Murió Ricardo Iorio, pilar del heavy metal nacional

El músico sufrió un infarto en su casa de la localidad de bonaerense de Coronel Suárez y falleció cuando era trasladado al hospital zonal. Tenía 61 años.

Ricardo Iorio, máxima figura del heavy metal argentino, murió a los 61 años en la localidad bonaerense de Coronel Suárez, en donde residía desde hacía varios años, a causa de un infarto.

Así lo confirmó a varios medios su abogado Juan Ignacio Vitalini, quien detalló que el deceso se produjo mientras era trasladado a un hospital de la zona para su reanimación.

Iorio fue el máximo referente del heavy metal argentino a partir de su liderazgo de bandas centrales como la seminal V8, Hermética y Almafuerte.

Mucho antes de convertirse en el pilar del metal argentino, Iorio nació el 25 de junio de 1962 en Ciudadela. Se crió en Caseros, en el seno de una familia humilde.

Su padre vendía papas y él comenzó a ayudarlo cuando era adolescente, lo que le dio el apodo de “Papero”, algo que nunca lo avergonzó.

A los 15 años obtuvo su primer bajo, que le regaló su familia en su cumpleaños. Influenciado por el metal británico de bandas como Motörhead, Iron Maiden y Judas Priest, formó su primera banda llamada Alarma, con la que tocaba covers de sus ídolos. Luego cambiaron el nombre a Comunión Humana para comenzar a interpretar algunos temas propios

En 1979 fundó V8 junto a su amigo Ricardo Moreno. La agrupación pronto cobró notoriedad cuando el virtuoso Walter Giardino se unió a sus filas. Pero las marcadas diferencias musicales y personales que el guitarrista mantenía con el bajista comenzaron a amenazar el desarrollo del grupo.

Giardino dejó  V8, que se afianzó con Gustavo Rowek, en batería, Alberto Zamarbide en voz y Osvaldo Civile en guitarra, formación que la convirtió en leyenda dentro de la escena del metal argentino.

Pero la controversia empezó a calar profundo en el alma del grupo. Y esta vez, las polémicas no venían por el lado de la música o de la política. Ni siquiera eran personales. Ean religiosas. Mientras Iorio comenzó a interesarse en la reencarnación y en el espiritismo dentro del catolicismo, los demás miembros se orientaban al evangelismo.

A tal punto había crecido la devoción de los integrantes de V8 que al finalizar una presentación, Zamarbide se arrodilló en el escenario y comenzó a vociferar: “¡Gloria a Jesucristo!”, acto que fue seguido por los otros músicos a excepción de Iorio, quien se sintió incómodo por la situación.

Fue entonces, en 1987, que decidió irse de la banda que había fundado. Su explicación fue que sus actuaciones se habían convertido en misas y los escenarios que ocupaban en púlpitos y ése no era el mensaje que quería dar.

Así nació Hermética, grupo con el que conseguiría un éxito arrollador en América Latina.

Si bien Iorio nunca fue un virtuoso del bajo, se consolidó como un gran letrista. El se encargaba de escribir la enorme mayoría de las canciones de sus bandas. En ellas manifestaba toda su rebeldía con versos antisistema, que defendían a los pueblos originarios, que reflejaban la vida y el sufrimiento de la clase obrera, eran lo más importante para Hermética en los escenarios.

Así logró captar la atención de miles de jóvenes que comenzaron a seguir a la banda por todo el país.

Pero un hecho trágico rompió el exitoso andar del grupo que integraban Iorio, Claudio O´Connor (voz), Claudio Strunz (batería) y Antonio Romano (guitarra).

El 18 de febrero de 1994, se presentaron en un lugar llamado Morón 90, ubicado en Rivadavia 18470, de esa localidad bonaerense.

Había tanta gente que dos adolescentes se ubicaron por detrás de las torres de sonido y se electrocutaron con algunos de los cables de las potencias.

Una de las víctimas pudo ser reanimada por el personal de seguridad del local, pero la otra, José Luis Damián, de 16 años, falleció camino al hospital.

Este hecho rompió definitivamente las relaciones entre Iorio y los otros tres integrantes, quienes ya venían en conflicto con el líder del grupo porque reclamaban una mayor participación en las ganancias.

La banda impulsó acciones benéficas. Se hicieron cargo del sepelio del menor, realizó un recital cuya recaudación total fue transferida a los padres de Damián y le dedicaron al chico el disco “Víctimas del Vaciamiento”, último de la banda editado en estudio.

A pesar de estas iniciativas, la familia del adolescente fallecido le inició juicio a Hermética. Durante el debate, Strunz, O´Connor y Romano declararon que eran empleados de Iorio, quien hasta ese punto se había negado a mejorar las ganancias de los otros músicos.

Fue entonces que la responsabilidad de la tragedia recayó en el bajista, quien fue condenado a indemnizar a los padres del menor. Por tal motivo todos los derechos de autor y las cuentas de Sadaic de Iorio permanecieron inhibidas hasta 2012.

 

EL INICIO DE LA DECADENCIA

Ya separado y enfrentado sus ex compañeros musicales, Iorio formó la banda Almafuerte, con la que consiguió un respetable éxito, pero bastante menor al logrado con V8 y Hermética. Es que el público que lo seguía desde su juventud comenzó a dividirse cuando la verborragia del bajista fue tropezando con declaraciones polémicas y desagradables. En algunas entrevistas se pudo escuchar al músico reivindicar al fascismo y cargar contra homosexuales y extranjeros. Sus opiniones homofóbicas, xenófobas y racistas fueron asqueando a gran parte de sus fans, quienes optaron por dejar a Iorio hundirse en su mensaje de odio y resentimiento.

En 2001, un hecho marcó la vida de Iorio. Su ex esposa, Ana Mourín (madre de sus dos hijas), se quitó la vida. El consumo de drogas y alcohol por parte de Iorio fue en aumento al ritmo de su incesante intransigencia.

Para 2021, cuando la imagen de Iorio se había desfigurado en la grotesca popular, la noticia del suicidio de su padre terminó por aplastar cualquier intento de resurgimiento.

La última aparición notoria del compositor fue cuando chocó con su camioneta en Bahía Blanca. Los test dieron positivos por marihuana, cocaína y anfetaminas.

Iorio ya era un espejismo de aquel brillante escritor de canciones populares que exponían la rebeldía de los obreros con fuertes compases y potentes machaques de los instrumentos de cuerdas.

Atrás habían quedado las letras inspiradas en versos del mismo Almafuerte (Alfredo Bonifacio Palacios) o de su amigo José Larralde. Tergiversado se había tornado su amor por la Argentina, ahora devenido en una obsesión nacionalista que lo acercó al nefasto neonacismo nacional.

El corazón de Iorio reventó por tanto resentimiento contenido. El padre del metal argentino murió a los 61 años víctima del vaciamiento de su oscuro pensar de los últimos años.