Mirtha Legrand, la Señora del Espectáculo

Su solo nombre de pila basta para que todos sepan de quién estamos hablando. Varias generaciones deben creer que Mirtha Legrand ingresó al mundo del espectáculo como anfitriona de almuerzos televisivos, dado que su programa de entrevistas y comensales está en el aire desde 1968. Si siguen leyendo estas líneas, esas personas sabrán porqué Mirtha Legrand es la Señora del Espectáculo, ya que incursionó exitosamente en el cine, en la televisión y en la radio. Actuó en treinta y seis películas, once obras teatrales, tres series televisivas, y condujo dos ciclos de radio, además del famoso ‘Almorzando con…’ durante 54 años.

LA HISTORIA
José Martínez y Rosa Suárez eran un matrimonio de inmigrantes españoles que se afincaron en los años ’20 en la localidad de Villa Cañás. De esa pareja nacieron tres hijos: José (luego director de cine), y en 1927 dos gemelas: Rosa María Juana (que se convertiría con el tiempo en Mirtha Legrand), a la que llamarían Chiquita, y María Aurelia Francisca, apodada Goldi (más tarde Silvia Legrand).
La familia se trasladó años después a Rosario, donde las gemelas aprendieron canto, arte escénico y danzas españolas, y más tarde a la Capital Federal. Rosa María a los 13 años, ya en Buenos Aires, es elegida Reina del Corso de la Avenida de Mayo. Esa es la punta del camino para que en 1940 las gemelas actuaran en la película ‘Hay que educar a Niní’ (Niní Marshall), dirigida por Luis César Amadori. Y tras participar en ‘Novios para las muchachas’ un año después, Mirtha es personaje secundario en ‘Safo, historia de una pasión’, y finalmente a la Chiqui le ofrecen un gran papel cinematográfico en ‘Los martes orquídeas’.
Posteriormente, los estudios Lumiton contratan por cinco años a las hermanas. Más allá de los filmes que protagonizan juntas, como ‘Soñar no cuesta nada’, Rosa María (Chiquita) es personaje principal en ‘Adolescencia’, ‘El retrato’, ‘La pequeña señora de Pérez’ y ‘La casta Susana’.
En 1945, Mirtha Legrand contrae matrimonio con Daniel Tinayre y su carrera en la pantalla grande continúa. Tinayre la impulsó a un cambio de imagen, la despegó de las comedias blancas y la alentó a encarar personajes más audaces como el que desarrolló en ‘Bajo un mismo rostro’. Desde 1957 a 1990 protagonizó varias obras de teatro de las que se distinguen por su éxito ‘El proceso a Mary Duggan’ y ‘40 kilates’. En la radiofonía se lució en ‘El club de la amistad’ (AM Splendid) y ‘Mirtha en La Red’ (AM La Red). En la pantalla chica protagonizó ficciones como ‘M ama a M’, ‘Carola y Carolina’ y ‘La dueña’.
Pero el gran quiebre en la carrera de Mirtha se produjo en 1968, cuando el dueño de Canal 9, Alejandro Romay, la convenció de conducir un programa al mediodía de almuerzos televisados (un formato inédito en aquel momento), por el cual hasta hoy la reconocen muchas generaciones que no llegaron a conocerla como actriz.

LOS ALMUERZOS
El 3 de Junio de 1968 salió al aire por primera vez ‘Almorzando con las estrellas’, que no tardaría mucho en cambiar de nombre por ‘Almorzando con Mirtha Legrand’. El ciclo se mantuvo vigente hasta la actualidad a través de diferentes emisoras, con algunos intervalos por los cambios de canal, o cuestiones comerciales o prohibiciones. Ocurre que Mirtha rápidamente pasó de entrevistar solo a estrellas del espectáculo, nacionales e internacionales, a sumar políticos, presidentes y expresidentes, candidatos, sindicalistas, funcionarios, periodistas, científicos, convirtiendo el género en un periodístico de opinión y debate donde se distinguió la habilidad de la conductora para realizar preguntas directas y punzantes. Los productores del programa fueron variados de acuerdo a los tiempos y canales, siendo el último su nieto Nacho Viale a través de su empresa StoryLab, y durante la pandemia de covid la conducción del ciclo estuvo a cargo de su nieta Juana Viale.
Además de los premios Martín Fierro de Oro y de Platino, obtuvo muchas otras distinciones. Siempre en sintonía con el público, al que -como ella misma afirma- “le he dado mi vida”, Mirtha, La Legrand, o simplemente Rosa María, como la quieran llamar, logró que su autoridad como conductora y entrevistadora se impusiera con los años y creó un estilo y un hito que hoy es parte, sin duda, de la historia de la televisión argentina. Por eso el título de esta nota.