Magdalena Kozená y una cita con el gran repertorio barroco


Magdalena Kozená y la Orquesta Barroca de Venecia. Programa compuesto por obras de Haendel, Locatelli, Vivaldi y Marcello. El jueves 29 en el teatro Colón.


 

Otra jornada de alto vuelo deparó el teatro Colón al presentar en su ciclo de Grandes Interpretes Internacionales a la mezzosoprano checa Magdalena Kozená, nacida en Brno hace cuarenta y nueve años, empinada cantante del repertorio barroco, acompañada por la también notable Orquesta Barroca de Venecia, agrupación creada en 1997, con bien ganado prestigio como ensamble dedicado al género

Comenzada la velada con la Introduzione teatrale Nº 4 en Sol mayor para cuerdas y bajo continuo de Pietro Locatelli, compositor nacido en Bérgamo, los trece integrantes recibieron enseguida a la virtuosa solista, premiada con los aplausos que caben a su trayectoria, que en un primer contacto con Haendel interpretando 'Di cor mio' y 'Si, son quella' mostró la excelencia de su fraseo, su rico timbre de mezzosoprano, bello y homogéneo, y sus acentos expresivos, hecho que fue reiterando a lo largo de la velada.

Porque ya sea en los diversos fragmentos de 'Alcina', que interpretó a lo largo de la noche, como 'Ah, mio cor' y 'Ombre pallide', paginas incluidas en la velada; como también -siempre de 'Alcina-' y sobre el final del programa 'Ma quando tornerai' y 'Mi restano le lacrime', demostró su cabal comprensión y brillante expresividad para el lenguaje musical haendeliano, que la tiene como una de las referentes e intérpretes superiores.

Su fraseo, expresividad y belleza de los adornos y expresiones de personajes son una muestra de antología.

 

ENSAMBLE

Por supuesto que contribuyó al éxito del concierto el acompañamiento del ensamble veneciano, conformado por cuatro primeros violines, otros tantos segundos, dos violas, dos cellos, contrabajo y clave. Su desempeño también vertió los contenidos de una noche barroca notable, que se lució en la Introduzione en Si menor de 'La cetra', de Alessandro Marcello, y en la exposición de un Vivaldi de lujo en su Concierto en Re mayor para flauta dulce, cuerdas y bajo continuo 'Il cardellino', con la virtuosa flautista Irene Liebau. Del mismo modo en el concierto en Re mayor para violín, cuerdas y bajo continuo 'Per la Solennitá di San Antonio in Padua', que hizo lucir al concertino Giampiero Zanocco.

La despedida de la mezzo checa, muy aplaudida, tuvo lugar con el aria 'Lascia ch'io pianga' de la ópera 'Rinaldo', otra de las valiosas contribuciones de Haendel, que la cantante checa eligió para agradecer una recepción tan calurosa.


Calificación: Excelente