El Código Penal presenta una alarmante desproporción en las penas para los homicidios viales

Matar al volante: piden entre 5 y 12 años

Expertos y organizaciones como Madres del Dolor impulsan una reforma que quiere llevar justicia a las víctimas de siniestros. Hoy quien ultima a una persona con un vehículo con motor queda libre.

“La impunidad ante la violación de normas de tránsito, como cruzar un semáforo en rojo, normaliza conductas peligrosas y las perpetúa. La ausencia de consecuencias legitima la infracción”, señaló a La Prensa Natalio Nicodemo, abogado con 26 años de experiencia en siniestros viales y colaborador con la ONG Madres del Dolor en el proyecto de ley que busca endurecer las penas en los homicidios viales.

El texto fue tratado en la Comisión de Justicia y Asuntos Penales del Senado de la Nación y obtuvo allí el dictamen que avaló la iniciativa, pero aguarda ser incluido en el orden del día del Senado para ser tratado en una sesión. Esto significa que se listará para ser discutido y votado por el pleno de la Cámara Alta. Sin embargo, si no es tratado en el corto plazo podría perder estado parlamentario y se tendría que volver desde cero con un nuevo proyecto, lo que causaría mayor dolor y frustración en miles de familias que han perdido a sus seres queridos en tragedias evitables.

Por otra parte, el Código Penal vigente fue sancionado en 1921 y ha sido objeto de más de 900 modificaciones hasta el momento, presentado una evidente desproporción en las penas. Para profundizar en esta problemática, Nicodemo dialogó con La Prensa sobre los desafíos de ofrecer justicia a las familias de las víctimas.

-¿Cuál es la principal deficiencia del Código Penal actual en relación con los delitos viales?

-El principal problema radica en las penas que establece para quienes causan una muerte al conducir un vehículo motorizado, ya sea un auto, una moto o un camión. A pesar de la existencia de múltiples agravantes –actualmente doce en el Código Penal–, la condena impuesta oscila entre 3 y 6 años de prisión. Este límite penal presenta un grave defecto que es que al fijar un mínimo de tres años, la pena resulta excarcelable o puede quedar en suspenso. Esta es la razón por la que un número muy reducido de personas responsables de muertes al volante está detenido.

Una sentencia adquiere firmeza después de un proceso extenso. Primero debe llevarse a cabo un juicio oral, seguido por la instancia de Casación e incluso la posibilidad de una revisión por la Corte Suprema. Solo cuando el recurso de queja presentado ante la Corte es rechazado, la sentencia queda firme.

-¿Lleva mucho tiempo ese recorrido?

-Son muchos años e imaginen la reacción de una familia al ver que una persona que, por ejemplo, condujo bajo los efectos del alcohol o drogas, ignoró una luz roja y causó la muerte de dos o tres de sus seres queridos, regresa a su hogar a esperar el juicio sin ser detenida. Este es el primer gran defecto que presenta el Código Penal, pero lo peor aún está por venir porque no termina ahí. La verdadera frustración llega cuando, tras un largo proceso, se dicta una sentencia con una condena tan baja. El punto central de la cuestión en la Justicia argentina respecto a los siniestros viales radica precisamente en esto. Por eso impulsamos este proyecto de reforma, fruto de un largo trabajo con Madres del Dolor, con Vivian Perrone, y otras organizaciones. Buscamos incorporar una tercera escala punitiva que hoy no existe en nuestro Código Penal. Hablamos de esos casos gravísimos donde se mata al volante con tres o más agravantes. En esas situaciones, la pena que consideramos justa y necesaria oscila entre los 5 y los 12 años de prisión.

“Una sentencia justa para un homicida vial también actúa como un ejemplo disuasorio.”

DESPROPORCION

-El Código Penal, con tantas modificaciones en los últimos 100 años, ¿ha perdido proporcionalidad en las penas?

-Sí. Se han incrementado significativamente las sanciones para delitos contra la propiedad, como el robo de animales en el campo, con condenas que pueden alcanzar los 15 años. En contraste, las penas para quienes, bajo los efectos del alcohol o drogas y a exceso de velocidad, causan múltiples muertes, se mantienen inexplicablemente bajas, de 3 a 6 años. Evidentemente, no existe relación ni proporción alguna. Precisamente, esta falta de coherencia es uno de los puntos centrales que buscamos abordar con la reforma actual.

