De ninguna manera la presente nota procura una defensa del Presidente de la Nación. Se hace muy difícil resguardarlo. Mucho he escrito sobre sus modos y la manera de ganar enemigos innecesarios.
Su impericia política, su imprudencia, su ajenidad a la historia argentina, el desconocimiento de nuestro pasado y la ausencia de raíces culturales nacionales lo hacen débil y quebradizo. Si a esto le adicionamos que los intelectuales que lo rodean, como lloronas de velorio, lagrimean errores conceptuales y orientaciones políticas fundamentalistas que en nada ayudan como por ejemplo glorificar la Revolución Libertadora o copiar la agenda anti woke de las grandes naciones occidentales. O mejor dicho, ser la contracara de la copia que realizó el kirchnerismo. Estamos en problemas. Ambos andan como el primer Caputo, por las nubes de Úbeda. En otro artículo hablaré sobre la historiografía mileísta.
LA HORA ACTUAL. LA HORA MAS OBSCURA
Los dos más importantes matutinos capitalinos a través de sus periodistas más destacados vienen hablando innecesariamente, como forzado o puesto a presión en sus escritos, sobre la posibilidad del juicio político al Presidente. No tiene que ver con lo que desarrollan o cuentan pero insertan la malhadada idea del juicio político a como venga. Porque si.
Los comentarios parecen más, plantear un escenario, que advertirle a Milei sus riesgos. En verdad la situación económica empuja a enojarse con el Presidente. Empresarios importantes, quizás el más importante de la Argentina impulsa también el carro advirtiendo sobre la destrucción del mercado interno, al que se suman otros, clamando por una devaluación y el sector financiero afectado por los altos encajes y las dificultades que presenta el carry trade. Son todas líneas que convergen o lo están haciendo. Planificado o espontáneo. Lo mismo da.
En otra vereda, no necesariamente en la de enfrente, el inefable Verbitsky insiste, a sus amigos y compañeros de ruta -parece que supiera algo- sobre el error de pensar o entusiasmarse con el juicio político, porque tras cartón está el demonio: Villarruel. Lo repite tanto que en su última entrega, del domingo 14 de setiembre, a los que pregonan la monserga del juicio los denomina “cabeza de termo”.
En fin puedo caer en una suspicacia banal, o si se quiere mistonga pero la visita de Kicillof al programa Odisea se debe ¿solo a su triunfo electoral o hay algo más que no sabemos? Ciertamente Milei perdió mal en la provincia. Y lo hizo por su demérito. De modo que hay consecuencias. Sin embargo me resuenan las palabras del economista Ricardo Arriazu, uno de los más valorados por Milei, que definió despectivamente a su votante: “es varón, joven, pobre y no entiende nada”. Sorprendente para una persona que se considera amigo del Presidente. ¿Será un voto que no vale nada y se lo puede llevar por delante? Veremos
FANTASMAS QUE SE CORPORIZAN
El 2001 está muy atrás en la memoria de la gente y además la memoria es traicionera. Pero aquello fue un golpe perpetrado por grandes grupos económicos endeudados en dólares que buscaron la devaluación y la pesificación de sus deudas.
El acuerdo entre Alfonsín y Duhalde era salir de la convertibilidad (Remes Lenicov. La Nación 5/6/2023) y salir de la convertibilidad consistía en voltear al gobierno, toda esa conspiración armada desde la fuerza que daba la Provincia de Buenos Aires gobernada por Carlos Ruckauf habilitó la conspiración que llevó a la caída.
Hoy se oyen voces de que este modelo, el de Milei, no solo destruye el mercado interno sino particularmente al conurbano bonaerense. Todavía no se han juntado los conspiradores en torno a una mesa. Veremos si lo logran.
Lo cierto es que si la alternativa a Milei son los que menean la soga, al que se suma Kicillof, estamos nuevamente en el punto de donde partimos y volvimos hace ya muchos años. Otra vez sopa.