EL PULSO DEL LOS MERCADOS

Massa empinó la curva del dolar

Días atrás, conocimos los datos de empleo en Estados Unidos. En primer lugar, vimos que la tasa de desocupación en julio apenas cambió, ya que descendió tan solo una décima, hasta el 3,5% respecto al mes anterior, según datos que publicó el viernes la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS, en inglés). Al mismo tiempo, se supo que se mantienen al alza los salarios (+0,3%), incluso por encima de lo que esperaban los expertos.

Hubo, no obstante, una cifra un poquito negativa. La creación de nuevos puestos de trabajo no agrícolas en Estados Unidos se ralentizó considerablemente en el séptimo mes del año, con 187.000 nuevos empleos netos (se esperaban 215.000), muy por debajo de la media de 312.000 de los 12 meses anteriores. No obstante, se siguen creando puestos de trabajo y me parece correcto pensar que la posibilidad de una eventual recesión en la primera economía mundial se aleja.

En un 85 %, los encuestados creen que el 20 de septiembre la Fed no subirá la tasa de interés. El ciclo de restricción monetaria podría llegar a su fin este año, aunque la amenaza inflacionaria no ha sido totalmente derrotada.

El dólar se mantiene firme en el mundo, pero amesetado. Esto generó movimientos laterales en los commodities. El oro no se despega de los u$s 1.980 la onza; y la plata se mantiene por debajo de los u$s 24,50. No se olvide que la tasa de interés se encuentra en niveles muy elevados y manda el fligh to quality.

El cobre es otro de los metales perjudicados por esta situación, bien por debajo de los 4 dólares. Pero el barril de petróleo de Texas se encareció por sexta semana consecutiva y se situó el viernes en 82,82 dólares como consecuencia de los recortes de producción de Arabia Saudita y Rusia que se alargarán hasta septiembre.

EL SWING

Algo debemos decir sobre la Argentina. Con respecto al blue, tema que atormenta a millones de argentinos, quisiera hacer notar que con el actual ministro de Economía se ha empinado la pendiente de aumento. Mi análisis -debo advertir al lector- no es político; sino del swing del mercado. Es una lectura de un gráfico, como podía ser el del oro, la acción Apple, el euro o cualquier otro activo financiero.

Desde el 2020 hasta julio de 2022 la divisa estadounidense pasó de 70/80 pesos hasta el máximo de $345, en ese fin de semana incandescente en que Martín Guzmán dio un portazo. Con Silvina Batakis llegó a $380. Asumió Sergio Massa y se produce una corrección, primero a 340 y luego a 270/280. Hay una especie de calma; el mercado le da una cuota de confianza basada en la creencia de un buen management y de aceitados contactos con empresarios. No duró mucho. La pendiente y la velocidad del alza desde septiembre del año pasado hasta la actualidad es más empinada que la anterior, con la excepción de la debacle con Batakis. Es decir, pasamos de una pendiente de 35,40 grados con Guzman a 65/70 grados con Massa. Dicho de otra forma, de 270 pesos hasta $575 en menos de un año.

Si yo miro este gráfico -y me olvido por un minuto que hay elecciones dentro de una semana-, veo que el blue tiene chances de ir en una primera etapa a 730/780 pesos. Cuando uno utiliza sistemas de proyección, el cálculo me da sobre 1.000; yo diría 1.200 como extremo posible.

Nadie puede decir cuánto puede valer el dólar mañana, como dicen algunos expertos. Nadie tiene la bola de cristal, de eso sí estoy seguro. Lo que sí sabemos es que los agentes económicos actuamos en consecuencia de las expectativas. Esa acción se denomina de distintas formas: apuesta de mercado, apuesta de inversión, dolarización de carteras, etc. Mi visión del dólar en la Argentina es firmemente alcista.