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Milei y la decepción con las alternativas al peronismo

Hay una muy, muy importante cantidad de argentinos que quieren cambiar el sistema paternalista que impide el crecimiento y nos condena a la pobreza. Esa gente es mayoría.

Cada tanto esos argentinos tienen una esperanza política (Macri, Milei) de que ese cambio se realice; y esa esperanza tiene características distintas, defectos y riesgos. Pero esos argentinos se bancan la pelusa porque evalúan que lo que está enfrente (peronismo institucional) es peor.

Como el peronismo institucional es una máquina criminal, cíclicamente cae en el descontrol y ese descontrol (también criminal) abre paso a que más gente se banque la pelusa de la alternativa, y por eso ganan con contundencia los Milei/Macri.

Luego la alternativa jode la oportunidad, por las más diversas razones (kirchnerismo state of mind, corrupción, vagancia, ignorancia, frivolidad, cobardía, mal diagnóstico, contexto mundial). Lo cierto es que sistemáticamente, la alternativa en este estadío es colonizada por el peronismo no institucional que infecta letalmente a la alternativa no sólo con personas, sino con defensores de sus políticas.

No importan ahora las razones, ni interesa si los adeptos más fanáticos a la alternativa (señoras cockerso termos libertarios) ponen las responsabilidades fuera del líder, en retorcidas e improbables conspiraciones. La cosa es que la oportunidad se jode, la minoría parasitaria del peronismo pasa a retomar el poder, no porque sean más, sino porque la mayoría deja de considerar a la alternativa una real alternativa.

El domingo pasó eso y tiene todo el sentido porque del Mieli del 2023 no se vio nada. Y mientras siga sin aparecer el Milei que se enarboló como alternativa van a seguir sin aparecer los votos.

Claro que octubre va a ser mejor, porque el resto del país va a disolver el veneno que representa la concentración de votos del peronismo institucional en la PBA. Pero el problema persistente es el hecho de que de nuevo la alternativa desilusione al electorado que mayoritariamente busca el cambio.

Con variantes y cambios de vestuario, el ciclo es el mismo. El peronismo institucional no crece, pero el peronismo colonizador sí, y mientras pueda colonizar a la alternativa no se puede salir del loop.

El gobierno de Milei está muy colonizado, sus listas son una catástrofe y la mayoría de la gente que lo vio como alternativa está dejando de verlo así. Tan simple como eso.

Si él insiste en dejar de ser lo que prometió (sea por el nepotismo irrespirable, sea porque la política lo aburre, sea porque no es capaz de romper el asedio de la casta que también hundió a sus antecesores) entonces el votante que buscaba un cambio lo abandonará. Y las psicopateadas de “ellos o nosotros” o “viene el cuco” serán tan inútiles como lo fueron en 2019 y tantas otras veces. No habrá granja de trolls que con puteadas convenza a los desilusionados.

La mala es que será otra oportunidad perdida, en un momento del mundo muy malo. Ninguno de los que venga tendrá la posición geopolítica de Milei. Absolutamente todos los demás, (todos quiere decir dentro y fuera de su partido) son tarados o malvados, geopolíticamente hablando.

La buena, para terminar pum para arriba, es que esa mayoría de gente que busca una alternativa, seguirá existiendo, expectante. Así que tal vez, si no estalla la guerra termonuclear, exista otra oportunidad y surja otra alternativa.

La otra buena es que Milei aún tiene medio mandato para pegar el volantazo; la otra mala es que no existe ninguna posibilidad de que haga nada bueno en la segunda mitad con la misma gente que le arruinó la primera mitad.