Más medicamentos de venta libre: ¿mejor para la salud o para los laboratorios?

Banalización del consumo de fármacos, fomento de la automedicación y uso irracional con consecuentes efectos adversos son problemáticas que vislumbra el Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos (SAFYB), a partir de un pedido del Ministerio de Salud para que la ANMAT revise la condición de venta de 22 productos que actualmente se comercializan con receta médica.

Corticoides, antibióticos, antiinflamatorios, anestésicos, antivirales y medicamentos para adelgazar son algunas de las clases de fármacos que integran la lista que el Ministerio de Salud de la Nación solicitó a la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) que revise para cambiar su categoría en cuanto a la modalidad de expendio. Se trata de 22 medicamentos que en la actualidad se venden bajo receta médica y que pasarían a ser “de venta libre”.

La iniciativa despertó la preocupación del Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos (SAFYB), que a través de un comunicado expresó los potenciales riesgos que encierra y manifestó sus sospechas respecto de quiénes serán los verdaderos beneficiarios: “El gobierno pretende pasar a la categoría de venta libre un listado de medicamentos con claras contraindicaciones y serios efectos adversos”, advirtió el doctor en Farmacia y Bioquímica Marcelo Peretta, secretario general de esa agrupación sindical, para luego añadir: “Es un gran error o un acuerdo al que llegaron con los laboratorios farmacéuticos”.

Según detalló el SAFYB, “por medio de la Resolución MS 284/24 el Ministerio de Salud encomendó a ANMAT cambiar de categoría 22 medicamentos que hoy son de venta bajo receta, lo cual deberá evaluarse en el marco de la ley 16.463 y su Decreto 9763/64, considerando la naturaleza de cada producto, su composición y riesgos para la salud”

El listado de remedios a cambiar de categoría, identificado como IF-2024-32293612-APN-ANMAT#MS, “será revisado según la Clasificación ATC que los agrupa según su Anatomía, Terapéutica y Química, siguiendo los lineamientos de la Disposición ANMAT 3686/11, pero a simple vista surge el alto riesgo para la salud que implica liberar la venta de: ‘Orlistat’, ‘Aciclovir’, ‘Tadalafil’ o ‘Pantoprazol’, que pueden provocar: alergias, arritmias, diarrea, hipotensión, hipertensión, infertilidad, priapismo, ictericia, ceguera, daño renal y neumonía, entro otros efectos graves”, advirtieron desde el sindicato que nuclea a farmacéuticos y bioquímicos.

 “No es un tema de calidad, seguridad y eficacia probadas durante cinco años en el país, como afirma la ANMAT, sino que es un problema de falta de educación al consumidor de medicamentos quien queda a merced del mercado, que solo quiere vender, sin asumir las consecuencias”, subrayó Peretta.

En opinión del secretario general de SAFYB, “el switcheo de remedios solo beneficia a los laboratorios que no quieren restricciones y pueden estimular así la venta, el uso y el abuso a través de su artillería publicitaria, desde la mañana temprano hasta la noche tarde, en casi todos los canales de televisión”.

El SAFYB envió cartas al Ministerio de Salud y a la ANMAT fundamentando su oposición al cambio de categoría de estos productos farmacéuticos “por el serio riesgo a la salud de la población que ello implica”

Desde la entidad sindical entienden que “de aprobarse este pedido, se continuará banalizando el consumo de medicamentos y potenciando la automedicación y el uso irracional de fármacos que terminan en nuevas consultas médicas y problemas de salud que luego el Estado debe pagar”.

SIN COBERTURA Y FUERA DE LA FARMACIA

Asimismo, destacaron que los medicamentos de venta libre aumentan de precio y pierden su cobertura de obra social y prepaga, por lo que los consumidores no podrán acceder a los descuentos estipulados para los fármacos vendidos con receta.

“Para que conste de qué lado está el gobierno, la cartera de salud aclaro que los trámites necesarios para adecuar el contenido de las unidades de venta, rótulos, prospectos y demás información relacionada, no serán arancelados, es decir, todo al servicio de la industria farmacéutica”, insistieron desde el sindicato de farmacéuticos y bioquímicos.

