Detrás de las noticias

Nada más que una sospecha

Por Alfredo Insaurralde

Es una sospecha. Nada más que una sospecha. Asordinada, recorre con fuerza ámbitos políticos, empresariales y mediáticos. Cada tanto alguien amaga con destapar la olla, pero sólo asoman indicios que algunos, en privado, califican de evidencias.

Si hubo un acuerdo entre el kirchnerismo y el massismo para que Milei ganara las elecciones, nadie lo puede afirmar con pruebas en la mano.

Posiblemente nunca las tenga. Los expertos de la llamada prueba indiciaria afirman que el indicio tiene una envergadura acreditante siempre que “sean varios, contundentes y concordantes”, entre otros requisitos.

El diputado Rodrigo de Loredo, presidente del bloque radical, destacó en su discurso ante la Cámara que el mileismo tuvo en la campaña múltiples expresiones de agravio hacia el radicalismo, pero no hizo lo mismo con el kirchnerismo ni con la CGT. “Me extraña”, finalizó.

En la misma sesión Miguel Angel Pichetto, presidente del bloque Hacemos Coalición Federal fue más puntual. Afirmó, sin nombrarlo, que un funcionario massista “lo hizo ganar a Milei”.

Relató que en los últimos cuatro días de la campaña presidencial la falta de nafta aumentó el malestar social contra aquel gobierno. Esa carencia se produjo porque un directivo de la empresa estatal YPF ordenó clausurar por reparación las dos principales refinerías. “Inteligente el hombre”, subrayó Pichetto un veterano dirigente de mil batallas que conoce perfectamente el valor de

cada palabra que pronuncia. No es un improvisado. Nadie lo desmintió.

Ese ex funcionario de YPF ocupa en el actual gobierno un cargo de director en el Banco Central. No sería pecar de arriesgado si se piensa que tanto De Loredo como Pichetto conocen otros detalles aún en reserva.

¿Y CRISTINA?

Durante la campaña llamó la atención el corrimiento voluntario de Cristina Kirchner, líder máxima del espacio, así como del doctor Alberto Fernández, conductor del PJ nacional y presidente de la Nación, y del diputado Máximo Kirchner, titular del PJ bonaerense. La reñida disputa

era por la presidencia de la Nación, nada menos.

En el terreno mediático también se publicaron llamativos

señalamientos. “Los bloques dialoguistas de la oposición no saben si lo que sucede en el Gobierno es ingenuidad o si, en cambio, se trata de explícitos compromisos para resguardar a Cristina y a Massa de los avatares de la Justicia”, escribió un comentarista en un diario colega.

El economista Lucas Llach se mostró sorprendido de que en el gobierno actual nadie pida investigar el sistema de aprobación de las SIRA (Sistema de Importación de la República Argentina), creado por Massa.

Marcos Buscaglia, otro economista, estimó que el monto de una posible corrupción con las SIRA podría calcularse en 1.680 millones de dólares, aunque no aclaró cómo llegó a esa cifra.

Por último, sectores de la izquierda violenta que causaron destrozos y se enfrentaron con las fuerzas del orden frente al Congreso también se preguntan por qué no participó de la protesta la habitualmente aguerrida militancia kirchnerista, ni la Campora, ni la C.G.T.

Preguntas, sospechas, indicios.