En estos días que llegan las boletas de la contribución por alumbrado, barrido y limpieza, vemos que el aumento de un mes a otro es de casi un 8%, cuando la inflación del mes pasado fue de un 3,2%, lo que nos hace pensar que hay que sacar plata de donde sea para saldar deudas, pagar la campaña (andan regalando bolsas de residuos) o que no saben hacer bien los cálculos; o que se gasta en demasía sin que a veces luzca demasiado.
Pero estos problemas para los habitantes de Buenos Aires no son de hoy, la inseguridad, la falta de aseo, fueron algunos de los vecinos de otros tiempos también padecían y padecerán con distintos partidos políticos.
Ello me llevó a repasar la “Lista Alfabética de los Señores Capitalistas sujetos al ramo de contribución directa de esta Capital y su campaña, con expresión de la calle, número de puerta o departamento donde habitan, y la cuota que a cada individuo le ha cabido con arreglo a las manifestaciones que han hecho en el año de 1825, la que se publica para conocimiento de los interesados y satisfacción del encargado”, un curioso impreso de hace dos siglos.
Fue editado en 1970 en facsímil por la Academia Nacional de la Historia, en el folleto de 34 páginas se pueden rastrear parentescos, los domicilios de muchos personajes de nuestra historia, determinar la fortuna relativa de algunas personas para compararla con la de otras.
El más acaudalado de los vecinos era Félix Castro, que vivía en la calle Paz (actual Reconquista) 112 (de la antigua numeración) y oblaba 528 pesos; era socio de Guillermo P. Robertson con quien ese año 1825 había adquirido al gobierno de Santa Fe la estancia San Lorenzo. Explotaba también en sociedad con Manuel Hermenegildo de Aguirre frente a la Plaza Mayor el café llamado de la Victoria que luego éste vendió su parte a León Monguillot; y para completar sus actividades en el negocio de minas en Mendoza y en Potosí.
Monguillot fijaba su domicilio en la calle Victoria 6 y a diferencia de su socio en el despacho de bebidas pagaba sólo 6 pesos.
En segundo lugar se encontraba la firma británica Winter, Brittain y &, que con domicilio en la calle Potosí (Alsina) desembolsaba 464 pesos.
Los seguían los hermanos Juan José y Nicolas de Anchorena, que vivían en la calle Perú 68 y abonaban 445 pesos, 1 real y medio cuartillo.
Continuaba cuarto en la lista Braulio Costa, que era socio de Félix Castro en el negocio del empréstito de la Baring Brothers, que vivía en la calle Reconquista (hoy Defensa) 24, a pocos metros de la Plaza de la Victoria, donde suponemos habrán tomado no pocos cafés en el negocio del segundo, convenciendo a muchos de los beneficios del préstamo.
Braulio Costa que abonaba 379 pesos, 1 real y una cuarto de cuartillo, estaba casado con Florentina Ituarte Pueyrredon, en su casa se alojó Facundo Quiroga en su visita a Buenos Aires y también perdió miles de pesos en el paño verde jugando a los naipes.
LOS DOCTORES
Médicos reputados de Buenos Aires eran Cristóbal de Montúfar, domiciliado en la calle Catedral 70; Agustín Fabre en la calle Paz (Reconquista) 1; pagaban 16 y 30 pesos respectivamente.
Quien recorra las páginas de la Lista encontrará muchos más nombres conocidos, muchos de ellos antiguos funcionarios cuyo tributo habla de su patrimonio y de la austeridad y honrada conducta con que ejercieron la función pública.
María Guadalupe Cuenca, la viuda de Mariano Moreno, cuya casa estaba en la calle Piedad (Bartolomé Mitre) 114, en el solar que pertenece al Banco de Boston, era tan pobre que abonaba 6 pesos; Gervasio Posadas, notario del obispado y ex Director Supremo, residía en la calle Tucumán 20 y pagaba 24 pesos; Vicente López, autor de la letra del Himno, diputado y futuro presidente del país, oblaba por su casa de la calle Perú 185, 16 pesos y Manuel Dorrego que habitaba la finca de Cangallo 115, pagaba 12 pesos. Más en éste caso a su muerte era tal la pobreza de la viuda e hijas del ex gobernador que trabajaban como costureras de los uniformes que proveía al ejército Simón Pereyra.
EL LIBERTADOR
El general San Martín que era propietario de una casa al lado del Cabildo que era la Jefatura de Policía, que había sido del comerciante Pedro Duval, pagaba 50 pesos y el almirante Brown por su casa en las afueras de la ciudad, la quinta de Barracas debía contribuir con 12 pesos.
Y hasta el mismo Juan Manuel de Rosas, a quien recursos no le faltaban abonada por su casa 6 pesos, lo que habla de la modestia del edificio.
Por su parte, don Cornelio Saavedra presidente de la Junta de Mayo, por su casa ubicada en la actual calle Reconquista al 400 mano par, pagaba 40 pesos.
Documento que habla de valores y de un estilo de vida de aquellos servidores del país, que contrasta en los tiempos actuales, ante muchas veces demasiado esplendor y patrimonio en poco tiempo, como se ha visto. Personajes que entonces no habrían temido a la ficha limpia.