Otro de los aspectos que se modifican a partir del cambio de categoría en la modalidad de expendio tiene que ver con el lugar donde pueden adquirirse este tipo de fármacos. “Los medicamentos no son inocuos y siempre tienen contraindicaciones, interacciones y reacciones indeseadas; pero el gobierno quiere sacarlos de las manos del médico y del farmacéutico y que se vendan libremente en kioscos o estaciones de servicio, sin control”, subrayó Peretta en una entrevista con La Prensa.

- ¿Son habituales este tipo de solicitudes para el cambio de categoría de medicamentos recetados a sin receta?

- Esto nos sorprendió mucho porque el pedido normalmente lo hace cada laboratorio. Cuando pasan por ejemplo 20 años en los que el laboratorio tiene un producto en el mercado que es seguro, efectivo, que no ha traído efectos secundarios o consecuencias, entonces reúne todos los argumentos y le pide a la ANMAT el cambio de categoría. Es decir que el “switcheo” lo hace normalmente cada laboratorio. En este caso, nos sorprendió porque es un pedido del propio Ministerio de Salud. El Ministerio emite una resolución pidiéndole (con lo cual, es casi una orden porque hay una cuestión de jerarquía: el ministro Russo tiene superioridad respecto de ANMAT) que estudie estos 22 medicamentos para su pase a venta libre, en caso de que corresponda. Nos sorprende porque cambia la metodología habitual. Pero más nos sorprende cuando empezamos a ver que son medicamentos como, por ejemplo, corticoides, antibióticos, antiinflamatorios, anestésicos, antivirales, medicamentos para adelgazar, que tiene sus fundamentos que estén bajo el control del médico y del farmacéutico. Porque también hay que aclarar que para este Gobierno venta libre implica fuera de las farmacias, porque el Gobierno mandó el DNU 70/23, que en el capítulo IX elimina la obligatoriedad de venta en farmacias y la habilita en quioscos, estaciones de servicio, etc. Eso lamentablemente está vigente porque no es de las partes del DNU que se han suspendido.

En conclusión, están poniendo 22 medicamentos que son riesgosos y que requieren el control médico y farmacéutico, fuera del control de estos profesionales. Y que además es un perjuicio claro para la gente porque cuando vos pasás de categoría un medicamento recetado a venta libre, ya no hay más descuento ni de la obra social ni de la prepaga.

- Algunos de ellos son recetados cada vez a más personas, por ejemplo, el pantoprazol.

- El pantoprazol es un caso muy concreto. La gente va a pantoprazol cuando ya el omeprazol y los antiácidos más básicos no le dan resultado. Y es más caro. Pasarlo a venta libre significa que pierda el descuento. O sea, tendrá que pagar un medicamento que es más caro y que además es más riesgoso -porque es inhibidor de la bomba de protones- que puede producir estreñimiento, dolor abdominal y articular, arritmias, no se puede usar en menores de edad, no se puede usar en personas con problemas hepáticos y respiratorios, es decir que tiene un cuadro de efectos secundarios que hasta el propio prospecto lo dice. Está claro que está mal pasar de categoría ese medicamento y los 21 restantes.

La gente, obviamente por la mala alimentación, el estrés y distintos factores, sufre de hiperacidez gástrica y ya los antiácidos básicos no le resultan y tiene que ir a los más sofisticados, que tienen un precio mayor, pero que están menos estudiados, por tanto hay  más riesgo en su utilización. De modo, que todo es en perjuicio de la gente: la obliga a pagar más caro, le quita la cobertura, pero además le quita el consejo médico y el consejo farmacéutico, cuando en realidad es un medicamento que tiene más contraindicaciones y efectos secundarios.

- ¿De qué modo el hecho de que sea un medicamento con receta o sin receta modifica la responsabilidad en caso de que una persona tenga un efecto adverso grave y quiera hacer un juicio por ese daño?

- Ya no hay responsabilidad médica ni farmacéutica. Con lo cual se desampara al paciente. Queda solamente el laboratorio y el paciente. ¿Y cómo termina el juicio? El laboratorio dice “Ah, pero usted no leyó el prospecto. Fíjese que en el prospecto dice que usted podía sufrir estos efectos. Entonces no me eche la culpa”. Por lo tanto, de este modo el ministerio de Salud desampara a los pacientes, le hace el negocio a los laboratorios para que aumenten sus precios y sus ventas… y van a tener una lluvia de problemas sanitarios, pero además problemas legales.

- Desde SAFYB enviaron una carta al Ministerio de Salud y a la ANMAT explicando la preocupación y estos fundamentos para oponerse. ¿Qué respuesta obtuvieron?

