Los Timberwolves sacaron a relucir su orgullo y, con inteligencia, evitaron la barrida de los Mavericks

Minnesota venció a Dallas 105 a 100 y logró prolongar la serie, que ahora vuelve a Minneapolis 3 a 1 a favor de los vaqueros. Towns y Edwards lideraron a su equipo, a pesar de tener problemas de faltas.

No hay nada más peligroso que un animal herido y más aún si está hambriento. Los Minnesota Timberwolves enfrentaron el cuarto juego de la final del Oeste con la posibilidad de ser barridos por los Dallas Mavericks.

Los Lobos jugaron mucho tiempo con sus tres figuras cargadas de faltas. Pero supieron manejar los tiempos y aguantaron las embestidas de Dallas. La serie vuelve a Minneapolis 3 a 1 en favor de los texanos.

Con el orgullo tocado y la ambición intacta, los Wolves tenían dos misiones primordiales en su horizonte. La primera seguir con vida y regresar a su casa con una victoria. La segunda… callar a sus detractores.

Es que Karl-Anthony Towns fue blanco de críticas tras el juego 3. El Pívot tuvo un 0 de 8 en triples y eso le costó caro a su equipo. Por otra parte, Anthony Edwards también recibió varios dardos en esta serie. Muchos aseguraron que que no puede ser el jugador franquicia si no aparece en momentos decisivos.

Todo eso se silenció, al menos por ahora. Los de Minnesota vencieron como visitante 105 a 100 a los de Dallas y cumplieron con su cometido… mientras que los Boston Celtics esperan y descansan.

Pero los Wolves no la tuvieron fácil. Sus tres figuras, Town, Edwards y Rudy Gobert, se cargaron rápidamente de faltas, lo que obligó al técnico Crhis Finch y a sus ayudantes (entre los que se encuentra el argentino Pablo Prigioni) a utilizar rotaciones más largas. Así, los minutos de Naz Reid, Nickeil Alexander-Walker y Kyle Anderson aumentaron y sus aportes terminaron siendo clave, más en defensa que en ataque.

Towns se reencontró con su ritmo y anotó 4 de 5 en triples, todos en la segunda mitad. Y falló el último, que fue tapado por Derrick Jones Jr, porque si iba al aro…El interno terminó con 25 puntos, 20 de ellos anotados en los últimos dos cuartos y su mejor versión se vio luego de que cometiera su quinta falta, en la mitad del tercer período.

Además, Edwards se hizo lo que tenía que hacer. Tomar el timón de la ofensiva cuando los Mavericks empataban el partido y amenazaban con arrebatarles el triunfo. El base culminó con 29 puntos, 10 rebotes y 9 asistencias. Le faltó solo una para conseguir el primer triple doble de su carrera.

 

ALTIBAJOS

Por el otro lado, los Mavs tuvieron un partido irregular. No terminaron de aprovechar los problemas de faltas de su rival y el siempre genial Luka Doncic no tuvo, esta vez, el acompañamiento de Kyrie Irving. Mientras el esloveno hacía de todo para mantener a su equipo a flote (metió un triple con falta incluida a 13 segundos del final cuando su equipo perdía por cinco, aunque luego falló el tiro libre) el veterano base se mostró peleado con el aro y tomó malas decisiones a la hora de pasar el balón. Irving cerró su juego 4 con 16 puntos, cuatro asistencias y 2 rebotes. Pero lo que más dolió fue un pase a las manos de un rival cuando el reloj apremiaba.

 

Doncic volvió a deslumbrar. Un nuevo triple doble se sumó a su historial (es el sexto en estos playoff) con 28 puntos, 15 rebotes y 10 asistencias.

La dupla de estrellas de Dallas, que en el juego 3 se había combinado para 66 puntos, esta vez tuvo un pobre 13 de 39 en tiros de campo.

Otro dato de color es que es la primera vez que Irving no gana un juego de eliminación. Tenía un registro de 14 a 0 desde su inicio como profesional.

Esta vez no hubo factor X que saliera de las sombras para robar la victoria. Y ahora, los Mavs deberán ganar de visitante si quieren liquidar la serie y enfrentar a los Celtics en la final de la NBA.