Lo que vendrá

Macri se fue a Olivos y no a dormir y Alberto instaló el final de la grieta

Mauricio Macri fue derrotado con la contundencia de quince puntos de diferencia por Alberto Fernández. Nadie, ni los ganadores esperaban este resultado de las PASO y en principio llama  atención que ni siquiera los que ganaron pensaron en tamaña diferencia lo que significa que hasta último momento millones de argentinos se guardaron su decisión hasta la hora de votar.

Ninguna encuestadora se aproximó a estas cifras y las más audaces arriesgaron un brecha de siete puntos a favor de la Fórmula Fernández-Fernández. La primera pregunta que surge de esto es si en este caudal de votos están incluidos los votos castigos a la mala gestión económica de Cambiemos, porque un ligero análisis de los sufragios demuestran que el Presidente perdió en zonas del país donde la clase media solía darle su apoyo.

La siguiente cuestión es saber cuál es el volumen de esos votos y si cambiarán su intención en octubre. Alberto Fernández, ganador indiscutible sumó su propio relato para superar el techo del 30 por ciento que arrastra la ahora precandidata a vicepresidente, Cristina Fernández.

Los resultados de estas PASO cambiarán drásticamente todas las estrategias, las del gobierno que intentará reconquistar votos perdidos y buscar pactos y alianzas tanto con Lavagna como con Espert. Macri sabe que tiene que sumar de dónde sea porque así y todo es muy difícil que pueda alcanzar un triunfo, al menos en una primera vuelta.

Por primera vez, esto hay que reconocerlo, el Presidente tiene un gesto de altura muy republicano y dio la cara para reconocer la derrota incluso antes de tener los resultados finales del escrutinio: "Perdimos, hicimos una mala elección" dijo el Presidente y aseguró que "a partir de mañana redoblaremos los esfuerzos".

No alcanzará solo con esto, hoy comienza una campaña hasta el 27 de octubre día de la elección general y ambas fuerzas, el macrismo y el kirchnerismo, no pueden descuidar sus acciones de campaña porque como ya fue dicho, hay muchos votos bajo sospecha.

El mensaje del Frente "Juntos con todos" parece haberse puesto como objetivo principal el fin de la grieta, la agresión, el autoritarismo, es decir, despegarse del cristinismo puro y duro. El propio Alberto Fernández repitió ayer en varias oportunidades "Se terminaron para siempre la grieta y la venganza". 

Máximo Kirchner tocó el tema cuando fue su turno como orador en el bunker partidario. Mientras personajes como el referente de La Cámpora, Wado de Pedro ya hablaba de la reivindicación de las Madres de Plaza de Mayo y los desaparecidos y sin decirlo dejó claro que el setentismo también ganó las elecciones y esa fue una época en la que gobernó el odio.

Deberán ponerse de acuerdo y llamar a silencio a todos los militantes que vuelvan a generar desconfianza en la sociedad que se niega en volver al pasado. El mensaje de Cristina Fernández desde Río Gallegos, terminó también en un tono conciliador hablando de unión de todos los argentinos.

En este punto hay que reconocer que la tarea de Alberto Fernández fue óptima y consiguió convencer a muchos que ellos quieren instalar un kirchnerismo sin el efecto Cristina. Por su parte y con urgencia, Macri debe superar este argumento dando credibilidad a lo que le queda de gobierno, tal vez un cambio de gabinete, explicación detallada de cómo se manejará la economía para salir de esta difícil situación y en especial bajarse de ese aire triunfalista que obligo ayer sobre el escenario del bunker a Elisa Carrió a decir: "La adversidad  no es mala porque nos quita la soberbia".

Mientras los ganadores repetían la promesa de un país mejor agregando siempre la frase "para los que nos votaron y para los que no nos votaron". 

MACRI LA TIENE DIFICIL

Con absoluta objetividad cuesta suponer que Macri pueda salir airoso de este golpe, que se viene anunciando desde hace más de un año y que el empeño de tocar timbres no era suficiente. Se equivocó Jaime Durán Barba y se equivocó Marcos Peña cuando convencieron al presidente de no dejar que María Eugenia Vidal desdoblara las elecciones a gobernador para no quedar pegada al fracaso de Cambiemos.

Ahora perdieron por más de quince  puntos ante un candidato que poco tiene que ver con los bonaerenses como Axel Kicillof.

Un análisis minucioso de la campaña del oficialismo demuestra que perdieron la visión de la realidad buscando maneras demasiado sofisticadas que podrían haberse cambiado por explicaciones claras, por el reconocimiento de los errores, por la búsqueda de soluciones que den resultados palpables y no promesas.

Ahora ese trabajo lo tendrá que hacer Alberto Fernández porque eso es lo que esperan los argentinos, recuperar la confianza con hechos concretos, que vean que su economía mejora mes a mes, pero de verdad, que se note en el bolsillo y no sea solo declaraciones de ministros.

Ayer a la noche, después de anunciar y reconocer su derrota el Presidente convocó a su círculo íntimo a la Quinta de Olivos y algunos de los presentes aseguran que estaba muy enojado, que sentía que lo habían engañado y pidió propuestas inteligentes para intentar salvar el naufragio que se avecina.

Todos los que trabajan con él, saben que Mauricio solo escucha a dos personas que son las únicas que pueden hacerle cambiar una decisión, Marcos Peña y Durán Barba.

El asesor ecuatoriano despareció de escena ayer a la tarde y Peña puso la cara sin demasiadas convicciones. Macri enojado pide ayuda y como le dijo uno de sus ministros más cercanos: "Tendrías que haber escuchado más, Mauricio". A partir de hoy los argentinos tendrán que ver que hay en efecto cambios en el Gobierno y en su comunicación con los ciudadanos, que prácticamente nula.

¿A QUE JUEGA CRISTINA?

 Muchos se preguntan cuál será el verdadero papel de Cristina Fernández, ahora agrandada por este triunfo sin precedentes. Si el armado de su fórmula generó suspicacias, Alberto Fernández repite que él será el presidente y esto no lo dice si CFK no lo autoriza.

Al parecer Cristina no participará de forma activa en el Poder Ejecutivo, cumplirá eso sí, sus funciones en el Senado pero todos sus movimientos estarán supeditadas a la salud de su hija Florencia y al cuidado de su nieto que viaja a Cuba a visitarla.

Los viejos referentes del kirchnerismo se tendrán que acostumbrar que las órdenes ya no las dé directamente "la jefa" sino que les llegarán a través de voceros de Alberto.

Dentro del Frente dicen que la viuda de Kirchner sí participará más activamente en el tramo final de la campaña para resguardar su núcleo de votos.  Seguirá con la gira de presentación de su libro en las provincias que le faltan pero no asistirá a actos multitudinarios.

A partir de hoy, Cristina delega en Alberto la responsabilidad de los movimientos políticos que dé el kirchnerismo y sus nuevos aliados.

Ayer fue una noche de sorpresa para todos. Para los perdedores y para los ganadores, algo poco frecuente en una elección, los números golpearon cualquier cálculo previo que ni los propios candidatos esperaban. ¿Se repetirá la intención de votos en octubre?, en esta pregunta está la clave de lo que vendrá.