Por lo tanto, consideramos justo que a esa persona con múltiples agravantes se le imponga una pena de prisión efectiva y significativa, de 5 a 12 años. Pero es importante destacar que no estamos solicitando la pena correspondiente al homicidio simple (8 a 25 años), sino una sanción proporcional a la gravedad de los hechos, dentro del rango de 5 a 12 años, y no la pena actual de 3 a 6 años. Esta última genera una profunda sensación de injusticia en las víctimas.

-¿La falta de inclusión de problemáticas actuales también perjudica conseguir una pena mayor?

-El Código Penal, hace 20 o 30 años, consideraba la ebriedad al momento de cometer un homicidio como un atenuante. La justificación era que el autor no comprendía plenamente sus actos. Es decir, estar alcoholizado favorecía legalmente si matabas a alguien. Afortunadamente, se logró incorporar al Código Penal la agravante del alcohol, y se continúa la pelea por el alcohol cero. Sin embargo, es crucial entender que no se trata solo de acumular agravantes en el Código Penal si la pena final sigue siendo la misma. Si llenamos el Código de agravantes pero mantenemos una pena de 3 a 6 años, la situación no cambia en absoluto.

LOS CAMBIOS NECESARIOS

-¿Cuál es la condición fundamental, más allá de la reforma del Código Penal, para lograr una disminución significativa de los siniestros viales y por qué considera que esta condición es crucial?

-Si me preguntaran si un cambio por sí solo reduciría los siniestros, mi respuesta sería un rotundo no. Lamentablemente, las muertes persistirán. Sin embargo, si a una mayor inversión en controles, prevención y educación vial sumamos condenas efectivas para quienes transgreden la ley y causan muertes, entonces sí, no tengo dudas de que los siniestros disminuirán. Una sentencia justa para un homicida vial también actúa como un ejemplo disuasivo para el resto de la sociedad. Es fundamental que la ciudadanía comprenda que matar al volante no es gratuito en Argentina. Solo entonces la gente tomará mayores precauciones.

“Si no hay personas presas por estos hechos, la gente se atreve a hacerlo.”

SENSACION DE IMPUNIDAD

-¿De qué manera el caso de Felicitas “Toretto” Alvite en La Plata ejemplifica la problemática de la falta de percepción del riesgo y la sensación de impunidad en conductores?

-Si bien ‘La Toretto’ permanece detenida y probablemente reciba prisión domiciliaria, estoy convencido de que si ella hubiera sabido de antemano que cruzar un semáforo en rojo, chocar, matar y darse a la fuga, como lo hizo, la llevaría a una pena de prisión efectiva, digamos de cinco años, seguramente no habría actuado de esa manera. Creo que la sensación de impunidad que experimenta una persona al pensar que puede cruzar un semáforo en rojo, chocar o incluso matar sin enfrentar consecuencias severas, fomenta ese tipo de conductas. Si no hay personas presas por estos hechos, la gente se atreve a hacerlo.

-¿Cuál es su opinión sobre la aplicación de la probation o la suspensión del juicio a prueba en este tipo de casos como el de ‘La Toretto’?

-La regulación de la probation es un aspecto clave de la reforma que proponemos. Consideramos que la suspensión del juicio a prueba debería mantenerse en el Código Penal para siniestros viales sin agravantes. En estos casos, donde una persona causa una muerte al volante pero las circunstancias sugieren un descuido menor o un hecho puntual, la probation, con medidas como tareas comunitarias o cursos de educación vial, podría ser una alternativa adecuada. Sin embargo, resulta inaceptable pretender aplicarlo cuando una persona causa una muerte con múltiples agravantes.

IMPACTO

-¿Qué impacto concreto creen que podría generar la reforma a nivel de un cambio cultural en la percepción de la seguridad vial?

-Tomemos como ejemplo la propuesta de alcohol cero al volante. El objetivo es generar un cambio cultural profundo. No estamos prohibiendo el consumo de alcohol, sino buscando que quien beba no conduzca después. Cuando solicitamos elevar las penas en el Código Penal, el mensaje que enviamos a la sociedad es doble: primero, la importancia del autocuidado, y segundo, la responsabilidad hacia los demás. Es crucial transmitir la idea de que un vehículo, ya sea auto, moto o camión, utilizado de manera negligente, es un arma potencial, en cualquier lugar. Conducir bajo los efectos del alcohol implica el riesgo real de quitarle la vida a alguien en cualquier esquina, y esa persona podría ser un familiar nuestro.