ACUARELAS PORTEÑAS

Miradas al Cielo II

Por Ruy García Irizar

Reconocen los habitantes porteños que Buenos Aires tiene un ritmo de vida estresante. Casi no hay lugar para mirar al cielo. Es posible, -sólo una hipótesis- que fueran los grupos de turistas recorriendo las cúpulas junto a los guías vociferando fechas y hechos en altavoz que despertaran la curiosidad del local de darse un tiempo y elevar una mirada a los sombreros de hierro.

Elevando nuestras miradas vamos a descubrir edificios con cúpulas singulares en distintos barrios de Buenos Aires. Por ejemplo, en un basílica en Balvanera, más precisamente en el santuario Santa Rosa de Lima ubicada en la avenida Belgrano esquina Pasco.

Justo en diagonal, en la vereda de enfrente, se encuentra el edificio posmodernista del ex Centro Gallego de Buenos Aires, que ahora atiende la salud de los jubilados del PAMI.

LA PATRONA

Esta gigantesca cúpula pertenece a la iglesia católica apostólica romana y fue bautizada con el nombre de Santa Rosa de Lima, ya que es la patrona de la Independencia Argentina y la primera santa sudamericana.

La basílica está enclavada en medio de la ciudad de Buenos Aires, lejos del río y a unas diez cuadras de otra enorme cúpula, la del Congreso Nacional, bautizada por algunos porteños pícaros en 1891 como la torta de casamiento del arquitecto Meano, su constructor.

Con el crecimiento desbocado de la ciudad, la imponente cúpula y la iglesia misma terminaron jugando a las escondidas con los edificios circundantes de la avenida Belgrano al 2300.

Realmente está muy bien escondida, pero sabemos que no era su intención primera la de pasar desapercibida sino sobresalir en el barrio con su majestuosa cúpula.

En 1926 se decide crear un santuario y el proyecto concluyó en 1928 bajo la dirección del arquitecto Alejandro Christophersen.

El estilo del templo es bizantino-románico, con una cripta y una grandiosa cúpula y la construyó el ingeniero Andrés Millé.

La piedra fundamental de la basílica se colocó el 3 de enero de 1926 y fueron padrinos el entonces presidente de la Nación, Marcelo T de Alvear, Ángela Unzué de Alzaga, Félix Alzaga Unzué y la Marquesa Pontificia María Ángela Unzué de Alvear, esta última como donante.

La zona de Balvanera era un barrio donde en algún momento confluyeron los prostíbulos, la milonga y los cuchilleros dado que la industria del remate del ganado a pie era importante y con el tiempo se fue poblando de inmigrantes italianos, judios, árabes y armenios en su mayoría y se conformó en un lugar dedicado al comercio, sobre todo textil y el mercado de carnes se trasladó a Liniers y al Abasto sobre avenida Corrientes.

LA PEQUEÑEZ HUMANA

Sobre la calle Pasco se proyectó la construcción de un gran campanario con 26 campanas de carillón.

La cúpula que se ve desde la calle es la que en su base tiene las columnas con capiteles corintios por entre las cuales entra la luz del día en el oculus que se ve en el centro del templo.

La sensación al estar de pie mirando el óculo de luz natural desde el centro de la sala es la de comprender la pequeñez humana infinita ante Dios.

La cúpula interior está sostenida por 18 columnas de hierro, con estuco imitando mármol de Cipolin griego de tonalidad verde, haciendo juego con los zócalos y frisos revestidos en mármol Tinos.

La cúpula termina en una linterna en forma de torre que provee de luz al templo. También las pilastras y columnas de sostén de las galerías y el coro fueron realizadas en imitación de Cipollino.

La iglesia fue solemnemente inaugurada el 12 de octubre de 1934 y bendecida por el cardenal Eugenio Pacelli, futuro Papa Pío XII.

El acto contó con la presencia del presidente de la Nación, general Agustín P. Justo, y del arzobispo de Lima, monseñor Pedro Farfán, quien donó un relicario con reliquias de los santos latinoamericanos y Santa Rosa de Lima.

La consagración tuvo lugar el 30 de agosto de 1941, día en que fue declarada basílica.

El exterior fue revestido en ladrillo, granito y piedra, con techos de teja italiana, cúpulas en cobre y mosaicos ornamentales, con el escudo papal en el centro del frente, flanqueado por los escudos de Argentina y de Perú, lugar de origen de Santa Rosa.

 

EL INTERIOR

El altar principal de la cripta fue realizado en Italia y está coronado por una réplica de La Piedad de Miguel Angel. El altar lateral está consagrado a Santa Teresita de Jesús.

En el presbiterio hay mármoles de colores en zócalos y frisos. El ábside está decorado con mosaicos venecianos que alberga un altar mayor de mármol italiano con fondo de oro. En él se ubica una imagen de mármol de Carrara de Santa Rosa de Lima con el niño sobre el sagrario flanqueada por cuatro pequeños íconos de estilo bizantino bajo un baldaquino de mármol.

También de carrara son las magníficas pilas de agua bendita y el púlpito italiano de Pietrasanta con imágenes talladas de Santo Tomás de Aquino, San Ambrosio, San Juan Crisóstomo, San Agustín, San Jerónimo y San Gregorio.

Los dos grandes altares laterales se destinaron al Sagrado Corazón de Jesús y a la Virgen de la Medalla Milagrosa y fueron decorados con mosaico de colores.

El piso fue revestido en mármol Napoleón, con franjas de verde Alpes.