La derecha argentina en su versión liberal o nacionalista, a mi ver y entender, comprende poco los tiempos que corren, desde al menos treinta años a esta parte. Viven en el sopor mortífero de los vapores de la Guerra Fría. Resulta que un grupo de descerebrados festejó la muerte del ex Presidente Uruguayo, José Mujica, otros callaron, no sea cosa que los juzguen inconvenientemente los compañeros de ruta y otros en silencio se alegraron. En cualquiera de estas tres versiones se trata de un disparate si en términos políticos apreciamos la vida de este hombre.
No juzgo la moral o la ética de los que celebraron su muerte, allá ellos; si voy a juzgar su torpeza y flagrante error político. Asoman en lo cotidiano como sparring de la derecha vulgar torpe y rupestre. Dañan un pensamiento que debiera volar más alto pero en sus manos lamentablemente sólo alcanzan a ser sombras chinescas y ecos de voces fantasmales, como la luz de estrellas muertas hace millones de años.
LO IMPORTANTE
No voy a realizar una biografía de Mujica, no me entusiasma su vida, pero si decir que sus segundos pasos, los primeros lo realizó en el partido Nacional, los dio en el grupo guerrillero Tupamaros, asimilable en algunos tópicos a Montoneros, pero sin tufillo peronista, en la medida que los uruguayos en general miraron a Perón con desprecio y rechazo.
Todo indica que participó en hechos bélicos y enfrentamientos armados. La Revolución Cubana encendió las emociones de cabezas ligeras de equipaje. Allí estaba Mujica. Fue detenido por las Fuerzas Armadas y encarcelado durante casi quince años. Esto es, pagó su error.¿Qué se escapó varias veces?
¿Y que preso no quiere escaparse? Lo importante, lo que la derecha debiera comprender, es que se ganó la guerra contra la subversión y el comunismo.
Los Ejércitos Iberoamericanos, con sus más y con sus menos, vencieron al comunismo y el terrorismo antes que los Estados Unidos derrotaran a la Unión Soviética entre 1989/91 y Mujica es un claro ejemplo de este éxito. Al salir de la cárcel se sumó a la vida política en democracia. Democracia ganada por las Fuerzas Armadas que impidieron que Uruguay, Argentina, Chile o Brasil, por poner algunos ejemplos, se asimilaran a la dictadura cubana.
La democracia hoy vive en estos países porque las Fuerzas Armadas ganaron. Y Mujica lo entendió. Como tupamaro se alzó contra las instituciones. Vencido se sumó a ellas y como Jefe de Gobierno garantizó la continuidad democrática. Los Silicon Valley Boys debieran dejarse de joder.