Páginas de la historia

Moisés Lebensohn, una figura olvidada

Hace setenta años, el 13 de junio de 1953 moría Moisés Lebensohn, una figura poco recordada en la actualidad pero de profunda significación en la vida política argentina y en particular de la Unión Cívica Radical (UCR).

Había nacido en Bahía Blanca el 12 de agosto de 1907 pero su familia se radicó pronto en Junín, donde ejerció como abogado y periodista. En 1931 fundó el diario "Democracia", ejemplo de periodismo comprometido con los valores democráticos hasta la actualidad continuando por su hijo y nietos.

Lebensohn, fue un activo militante de la Unión Cívica Radical y gran organizador de la juventud radical, a la que pensó como herramienta fundamental para la renovación del radicalismo.

DOCTRINA RADICAL

La principal ocupación de Lebensohn fue darle autonomía y sistematización a los fundamentos doctrinarios de la UCR, definiéndola como una expresión política democrática, liberadora, popular y progresista.

A pesar de sus condiciones intelectuales y capacidad organizativa, Lebensohn casi no tuvo oportunidad de ejercer funciones públicas. Sólo fue concejal en su ciudad (1936) y convencional nacional constituyente (1949), en la que fue protagonista central en esa oportunidad como jefe de la bancada radical, impugnando la legitimidad de una reforma que se hacía con la intención de perpetuar a Perón en la presidencia.

En lo partidario, su actuación estuvo centrada en la tarea de conducción política. Entre los años 1938 y 1946 fue artífice del Movimiento de la Juventud Radical que realizó cuatro congresos nacionales. De allí surgieron los basamentos para la fundación del Movimiento de Intransigencia y Renovación, el 4 de abril de 1945. Fue inspirador de la Declaración de Avellaneda cuyos principios recogió en 1948 la Convención Nacional del radicalismo como Bases de Acción Política y Profesión de Fe Doctrinaria. Lebensohn fue también presidente del Comité de la UCR de la provincia de Buenos Aires.

METODOS ELECTORALES

Combatió los viejos métodos electorales, como la "política del servicio personal" que hoy llamamos clientelismo, que convertían al partido político tan solo en una maquinaria electoral dominada por punteros en busca de prebendas mas que por ideales.

También impulsó el voto directo de los afiliados para combatir las camarillas internas. Fue el más lúcido de una generación brillante integrada por hombres de la talla de Frondizi, Balbín, Larralde e Illia.

Comprendió cabalmente los problemas de su convulsionado tiempo en el mundo y la Argentina, y por eso en su concepción ideológica adquirieron importancia temas como la la tierra, la producción, la obligatoriedad de la enseñanza media, la emancipación económica, la defensa de los recursos estratégicos para el desarrollo.

Militares, conservadores y peronistas lo persiguieron y encarcelaron.

Sus últimos meses de vida los dedicó al fortalecimiento de su partido presidiendo la Convención Nacional.

Moisés Lebensohn fue un luchador consecuente contra los privilegios de los poderosos, incorruptible en sus ideas y ejemplar en su conducta austera y honrada. Encarnó cabalmente la máxima que guió su vida y sirve de ejemplo hasta hoy; es necesario conjugar "doctrina para que nos comprendan y conducta para que nos crean".