"Narcocentrismo" y psicopatías

 

"Uno de los mayores problemas de hoy es negar la existencia de las personalidades antisociales'' (Julián Marías, filósofo)

El centro de la vida de un paciente dependiente a las sustancias es como conseguir la dosis, día a día. La palabra `narcocentrismo' me la mencionó un paciente de alta cultura que entregó su vida a esta cita diaria con su autodestrucción. Para él, era un encuentro con un placer cada vez más alejado de aquel inicial y, a la vez, paradójicamente, odiado porque no quería hacerlo, pero sentía que lo debía hacer. Ama lo que lo destruye. El centro de su vida era la cita diaria con el `dealer' y los químicos variados que brindaba. El dealer o proveedor era la posta para encontrar, y el dinero el "maná" del cielo que debía conseguir.

La relación con el proveedor es una relación también erótica y de alto contenido de odio; también de sometimiento porque él le da un objeto necesario. La necesariedad del vínculo se une a la del químico que le da. Ahí surge el soborno en el crédito de aquel que no tiene dinero, pero que va a cobrar doblemente en primer lugar con la vida a retazos a la cual esto lleva, y al mismo tiempo sabe cómo doblar la deuda con favores desde ser `carrier' o `rapiflet' de los pedidos de otros hasta intereses super-usurarios con amenazas de muerte de no cumplirse. El distribuidor sabe manejar los hilos de la amenaza y los resortes del poder como amo de las necesidades del otro. Estos son verdaderos psicópatas en el manejo de las emociones y necesidades del otro, con la frialdad necesaria para conseguir sus objetivos utilizando la inoculación del miedo como arma letal.

LA VIDA ES UN DON

Para el místico, la vida es un don y una gracia. Su cita de todos los días es dar, transmitir la dádiva del vivir que agradece y transforma en donación. La vida del místico se resume en cuánto tengo que multiplicar hoy. La vida de un dependiente y de un `narco' es cuánto tengo hoy que recibir y cuánto tengo que sacar o sobornar al otro. Mundos diferentes.

Este `narcocentrismo' tiene sus consecuencias. Los adictos buscan un `plus' de placer no aceptando los límites de la naturaleza del cerebro y alterando funciones electroquímicas de esa maravilla de más de cien mil millones de neuronas genera lo que se denomina el síndrome disejecutivo y progresivamente se altera la memoria de trabajo, el control atencional, el control inhibitorio y la toma de decisiones.

Vemos pacientes que, con un cuadernito, siendo jóvenes, deben anotar todo lo que se dice en los grupos, porque tienen fallos de memoria a corto plazo, la atención es fluctuante, la inestabilidad emocional es permanente, el sueño quedó alterado por las alteraciones químicas del cerebro que durante meses soportó cambios del circuito circadiano (noche-día) y con un shock de neurotransmisores de excitación permanente.

ENVEJECIMIENTO PRECOZ

El envejecimiento precoz cerebral es continuo hasta llegar, en algunos casos, a la demenciación en la gente joven. La demencia es la estación final. Nos vamos `animalizando', ya que dañamos el plus que nos separa de los primates. La toma de decisiones es cada vez más errática, rompen con la lógica del sentido de realidad. Sus vidas se transforman en errores permanentes que comprometen su cuerpo, sus finanzas, a su familia y muchos terminan en la calle. De ahí al suicidio hay un paso. Termina en una anosognosia: no puede leer lo que le sucede dentro sí (esta alienado), ni empatizar con el otro. Los daños diarios a su vida anímica y cerebral lo llevan a la pérdida absoluta de motivación y a una depresión en donde la vida es una carga difícil de soportar, ya que se llenó de deudas económicas y morales (hijos abandonados, trabajos perdidos, etc.).

LA PSICOPATIA

La demenciación es la estación final del consumo, pero la psicopatía es un evento que puede vivir el propio consumidor en su carrera adictiva en donde sus daños cerebrales atacan la neuro-moral (sitio de los altos ideales de la humanidad) y no siendo un psicópata `per-se' tiene conductas amorales, fruto de los distintos daños que posee.

Al mismo tiempo se encuentra en su carrera adictiva con verdaderos psicópatas, el dealer y sus bandas conexas con sicarios, que muestran rasgos claros: frialdad y cosificación de las personas. Ellos saben imponer peajes y sobornos con un revólver como testigo de las amenazas permanentes. Lo que dicen se debe cumplir y el miedo y su inoculación es la profesión para lo cual se adiestran. La omnipotencia los lleva a dominar los territorios y el dinero. ``Plata o plomo'', decía Pablo Escobar. Operan como la verdadera ley. 

La palabra para el psicópata no tiene relevancia, él actúa. La acción suplanta a la palabra y la violencia está siempre ahí en todos los mensajes. El receptor se angustia, ya que busca en el psicópata ese `eco complementario'. En muchos casos inducen suicidios. En otros casos, `hace hacer' al otro, por ejemplo: obligan a los adictos a vender drogas solo con una mirada furtiva.

Como muy bien describe el Doctor Hugo Marietan en determinados momentos aparece la `tormenta psicopática' que lleva a masacres, a violaciones en serie, a homicidios brutales y a perversiones sexuales, máxime si hay consumo de drogas. Es el `lubricante' que utilizan, muchas veces, para determinadas acciones, sin ser ellos propiamente dependientes a las sustancias. La crueldad y la desmesura los acompaña, así como la falta de empatía.

EL PSICOPATA: EMBLEMA DE HOY

El dominio de los territorios y la manipulación de miles de personas parecen ser los rasgos de carácter. Son los modelos de identificación para muchos, por la ausencia completa de sentimientos de culpa y de remordimientos que se han consagrado hoy. El virus del poder, la ignorancia y el fanatismo son sus aliados.

La pontificación del manipulador, el mentiroso compulsivo y el ego maniaco que disfrazan su odio al ser humano con un magnetismo acaramelado es moneda corriente e incluso relaciones sexuales despersonalizadas propias de la `era Tinder'.

La proliferación mayor de estos personajes son indudablemente fruto de un contexto sociocultural que los precipita y los necesita para determinados menesteres: barras bravas, tribus urbanas, pandillas, soldaditos que se captan por pocos pesos o por drogas y grupos de choque de sectores del poder.

* Director General Gradiva - Rehabilitación en adicciones.