Macri y Vidal están perdiendo y ya sólo les queda una jugada

Hoy, Durán Barba le llevará a Macri el resultado de las encuestas que éste le encargara para fines de mayo y no serán buenas noticias las que le transmitirá: los equipos del ecuatoriano midieron que el jefe del Estado hoy por hoy pierde en octubre y en el ballotage.

En Cambiemos todas las señales de alerta están encendidas. Desde el regreso de Jaime Durán Barba de sus cortas vacaciones, los números de los sondeos han provocado y provocan verdaderos sustos. Macri se debilita ante Alberto Fernández y María Eugenia Vidal ante Axel Kicillof en la Provincia. "Nos dormimos en los laureles, nos creímos imbatibles" sugería un colaborador de la campaña muy cercano a Marcos Peña. Tal vez tenga razón; lo que sí es cierto es que ya casi no tienen tiempo para modificar estrategias y sólo quedan horas para definir los candidatos. 

El clima de trabajo en el PRO es febril, de negar el Plan V que llevaba a Vidal a la Casa Rosada como candidata presidencial ante el debilitamiento de Mauricio, ha comenzar a tenerlo en cuenta porque para muchos sería la única manera de contrarrestar el avance de Alberto F. sobre la posibilidad de reelección del Presidente. Para colmo, un supuesto pacto entre Sergio Massa y el kirchnerismo preocupa y mucho a la alianza oficialista que igual mantiene la esperanza de que el peronismo no se una contra Macri y para ello confían en Juan Schiaretti y Juan Manuel Urtubey, que siguen despreciando cualquier acercamiento a la ex mandataria.

Uno de los hombres que asesora al gobernador de Salta dijo el viernes pasado a quien quiso oírlo: "No se puede tolerar que el mismo Massa que dijo durante las primeras reuniones de Alternativa Federal: "Tenemos que hacer una fuerza política que termine con el gobierno de los ricos y no permita que se instale nuevamente el gobierno de los ladrones", algo parecido a lo que ya había dicho en un discurso partidario en 2017. Macri recibe sugerencias y listas de candidatos a vice para acompañarlo en su fórmula, los dos peronistas amigos la encabezan aunque ambos ya dijeron que no serían candidatos a vicepresidente de Mauricio.

 Hoy, Durán Barba le llevará a Macri el resultado de las encuestas que éste le encargara para fines de mayo y no serán buenas noticias las que le transmitirá: los equipos del ecuatoriano midieron que el jefe del Estado hoy por hoy pierde en octubre y en el ballotage. Los mismos consultores también alertaron que María Eugenia Vidal pierde en la provincia de Buenos Aires contra Axel Kicillof. Este tema aumentó la preocupación y obliga a tomar decisiones urgentes. La primera reacción fue que desde el Gobierno dijeron que el ex ministro de Economía de CFK no reúne las condiciones de residencia que exige la ley electoral

 Desde Unidad Ciudadana ya se encargaron de comunicar que Axel tiene los papeles en regla. En las listas que recibe Macri también está el nombre de Carolina Stanley, la ministra de Desarrollo Social de gran confianza para el Presidente. 

TEMOR A LA CONFIANZA
 El tema de la confianza es algo que atemoriza a Mauricio Macri, no quiere traiciones y a quienes proponen candidatos de la oposición les recuerda los casos de los vices de Fernando de la Rúa con Carlos "Chacho" Alvarez y de Cristina Kirchner con Julio Cobos. Patricia Bullrich también fue propuesta pero desestimada por el frágil caudal de votos que arrastra. Sus aliados radicales insisten en que hay que cambiar la imagen para tener alguna posibilidad.

El nombre de Emilio Monzó cobró fuerza en los últimos días, es un hombre del PRO con raíces en el peronismo, buen negociador, hizo un formidable trabajo como presidente de la Cámara de Diputados aunque tiene como contra su muy mala relación con Marcos Peña y Elisa Carrio. Más candidatos se suman a las opciones sobre las que Macri deberá decidir seguramente esta misma semana, al menos bajo la forma de rumor para tener una idea de la reacción en los ciudadanos.

Entre esos nombres están los de tres radicales de pura cepa: Mario Negri, que acaba de perder por más de 40 puntos con Juan Schiaretti en Córdoba; Ernesto Sanz, que también está peleado con Carrió pero tiene mayor confianza con Macri; y el radical Alfredo Cornejo, pero en los últimos días fue muy crítico con el propio Presidente. No descartaron a Martín Lousteau y ni siquiera a Rogelio Frigerio. El primero aportaría el voto joven y el otro, algunos sufragios del peronismo de centro, pero ya dijo públicamente que él prefiere seguir en Interior. Dos caminos, conseguir un vice que aporte o bajarse y dejarla a la Vidal a que salve el naufragio. Macri no se va a rendir tan fácil, ni le basta con ser el único presidente no peronista que puede terminar su mandato desde Alvear y quiere ir a por más. 

LA FORMULA SALVADORA
 En este mar de dudas, opciones y conjeturas, hay quienes ahora dicen que no sería descabellado un pacto entre Vidal y Alternativa Federal para la Provincia, asegurándose así el triunfo en el territorio bonaerense. En ese acuerdo podría estar una de las llaves de la salvación de Cambiemos, porque retendrían a Massa que iría como candidato a gobernador por el acuerdo de Vidal con el peronismo no kirchnerista y la gobernadora pasaría a ser candidata presidente en lugar de Macri con un peronista moderado como Urtubey o Miguel Angel Pichetto como vice. Algunos ven este juego como la solución para no perder ni en la provincia ni en la elección nacional.

La ventaja que tiene este plan es que Sergio Massa le exigió a Unidad Ciudadana, que Cristina se baje de la vicepresidencia para ocuparla él, después de las PASO contra Alberto Fernández que naturalmente perdería el tigrense.

 En el kirchnerista Instituto Patria estudian ofrecerle que sea el primer candidato en la lista a diputado nacional, pasando a Máximo Kirchner al segundo lugar. Hasta ahí llegan, lo de bajar a Cristina lo desestiman absolutamente. Massa sigue jugando a hacerse el enigmático, pero por ahora sus aspiraciones presidenciales se ven reducidas a gobernador bonaerense o diputado kirchnerista con el riesgo de perder a sus aliados de Alternativa Federal, una pata peronista que le sumaba votos a su exiguo electorado.