Los Servicios israelíes admiten su responsabilidad en el ataque del 7 de octubre

El jefe del Shin Bet, el servicio de inteligencia interior israelí, Ronen Bar, reconoció su responsabilidad en el ataque del 7 de octubre ya que la organización lo podría "haber prevenido", afirmó en un acto en conmemoración a los soldados caídos, que parte del público abandonó en protesta contra el primer ministro, Benjamín Netanyahu.

"Sentimos la pérdida", asumió el líder de la inteligencia de Israel en el acto por el Día de los Caídos, celebrado en el Monte Herzl de Jerusalén. Bar declaró que el Shin Bet está llevando a cabo una investigación interna "en profundidad" para esclarecer lo ocurrido el día de la masacre perpetrada por Hamas en la que murieron unas 1.200 personas.

La intervención de Netanyahu en el evento se vio interrumpida por la protesta de parte del público, que al comenzar el discurso del jefe del Ejecutivo se levantó y abandonó el lugar, ya que aún no ha asumido públicamente responsabilidades por el ataque.

"Conseguiremos objetivos de guerra, y en el centro de ellos está el retorno de los rehenes", expuso Netanyahu en el acto, "hemos cobrado y cobraremos un alto precio al enemigo por sus actos criminales".

Mientras el discurso del primer ministro enfatizó en la ofensiva militar, el del presidente, Isaac Herzog, estuvo dedicado a acompañar a las familias y los secuestrados. "Nuestra herida no sanará hasta que vuelvan todos los rehenes", afirmó.

El retorno de los rehenes, de los cuales 128 siguen en Gaza -36 de ellos muertos, según Israel- se ha convertido en uno de los grandes motivos de las protestas contra el Gobierno.

El sábado, miles de personas se manifestaron para demandar a Netanyahu que tome medidas para garantizar su salida del devastado territorio palestino y su seguridad.

El ministro de Seguridad Nacional, Ben Gvir, también ha sufrido momentos de tensión en el acto celebrado el cementerio militar de Ashdod, donde un grupo de asistentes lo abucheó al grito de "Fuera de aquí, criminal".