VISTO Y OÍDO

Los Milei avanzan I

Un fenómeno que llama lo atención por lo prematuro es el de los movimientos de la dirigencia de los partidos políticos para posicionarse respecto de las elecciones del año próximo. Los más notorios son los que se producen en el oficialismo, fuerza para la cual Karina Milei comenzó a abrir sucursales en diversos distritos para no recurrir a los clásicos “sellos de goma”. La batalla más importante será en la provincia de Buenos Aires, donde Javier Milei quiere a José Luis Espert como candidato a gobernador, mientras que su hermana tiene otras ideas sugeridas por Martín y “Lule” Menem.

Los Milei avanzan II

Las encuestas que siguen dándole bien a Javier Milei causan inquietud especialmente en el PRO. Mauricio Macri teme que el libertario se mutra de los votos del partido que él creó y termine jubilándolo como pretendió en algún momento Horacio Rodríguez Larreta hoy desaparecido en acción. Algo similar le ocurre a Patricia Bullrich, aunque actualmente sea una funcionaria de confianza de Milei. Armó su propia línea, PRO-Libertad, y no descarta la idea de presentase a candidata a senadora por CABA. Si lo hace por afuera de LLA el peronismo podría perder la banca por la minoría de la ciudad.

El trasvasamiento del PRO a LLA

Preguntado por cómo veía el desembarco del macrismo en cargos y candidaturas de LLA el año próximo, un conocedor de la derecha nativa hizo la siguiente clasificación. Un grupo es el de los aliados “de fierro”, entre los que se ubican Patricia Bullrich y Diego Valenzuela. Otro, el de los gobernadores, es más heterogéneos. Hay aliados por lo fondos (“Nacho” Torres) y quienes apuestan al futuro (Rogelio Frigerio). En el sector de los “casta” militan los larretistas y monzoístas, mientras en la rama jorgemacrista están los “especulativos” (Dietrich, Triaca). Fauna muy variada entre la que elegir.

La posición de Kicillof

Muy compleja es la situación del peronismo de la provincia de Buenos Aires, el lugar en el mundo de Cristina Kirchner. Axel Kicillof ve que se acerca la hora de romper con la ex presidenta, pero no se atreve. Teme que le pongan el sambenito de “traidor”, lo que lo debilitaría en las urnas. Por eso hostiliza al camporismo valiéndose de terceros como lo hizo a través del intendente de Avellaneda que armó un acto en Bernal sin avisarle a su par de Quilmes. Se trata de una guerra de guerrillas por ahora, pero que en cualquier momento pasará a guerra abierta. Es por la candidatura presidencial 2025, pero se juega ya.