Historias del conurbano

Massa vs Milei, la batalla final que alumbrará una nueva época

Sergio Massa está cerca de conseguir el objetivo que se planteó cuando diseñó su campaña para llegar a la presidencia de la Nación. Su estrategia estuvo basada en un partido de tres tiempos y finalizarlo en el balotaje con el candidato al que creía que tendría más chances de derrotar: Javier Milei. El ultimo debate dejó la sensación que el plan está a punto de concluir tal cual fue pergeñado. De todas formas, los partidos se ganan cuando el árbitro decreta el final y las victorias no pueden ser celebradas antes de tiempo.

LEYENDA Y RAREZAS

Cuenta la leyenda que Massa, mucho antes de ser ungido candidato por su propia insistencia y maniobra, le había prometido a Cristina Kirchner que sería él quien se encargaría de terminar con Juntos por el Cambio. Misterioso adelanto que ahora puede observarse en la práctica que se le atribuye más a una gestión del propio Mauricio Macri que del Ministro de Economía.

Rarezas que hacen coincidir a quienes están enemistados desde 2017 por lo menos. En cualquiera de los casos, fue obvia la intervención del massismo en la construcción territorial de La Libertad Avanza, aportando dirigentes y fondos para que pueda crecer. Una de las pruebas más concretas se vio luego de la primera vuelta cuando un grupo de legisladores electos decidieron dejar al Libertario molestos por el acuerdo con Mauricio Macri.

Desde el primer momento Massa planteó como estrategia forzar un referéndum a la capacidad de Javier Milei para gobernar en caso de ganar la elección y de esta manera evitar centrarse en tener que dar explicaciones de su propia gestión al frente del palacio de Hacienda. En el debate del domingo eso se observó con mucha notoriedad al lograr que sea Milei quién explique y no Massa. Un acierto que, además lo ponderó como lo que es: Un profesional de la politica.

APUESTA COMPLEJA

Ahora bien, la pregunta que solo tendrá respuesta el domingo próximo por la noche es que predominará en el electorado. Si la bronca por la situación que se está atravesando o la necesidad que sea alguien profesional el que tome las riendas. Es una apuesta compleja. Otro de los aciertos de Massa es haber instalado que si ganase Milei las cosas podrían ponerse aún peores por la supuesta falta de conocimiento de la cosa pública del candidato libertario.

El tema es si estamos mal por culpa de los que gobernaron todos estos años, de repente se instala el miedo a que venga alguien que no tiene experiencia en esa lides. ¿Lo que antes era un activo ahora dejó de serlo?. Mas preguntas para ser respondidas.

El corrimiento de Juntos por el Cambio de la pelea principal también obligó a sus actores principales, empezando por Mauricio Macri a tener que apoyar a Milei para evitar lo que las mesas políticas dan por hecho: Si gana Massa, nace el massismo en su máxima expresión con la intención de perdurar todo el tiempo que la constitución se lo permita. Extraña como conocedores de la intimidad del ex intendente de Tigre suelen asegurar que si gana se queda ocho años o más, cuando fue el propio Massa quien pacto con María Eugenia Vidal para ponerle limite a la reelección indefinida de los intendentes de la provincia de Buenos Aires. O aquello habrá sido una maniobra para poder allanar los territorios a la llegada de sus propios en el Frente Renovador. En cualquiera de los casos, llama la atención como ya se asevera que habría un proyecto de Massa eterno.

Claro, la elección debe jugarse. De todas maneras, la información sobre la organizacion logística de La Libertad Avanza invita a pensar que les será complejo poder estructurar el control de la misma.

JUSTICIA ELECTORAL

Arrancó esta semana con la advertencia de la Justicia Electoral al decir que no enviaron todas las boletas posibles que deben ir en las urnas cuando se inicia el acto comicial. La respuesta de los integrantes de La Libertad Avanza fue: “Para que vamos a mandar todas las boletas si se las roban en el camino, mejor las reponemos con nuestros fiscales”. ¿Los tendrán? Ellos dicen que sí.

