Los ciclos se acortan

Dicen que el planeta Tierra está girando más rápido sobre su eje y que los días son una milésima de segundo más cortos. A eso lo llaman efecto bamboleo de Chandler.

No solo se acortan los días, también se acortan los ciclos históricos. Después de la pandemia de Gripe Española y el fin de la Primera Guerra Mundial, la gente se lanzó a disfrutar de la vida después de tanta muerte y destrucción. Se vivieron los locos años 20, signados por el charlestón, una desaforada vida nocturna asociada con una exagerada ingesta de bebidas alcohólicas y un aumento del turismo -que incluía el deseo de conocer lugares extraños y exóticos-. Todos salieron a gastar y gozar porque se percataron que solo se vive una vez y había que disfrutar del ancho mundo antes que los países se viesen envueltos en una nueva contienda... les llevó solo 20 años olvidar lo aprendido a costa de sangre y fuego.

No todo era señoritas alegres y champagne. Rusia se debatía entre los blancos y los rojos, Alemania padecía un hiperinflación e inestabilidad política, Mussolini marchó sobre Roma, China sufría hambrunas, en Africa el colonialismo hacia estragos.

En Argentina se vivió la Semana Trágica y la Patagonia Rebelde. pero algunos disfrutaban de una Europa que resultaba ser muy económica para su bolsillo.

Eran los jóvenes que tiraban manteca al techo (un entretenimiento bastante estúpido donde realmente lanzaban la manteca impulsada por cucharas usadas como catapultas). Y los que tenían la vaca ataca, es decir, aquellos que podían darse el lujo de llevar sus lecheras en los barcos que los conducían a Europa para asegurarse de tener el preciado alimento durante el tiempo que durase el viaje.

GENERAL INVIERNO

Como decíamos, los ciclos históricos se van acelerando, no solo en la fase turística sino financiera y económica. Al igual que la década del 20 terminó con el crack del 29, este furor de viajes y consumo que vive el mundo y, especialmente Europa, parece que se encamina a una crisis por esta impensada guerra en Ucrania donde Rusia está usando la consabida táctica del General Invierno, pero en lugar de utilizarla en su país, como aconteció en 1812 y 1943, lo usará en territorio europeo. El frío se acerca y no hay gas. La fiesta duró poco... y la crisis se acerca.

De allí que el euro se haya devaluado, las bolsas europeas hayan caído, el Banco de Inglaterra augure una larga recesión con una inflación del 15%, que la empresa alemana proveedora de energía anuncie la duplicación de los precios para afrontar el 450% de aumento del costo de gas y que el FMI pida que "los consumidores asuman el aumento del costo de energía" (cosa que Argentina hará en breve mediante el tarifazo del superministro anunciado el martes).

Ante un panorama incierto, cada cual hace su juego. Varios gigantes financieros liquidan sus carteras de crédito inmobiliario porque las crecientes tasas de interés dificultan el acceso a cualquier operación inmobiliaria.

En este contexto Argentina tiene sus propios problemas que le impedirán, una vez más, aprovechar las oportunidades que le da un mundo revuelto. Podría ser proveedor de granos y carne, podría ser proveedor de gas y energía (y no cubrimos nuestro propio requerimiento), podría ser esto o aquello, pero no lo es... cosa que no le impide gastar a cuenta.

EL ABOGADO

Al contexto de incertidumbre mundial, agregamos una importante cuota de nuestra propia cosecha... En el momento más álgido de la economía, ponemos de ministro de Economía, Producción y Comercio a un abogado que tardó 22 años en recibirse; y de un eventual viceministro (en el momento de escribir esta nota) quien había puesto en duda "los criterios económicos" de la omnipotente vicepresidente... Pero a la gente le encanta vivir de expectativas (parece que cada día son menores) de salvadores de la patria, de individuos providenciales que por su sola presencia arreglarán nuestros problemas, más cuando ellos conocen al dedillo la importancia de la presencia en los medios y la imagen que de ellos se difundan aunque no puedan resistir un archivo... de allí a la censura, hay un paso.

Somos parte del continente donde se alternaron las dictaduras militares, con democracias frágiles, recetas neoliberales suis géneris y ahora un neocastrismo que parece haber impregnado a las ex colonias españolas. Casi al unísono estás hijas de la España imperial tuvieron después de sus guerras de independencia , conflictos civiles que los llevó a matarse entre hermanos, gobiernos oligárquicos que aprovecharon de mejor o peor manera la bonanza económica, sufrieron endeudamientos endémicos, dictaduras militares que ellos mismos habían ungido cómo salvadoras del caos y la corrupción... armaron tímidas aperturas democrática y ahora se ha diseminado como un virus este neomarxismo subtropical en naciones que supieron crear la literatura del realismo mágico pero cuya dirigencia política se empeña en convertir en trágico. Los ciclos históricos se acortan al ritmo de las comunicaciones.