como modelos para aquellos que se sientan atraídos y disfruten de la especialidad.

Pasan por estas páginas: “El narrador de La Pampa”, Guillermo Enrique Hudson (1841-1922); Eduardo Ladislao Holmberg (1852-1937); “El cuentista de la naturaleza”, Horacio Quiroga (1878-1937); Clemente Onelli (1864-1924); “El naturalista de la patria”, Florentino Ameghino (1853 1911); “El caballero de la Patagonia”, Francisco Pascasio Moreno (1851-1919); Jorge Washington Abalos (1915-1979) y Mauricio Rumboll (1940-2021).

“Este libro -destaca Balboa- es un homenaje a la pasión que algunos hombres han depositado en el conocimiento del mundo natural. Es un intento, vano quizás, de que estos hombres que estudiaron y amaron la naturaleza argentina no pasen al olvido tan rápidamente”.

Podemos afirmar que el recuerdo de los naturalistas que el lector encontrará en estas páginas es una realidad que perdurará y, además, que la edición cuidada del libro caracterizada por una armonía natural agradable a la vista, de alguna manera, representa también un homenaje a la naturaleza.