Los radicales piden PASO y Cambiemos está que arde

Lo que vendrá. Tal vez se apuraron demasiado a convencer a María Eugenia Vidal de no desdoblar las elecciones en la provincia de Buenos Aires y suponer que la política con mejor imagen en todo el país, podría arrastrar votos para la boleta de Macri.

Los que vienen no serán días de tranquilidad en Cambiemos y mucho menos en el PRO. Las últimas encuestas ponen a Macri (39,9) por debajo de Cristina (42,5) y casi el 65 de los consultados no cree que este gobierno pueda resolver la crisis económica. Las luces rojas en los despachos de Marcos Peña y Jaime Durán Barba no se apagan y es que ambos autores de la estrategia de la campaña electoral tienen hoy más dudas que certezas.

Tal vez se apuraron demasiado a convencer  a María Eugenia Vidal de no desdoblar las elecciones en la provincia de Buenos Aires  y suponer que la política con mejor imagen en todo el país, podría arrastrar votos para la boleta de Macri. Y si así fuera, en caso de una segunda vuelta, el nombre de la gobernadora ya no estará en la boleta. Las variables que se dibujan son muchas.

Una pone a Vidal como compañera de fórmula de Macri, la misma fórmula que le dio la reelección a Mauricio para jefe porteño en 2011, sin embargo fue él quien ganó pero su compañera recién asomaba como un cuadro del PRO a tener en cuenta. Esta estrategia parece estar destinada al fracaso porque sería un verdadero suicidio político arriesgar el triunfo seguro en la Provincia para poner al mejor candidato de Cambiemos como vicepresidente, un cargo que en Argentina ha terminado con el futuro político de quien lo ocupara. Hoy Vidal supera a Cristina por más de cuatro puntos. 

Durán Barba se mantiene en sus trece y machaca con eso de que no hay que hablar de economía durante la campaña y basarla en la cuestión política, la comparación del kirchnerismo con Maduro y la corrupción. Por otro lado en el entorno de Peña con el visto bueno del Presidente, buscan intentar ver qué pasa si Carolina Stanley fuera la candidata a gobernadora de Buenos Aires por Cambiemos.

La ministra de Desarrollo Social jamás se midió en una elección pero su opción surge de sus excelentes relaciones con las asociaciones sociales del conurbano.  El equipo de campaña de Vidal niega de forma categórica que la opción de la gobernadora a vice de Macri sea siquiera materia de discusión. "María Eugenia será gobernadora bonaerense por cuatro años más y eso no se cambia por nada", repiten como si fuera un slogan.

Ahora si bien es cierto que ni los temas económicos ni la inseguridad hayan alterado su popularidad, Vidal sabe que el tema de los docentes puede hacerle daño político y que Roberto Baradel, el ariete de Cristina contra la gobernadora es un hueso difícil de roer.

La tarea del gobierno de la Provincia estará centrada en conseguir quitarle al líder sindical peso entre sus afiliados a cambio de que acepten por fuera del sistema los beneficios salariales y laborales que la gobernación les proponga. La estrategia es que Baradel pierda fuerza política y se vaya quedando cada vez con poder de convocatoria. 

LOS RADICALES PIDEN PASO

El diputado Martín Lousteau, invitado al viaje de Macri por Asia, no dejó pasar un día sin repetir su reclamo de la necesidad de que Cambiemos tenga su PASO donde pueda competir él con el Presidente. Para Peña este sería un gesto de que desde adentro de Cambiemos se supone algún rasgo de debilidad del presidente Macri, por otro lado suponen que detrás de este empeño de Lousteau esté Emilio Monzó, el jefe de los diputados oficialistas que mantiene una pésima relación con nombres fuertes del PRO como Marcos Peña y María Eugenia Vidal.

El jefe de Gabinete no puede perdonarle la insistencia que puso Monzó en llevar en la gira presidencial a Lousteau que de antemano se sabía que iba para hacer su propia campaña aprovechando que tenía a todos los medios juntos. Varias reuniones entre Peña y Monzó no fueron suficientes para conseguir un acuerdo. De hecho un hombre del jefe de Gabinete que formada parte de la comitiva presidencial le dijo antes de llegar a Vietnam al diputado Lousteau "Este no es el momento para hablar de las PASO; tenemos que darle una mano al Presidente no hacen campaña".

Obviamente Martín siguió hablando con todos los periodistas que quisieron escucharlo para repetir su necesidad de elecciones primarias. Monzó tampoco dudo su viaje a Asia para intentar convencer a Macri que él debía dejar el cargo de jefe de Diputados antes de diciembre y aconsejarle que su sucesor, si era reelecto, debía ser Sebastián García de Luca, el viceministro de Rogelio Frigerio.

Este funcionario se maneja con mucha habilidad entres los espinosos caminos de la relaciones con Marcos Peña y la serenidad inteligente de Frigerio. Como en los enjuagues palaciegos, el jefe de Gabinete junto al secretario General de la Presidencia, Fernando de Andreis, otro de los hombres que más dialoga con Macri, se apuraban en convocar a Cristian Ritondo, el ministro de Seguridad bonaerense, para ofrecerle ocupar el primer lugar en la boleta de diputados nacionales por la Provincia. El hombre de confianza de Vidal respondió que aceptaba pero después de hablar con su jefa política y él acató lo que Vidal le dijo. Tal vez convenga decir que Ritondo y Monzó tienen una muy mala relación. Claramente Peña hará lo imposible para evitar las PASO como pretenden los radicales. Sus intentos hasta ahora fracasaron en algunos acuerdos de la alianza oficial en varias provincias.

En Córdoba, por ejemplo, el hombre del PRO, Mario Negri tendrá que confrontar en internas con Ramón Mestre el candidato más fuerte del radicalismo. El propio Rogelio Frigerio le había pedido que no se presentara, pero el clima no es el mejor dentro de Cambiemos y sus socios. Cuando en el equipo de campaña que dirige Peña, quieren sacar pecho ante quieres quienes aseguran que la pérdida de la conexión con Monzó, los dejaba sin puente con el peronismo, responden "nosotros también tenemos una pata bien peronista".

Es urgente apagar el fuego de adentro en Cambiemos si quieren ir ordenando el juego ante un peronismo que parece ir mostrando cada día más cartas.