Maite Lanata: “siempre viví la actuación como un juego”
La joven actriz añora las tiras diarias en televisión y sueña con hacer teatro. Mientras tanto, estrena ‘Gatillero’, la película de Cris Tapia Marchiori que rodó junto a Sergio Podeley y Julieta Díaz.
Quince años hace que Maite Lanata se dedica a la actuación. En el colegio era la típica alumna reservada y aplicada, pero cuando participaba en actos escolares algo en ella se transformaba, se encendía. “Me desinhibía, dejaba de ser la niña tímida”, le cuenta a La Prensa. Sus padres siempre apoyaron su carrera artística pero con la condición de que se respetasen sus derechos laborales. Cuando quedó seleccionada para ‘El elegido’ con tan sólo diez años, su mamá se puso firme: “exigió que sólo grabe tres veces por semana”. Su personaje, Alma Bilbao, sirvió para darle visibilidad al autismo.
“Con ‘100 días para enamorarse’ pasaba que las escenas se veían en los colegios para enseñar a muchos pibes y pibas cómo era transicionar y cómo lo veía la familia, y muchos se sentían identificados”, contó la actriz acerca de cómo Juana, su personaje de esa tira que luego se convierte en Juan, también se instaló en la agenda. “Ese vínculo con la realidad estaba buenísimo”, aseguró.
Ahora, a sus veinticinco años, Maite admite que las ofertas laborales bajaron muchísimo por la falta de ficción en la televisión pero que aun así sigue buscando papeles que la desafíen. Por eso aceptó formar parte de ‘Gatillero’, la película de Cris Tapia Marchiori que esta semana llega a los cines. En el electrizante thriller filmado en la Isla Maciel -con actuaciones de Julieta Díaz y Mariano Torre- interpreta a Isa, una joven que decide junto a su padre y otros vecinos hacer justicia por mano propia contra los narcos que dominan en barrio.
“Me gustó que la película está filmada en un solo plano, eso me atrapó un montón; de hecho, ese desafío fue lo que más me atrajo”, señaló la exactriz de ‘El marginal’ sobre el filme que sigue a Galgo (gran trabajo de Sergio Podeley), un sicario que queda envuelto en una cruenta batalla mafiosa.
Con una serie y una película por estrenar este año, la intérprete adelantó además que tiene muchas ganas de incursionar en teatro: “Me encantaría meterme en ese mundo”.
CRUDA REALIDAD
-‘Gatillero’ es una película cruda, que retrata la realidad que se vive en muchos barrios, ¿qué le pasó cuando le acercaron el guion?
-La verdad, me atrapó mucho la propuesta y también el director, que fue súper cálido conmigo. Yo no lo conocía y cuando me contó la idea que tenía, por qué quería contar esta peli que tiene una dedicatoria al final para sus amigos del barrio, me pareció súper fuerte. Siempre que un director tiene su propio guion, eso hace que el compromiso con la película sea aun más grande. También me gustó que ‘Gatillero’ está filmada en un solo plano, eso me atrapó un montón; de hecho, ese desafío fue lo que más me atrajo. Hay algo teatral en la preparación de cada una de las escenas que me gustó mucho porque quizás la escena se venía filmando a lo largo de cuatro cuadras y vos sos una parte del engranaje y no podés fallar.
-¿Cómo construyó su personaje?
-El director dividió a los personajes entre los que eran más idealistas y los que eran más realistas, más de poner los pies sobre la tierra. Mi personaje parte de ese mundo más idealista, junto con su papá y con Nilda (Susana Varela). Ellos ayudan al barrio desde las carencias, desde la empatía con el otro, a pesar de que muchas veces la realidad los supere.
PASADO Y PRESENTE
-Muchos de los personajes que hizo a lo largo de su carrera están conectados con la realidad, ¿es azar o fue adrede?
-Gracias a mi economía puedo ir eligiendo los personajes y me gusta mucho contar historias en las que si se vincula lo social está buenísimo, pero lo que más busco es que sea un desafío. Si, a su vez, tiene el plus de contar una realidad social, mucho mejor, como fue mi personaje para ‘100 días para enamorarse’, que hizo que todo un colectivo se sintiera identificado. Lo que pasaba antes es que lo que sucedía en la sociedad, el aborto legal, por ejemplo, luego era plasmado en las novelas. Ese vínculo con la sociedad estaba buenísimo. Me parece fundamental que esas cuestiones teóricas luego pasen a algo práctico en lo audiovisual. Con ‘100 días...’ pasaba que las escenas se veían en los colegios para enseñar a muchos pibes y pibas cómo era transicionar y cómo lo veía la familia, y muchos se sentían identificados.
-A la vez esas novelas forman parte de una televisión que ya prácticamente no existe...
-Creo que las cosas cambiaron, los contenidos se están globalizando y las plataformas están ganando, entonces las novelas más locales no les rinden tanto a las productoras. Es una pena, me da mucha nostalgia, capaz que vuelve lo analógico, tengo la esperanza de que esto pueda cambiar.
-Empezó de muy chica, ¿siempre contó con el apoyo de su familia?
-Sí, mi mamá siempre me acompañaba a los castings. Ella me inculcó el conocimiento de las leyes laborales, porque le daba mucho miedo. Yo era una niña que entraba a un mundo de adultos. Tenía diez años cuando hice mi primer laburo, la película ‘Mía’, y al toque hice ‘El elegido’. Ahí mi vieja puso la condición de que sólo trabaje tres veces por semana, a la tarde, para no perderme nada del colegio. Eso hizo que yo lo haya vivido siempre como un juego, nunca lo sentí como un trabajo. Tampoco ahora. Es un privilegio laburar de lo que a uno le gusta. Siento que los actores no sé si de verdad sabemos qué es trabajar.
-¿Y cómo es ser una actriz joven en este contexto un tanto adverso?
-La verdad es que bajaron mucho las propuestas de laburo, ni me quiero imaginar los actores que no tuvieron tanta exposición. En tiempos así siempre se mueve mucho el teatro. Yo nunca fui una persona que tenga demasiadas ofertas teatrales, pero me encantaría. Me encantaría meterme en ese mundo.