Los mil rostros de la Argentina

Miércoles 13 de septiembre, 9 horas. Faena Art, Puerto Madero. Los rayos del sol atraviesan los cristales de la sala principal donde en un foro empresarial los hombres de negocios analizan las ventajas de implementar la Inteligencia Artificial para ganar en competitividad. 

Sopesan los beneficios y riesgos de la herramienta que, poco a poco, se va imponiendo en el mundo. Nadie quedará ajeno a su influencia, aseguran. Se habla de impactos positivos, de complemento para el empleo. Se evita la tan trillada palabra reconversión. Es la otra Argentina, la menos visible, la menos expuesta.

Un flujo subterráneo de proyectos e inversiones que avanza y redobla su apuesta pese a que el contexto macroeconómico le patea siempre en contra. El sector corporativo sabe que no puede dejar pasar la ola tecnológica so pena de quedar fuera de juego. Tienen que montarse en ella, como sea.
Se escuchan algunas frases en inglés, un intercambio de opiniones en modo murmullo. Durante los breves instantes de descanso, el tan ansiado break, los empresarios toman café y comen algo. Comentan entre ellos las dificultades de moverse en un escenario tan incierto como el actual. Faltan las divisas para importar, la cancha está embarrada. "Está todo muy espeso", recalcan.

No muy lejos de allí, por las calles porteñas, circulan los carros tracción a sangre de los cartoneros que revuelven en la basura con un palo para ver qué pueden pescar. Sería ingenuo preguntarse cuál de los dos países es el verdadero o el más auténtico. Ambos lo son.

De allí el grueso calibre del desafío que enfrentará el próximo equipo económico, urgido por estabilizar la economía para darle todas las garantías a la empresa y, al mismo tiempo, garantizar el progreso social de la clase media y de aquellos que han quedado hundidos en la pobreza.

ALTOS PRECIOS

“Para bajar la inflación primero habrá más inflación”, explica un economista en un programa televisivo de horario central. “Hay que actualizar las tarifas de los servicios y además quitar el cepo, aunque más no sea gradualmente, para normalizar el precio del dólar”, agrega.

La noticia no es buena, mucho menos luego de que esta semana el Indec difundiera que en agosto la inflación mensual fue de 12,4%. El rubro donde el alza de precios tuvo el mayor impacto fue en Alimentos y Bebidas no Alcohólicas, que escaló 15,6%.

Detrás se ubicó Salud, con el 15,3%, y más atrás Equipamiento para el Hogar, con 14,1%. Por encima del Indice General también quedó Restaurantes y Hoteles, con 12,4%.

Se calcula que las medidas que tome el próximo gobierno en pos de normalizar las variables económicas podrían azuzar el proceso inflacionario, al punto de llevarlo al 200% durante 2024. Recién ahí, si todo funciona, tal vez comience a bajar. Nadie apuesta porque esto vaya a ocurrir.

Así las cosas, el equipo económico liderado por Sergio Massa, el ministro de Economía y candidato presidencial de Unión por la Patria, lanzó un paquete de medidas a manera de cuidados paliativos. Vayamos por partes.

El punto más relevante por su alcance en términos sociales es la devolución del IVA de los productos de la Canasta Básica para aquellos asalariados que no paguen Ganancias, monotributistas y jubilados, y que abonen con tarjeta de Débito. Hay que estar bancarizado.

El segundo punto consistió en la elevación del piso de Ganancias, lo que hizo que arreciaran las críticas por parte de los candidatos de Juntos por el Cambio, pese a que Mauricio Macri impulsó la misma política, además de la quita de las retenciones a las exportaciones del agro. De ambas se desdijo luego, cuando volvió a subir los tributos.

El tercer salvavidas ante el azote del proceso inflacionario fue el lanzamiento de una línea de créditos de hasta $ 400.000 y con una tasa nominal anual (TNA) del 50% para usar en consumos con tarjeta de crédito, destinada a trabajadores en relación de dependencia y a devolver en 24, 36 y 48 cuotas. Esta herramienta financiera ya estará disponible mañana en el sitio web de la Anses.

¿Cuánto cambia esto la realidad de los argentinos? Poco y nada. Son apenas parches en un telón todo raído.

El daño ya es demasiado grande y las urnas juzgarán el hecho, pese a que algunos se dan un lugar para creer en la épica del peronismo en este tipo de justas electorales.

ANTIDOLARIZACION

El Efecto Milei logró en la última semana que alrededor de 200 economistas firmaran un documento en el cual se manifiestan en contra de la dolarización que impulsa La Libertad Avanza. Como diría Borges, no los une el amor sino el espanto.

El papel juntó las rúbricas de Hernán Lacunza, Daniel Marx, Mario Rapaport, Miguel Angel Broda, Ricardo Delgado, Diego Bossio, Pablo Gerchunoff, Gustavo Cañonero, Javier González Fraga, Martín Rapetti, Miguel Kiguel, José Lus Machinea, Eduardo Levi Yeyati, Andrés Borenstein, Marina dal Poggetto, José Maria Fanelli, Martín Rapetti, Federico Poli, Diego Petrecolla, Guillermo Rozenwurcel, Luis Secco, Paula Szenkman y Lorenzo Sigaut, entre otros.

Está de más decir que todo es incertidumbre por estos días. El campo económico y el político son, en este caso, dos caras de una misma moneda. Impera la desconfianza y es sabido que nada de esto cambiará hasta el 10 de diciembre. El calendario se estira como un elástico.

Los datos duros son una radiografía de la situación. El Centro de Analítica Económica y Empresarial de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Católica Argentina (UCA) publicó el Índice de Incertidumbre Económica de agosto de 2023, un termómetro del humor de los actores económicos.

El valor del índice en el mes de agosto fue 75,9. Es decir que por cada 10.000 palabras en mensajes económicos, se detectaron 75,9 vinculadas a incertidumbre.

La última medición implica un incremento del 26% con respecto al valor observado en el mes de junio (60,2). De esta manera, se alcanzó la segunda marca histórica de la serie. El valor de agosto sólo es superado por la marca de abril 2023. En ese mes el valor del índice fue 78,3.  

Las discusiones relacionadas con política y corrupción contribuyeron un 14%. Vale destacar que el índice analiza discusiones económicas. De esta manera, esta contribución muestra cómo el ciclo eleccionario permea la discusión económica. 

Lo cierto es que los agentes de la economía no pueden sentarse a esperar a que lleguen las elecciones presidenciales. Tienen que continuar abriendo el comercio, levantando la persiana de la fábrica, arando o cosechando en el campo, ejerciendo los oficios. 

Y mientras lo hacen, deshojan la margarita pensando en tres candidatos que prometen programas económicos diversos, hojas de ruta que podrían significar un cambio rotundo en la historia del país. Arrancar todo de cuajo, reformar algunas cosas o proyectar una continuidad que hoy asoma utópica. Tal vez nunca la tarea de elegir haya sido tan ardua para los argentinos.