- Cero respuesta. En esa carta nosotros le hablamos del desamparo de la gente y de los pacientes al cambiar de categoría estos medicamentos, tanto al ministro Russo como a la titular de la ANMAT. Sin embargo, no nos respondieron. Ya no nos habían respondido cuando nosotros advertimos de los riesgos del capítulo IX del decreto 70/2023. Con lo cual, para nosotros está claro que este ministro trabaja para los laboratorios. Y cuando analizamos después quiénes fueron las empresas que aportaron a la Libertad Avanza, encontramos que los laboratorios financiaron la campaña, por eso tienen este tipo de beneficios.

En Estados Unidos, hay muchos medicamentos de venta libre pero no los antibióticos que quieren poner acá para vender sin receta. Si uno va allá y quiere comprar un antibiótico sin receta, el farmacéutico llama a la policía y lo invita a salir de la farmacia.

Acá están dejando que los laboratorios hagan y deshagan… después le hacen un desastre. Porque cuando aumentan tanto los precios, obviamente la gente se queda sin tratamiento o tenés pacientes que tal vez toman un medicamento que no necesitan o que solamente se basan en la publicidad para comprarlo. A diferencia de Estados Unidos, acá la publicidad no menciona ni los posibles efectos adversos ni para quiénes está contraindicado… Con lo cual, es obvio que el Ministerio está mucho más ausente.

- ¿Qué cantidad de medicamentos de venta libre se comercializan en el país actualmente?

- Se estima que -legalmente- 1,5 medicamentos de cada 10 son de venta libre. En la práctica, 2,5 cada 10.  Porque también hay inconvenientes en el sistema de venta bajo receta, el sistema falla en eso. Pero la solución no es quitarle la receta porque en la práctica no se pide. Es como decir que como la gente pasa los semáforos en rojo hay que sacar los semáforos. No. Aumentemos los controles para que nadie pase el semáforo en rojo. En este caso, aumentemos los controles para que lo que es de receta se cumpla. Y empecemos a cerrar farmacias cuando no se cumple, porque ese es el rol del Estado. Nada de eso se hace y se va por lo fácil. “Y bueno, como en la práctica no se está pidiendo receta, cambiémoslo de categoría…”  Esto es un disparate y es peligroso. Esto explica por qué hay cada vez más consultas médicas y problemas de salud vinculados al sobreuso de medicamentos, por qué hay adicción a medicamentos -algo que antes no había-. Por ejemplo, energéticos, por qué hay cada vez más casos de abuso de antiinflamatorios, narcóticos o psicofármacos. Estos tres grupos de fármacos -los antiácidos, los antiinflamatorios y los psicofármacos- son fuertemente adictivos, porque generan la necesidad de consumirlos. El que toma antiácidos, no puede comer nada si no se empastilla con antiácidos. Al que le parece que no puede dormir, no duerme si no toma psicofármacos o si está nervioso por algo se toma cualquier cosa. Y otro amanece dolorido y le parece que si no toma el antiinflamatorio no puede salir de la casa. Por lo tanto, está claro que el cuadro no se soluciona bajando de categoría medicamentos recetados a medicamentos de venta libre.

Esto se mejora teniendo un ministerio de Salud que haga publicidad oficial sobre la educación al consumidor de medicamentos: la importancia de la receta médica, de leer los prospectos, de cumplir los plazos estipulados de tratamiento y no repetirlo por cuenta propia… cosas que hacen otros países que trabajan en la educación continua del consumidor de medicamentos.

- Pero esa educación va en contra de los intereses de los laboratorios.

- Tal cual.

- El listado también incluye el medicamento para tratar la obesidad “Orlistat”. ¿No es acaso peligroso liberar la venta de un fármaco de este tipo, teniendo en cuenta no solo la epidemia de obesidad que existe en el país sino al mismo tiempo de trastornos alimentarios, que lleva a muchas personas a recurrir en la desesperación a cualquier cosa con tal de bajar de peso?