Hay datos objetivos que dan cuenta de esa situación. En el Gran Buenos Aires, donde Massa tiene que obtener la mayor diferencia posible, empezó a darse un fenómeno intrigante. Los fiscales voluntarios que pudo nuclear La Libertad Avanza en las PASO y luego en la general comenzaron a ser corridos por los enviados de Juntos por el Cambio, que quedó en tercer lugar. Y con el adicional que vienen rentados. En muchos jovenes se apoderó la desazón. A esa organización se han sumado apellidos emblemáticos en en entorno de Macri, como el de Peña Brown. No es Marcos, pero si ligado al ex jefe de gabinete. Cuentan en distritos del segundo cordón que sus incursiones no fueron bienvenidas y, más que nuclear espantó. Ir ciegas a la elección es un suicido político que ya fue advertido por militantes peronistas conocedores de estas faenas: “Si no fiscalizan, la elección es 70/30”.

En virtud de estas filtraciones, se repite con mayor frecuencia si el aporte del macrismo fue beneficioso o no. Para atemperar esa lectura, Patricia Bullrich planteó la posibilidad del fraude con un objetivo de fondo. Creció en las ultimas horas la sensación que de haber una elección muy reñida, entre 1 y 2 puntos de diferencia, recién se conocería el ganador cuando la Justicia Electoral haga el escrutinio definitivo.

El provisorio está a cargo de la empresa española Indra, a la que le atribuyen cercanía con el PSOE que está a punto de retener el gobierno con la muy cuestionada ley de amnistía de Pedro Sanchez. El jefe de gobierno español se sumó a las voces extranjeras que apoyaron a Massa como Pepe Mujica, Lula o Gustavo Petro. Mucha izquierda para el gusto del candidato presidencial de Unión por la Patria que debe rogar que no llegue un mensaje de Nicolas Maduro.

EL PESO DE BUENOS AIRES

Cuando se asevera que la provincia de Buenos Aires define la elección, es una cuestión netamente objetiva basada en los números. Tanto en 2019 como ahora en 2023, el peronismo obtuvo la diferencia sustancial para conservar o recuperar el poder. Ya pasó el 22/10 cuando Massa, aún habiendo bajado sustancialmente la cosecha de votos que tuvo Alberto Fernández 4 años antes, la distancia con Javier Milei la asentó en el Gran Buenos Aires.
De allí que se torne fundamental el control con la fiscalización correspondiente donde, en un distrito medio, se requieren no menos de 1.500 fiscales para estar en todas las mesas. Verdaderos ejércitos que el PJ tiene garantizado en todas las comunas y Javier Milei necesita consolidar. Para eso el acuerdo con Juntos por el Cambio, puntualmente con el PRO. De hecho, el propio Mauricio Macri se encargó de levantar el teléfono y pedirle a los intendentes que quedan de su espacio que le presten colaboración para la faena.

Será eso y no mucho más. Y no todos con el mismo entusiasmo. De los nuevos alcaldes que ganaron en el GBA, Ramón Lanús, que asumirá en San Isidro el 10 de diciembre hizo público su apoyo. El joven alcalde electo se mostró días atrás con sus pares de San Miguel, Jaime Méndez y Manuel Passaglia de San Nicolas. Allí intenta construirse un eje para tallar en la interna bonaerense del PRO.

Habrá que ver cual es el rumbo que toman otros alcaldes que sobrevivieron como Diego Valenzuela (Tres de Febrero) o Soledad Martinez (Vicente Lopez). El conurbano se quedó famélico de representación territorial de JXC. El peronismo quedó consolidado y ya discute el reparto del poder para lo que viene.

Si bien Axel Kicillof milita por el triunfo de Massa, a los fines personales no seria la mejor noticia. El gobernador tiene un solo mandato por delante y con Massa presidente se dificultaría salir hacia arriba. Incluso mostrarse como la referencia mas importante territorialmente. Por ahora, el acuerdo Massa-Kicillof funciona, incluso para aislar a La Cámpora, pero tiene destino de colisión si triunfa Unión por la Patria.

En las mesas bonaerenses dan cuenta de la insistencia de Martín Insaurralde de conservar su cuota de poder con la liga de intendentes que le respondían antes del estallido del escándalo en Marbella. El otro tema candente en la justicia que es el reparto de tarjetas de débito en la Legislatura no es limitante para que se discuta quién sucederá a Federico Otermín como presidente de la legislatura bonaerense. Sergio Massa buscará imponer a Rubén Eslaiman, actual vicepresidente de la Cámara baja y de los hombres que mas confianza tiene depositada el quizá próximo presidente. Se desatará una puja muy fuerte por el manejo de un caja millonaria que está demostrado, funciona con creces para los gastos de la política. Y seguirá funcionado, a pesar del 19/11.