- Es una locura total. Es un disparate. Es absolutamente innecesario. El Orlistat es un medicamento riesgoso, que solo pueden tomarlo aquellos que tengan un índice de masa corporal superior a 25, es decir que tengan un grado de obesidad importante, y bajo control médico y farmacéutico para ver si no le dispara la presión, si no le dispara la diabetes, si no le dispara otros problemas de salud. Al ponerlo de venta libre, va a llegar la primavera y la juventud que está toda pasada de peso porque todos comen mal, se van a comprar Orlistat… Y el único negocio va a ser para el laboratorio que vende Orlistat, pero no va a solucionar el problema de obesidad, al contrario, va a traer otros problemas que tienen que ver con irregularidad menstrual, dolor estomacal, ansiedad, urticaria, dificultad para respirar o tragar. Se está exponiendo abiertamente a la población a productos que tienen su riesgo y los están minimizando.

Es una locura trabajar abiertamente para un grupo tan poderoso como son los laboratorios cuando, en realidad, no pasa por empastillarse la solución sino eventualmente hacer educación sobre alimentación saludable, actividad física… pero tenemos un Ministerio de Salud que no dice nada de comer mejor, ni de actividad física pero sí te dice empastillate, porque al liberar estos medicamentos automáticamente está autorizando a que los publiciten. Dicho sea de paso, a diferencia de Estados Unidos, donde necesitás que la FDA te apruebe el pliego publicitario antes de emitirlo, acá vos lo mandás a la ANMAT con una declaración jurada diciendo “declaro que este pliego publicitario cumple la norma tal” y chau, nadie te pide nada, nadie te exige nada y lo podés sacar en todos los medios y a toda hora. Si hay consecuencias, el Estado se entera mal y pronto o se desentiende.

Antiguamente, la ANMAT tenía una comisión de publicidad que analizaba los pliegos e indicaba las correcciones que había que hacer. Entonces la publicidad ayuda a educar y comunicar que existe un medicamento, pero se controla que no induzca al abuso y a la mala interpretación. Se pasó de eso a permitir cualquier barbaridad: sacan publicidades con gente que es feliz porque se empastilla, o que se le terminaron todos los problemas porque se empastilla… son mensajes falsos.

- No se puede esperar otra cosa de la ANMAT si ni siquiera analiza ciertos medicamentos que vienen de otros países. Toma por cierto lo que declara el laboratorio fabricante. No hace su propio análisis.

- Tal cual. La ANMAT está totalmente cooptada por los laboratorios nucleados en CILFA, los más importantes, el “top 10”, que cartelizan el precio, cartelizan las decisiones y que obligan a la ANMAT a sacar rápidamente los trámites. Pero, por ejemplo, si viene un laboratorio a querer instalarse -han venido de India, de Japón, de Corea del Sur, y nos han pedido que por favor les expliquemos cómo son los trámites-, no los dejan instalarse. Les ponen una cantidad de requisitos absurdos, que hacen inviable la instalación. Evitan que entre, por ejemplo, una planta china, que en ocho meses se puede instalar (con la construcción en seco y demás), trayendo todo el equipamiento y produciendo medicamentos de altísima calidad, con mano de obra argentina, lo cual bajaría el precio de los medicamentos porque generaría más competencia.

Hoy la Argentina tiene la misma cantidad de laboratorios desde la década del 90. Tiene 300 laboratorios, de los cuales los primeros 50 manejan todo el mercado. Y manejan todo: la política, la ANMAT, el Ministerio de Salud, establecen las normas, financian los congresos, no entra ninguna resolución que a ellos los perjudique o que los obligue a competir… Los laboratorios argentinos tienen una tasa de rentabilidad y beneficios que no tienen en otros países como Gran Bretaña, Alemania, Estados Unidos.

- ¿Qué les diría a los potenciales consumidores de estos 22 medicamentos que buscan pasar a venta libre?

- A la gente le digo que no se deje engañar. Que le están haciendo trampa. Que le están diciendo que van a tener libremente productos que es mejor que te los aconseje un médico o un farmacéutico. Que además van a estar fuera de las farmacias, que además los van a pagar más caro y ya no van a tener cobertura. Que si hay una consecuencia negativa por haber consumido esos medicamentos, ya pierden la posibilidad de reclamarle a algún profesional y van a tener que litigar con un laboratorio -cuyos estudios jurídicos son los más potentes y costosos de la república Argentina-, con lo cual les aseguro un resultado negativo. Por lo tanto, esto es una mentira, no es un beneficio. Esto es un ministerio de Salud que se lava las manos en lugar de proteger a la gente en su salud, que debería ser su objetivo principal. Este Ministerio no lo está haciendo: está protegiendo la economía de los laboratorios.