ARGENTINA ANTE EL MUNDO: DISERTACION DE MARCOS BUSCAGLIA EN EL GRUPO COHEN

“Lo más importante para los inversores es el resultado de las elecciones 2025”

El Grupo Cohen invitó el jueves pasado al prestigioso economista Marcos Buscaglia para analizar la mirada extranjera. Es decir, cómo ven de los inversores globales los fenomenales cambios que desató el Presidente Javier Milei. Argentina ante los ojos del mundo, fue el titulo de una disertación, ampliada con una ronda de preguntas con el anfitrión Martín Polo.

Buscaglia, fundador de Alberdi Partners, primero hizo un resumen de la situación mundial, recordando que la Argentina es como “un corcho flotando en el mar”, o sea el acontecer internacional influye mucho más sobre nuestro bienestar de lo que solemos pensar.

Luego señaló la principal preocupación que recibe desde los capitalistas foráneos que invierten -o piensan invertir- en nuestra Patria: temen un regreso del populismo vía electoral.

El experto también auscultó la marcha del nuevo programa económico basado, por la injerencia del Fondo Monetario, en la cantidad de dinero. La no acumulación de reservas -entendible por razones políticas- es una debilidad.

A continuación, los conceptos salientes que expresó Buscaglia:

* Hace pocos días tuvimos un cambio gigante. Estados Unidos y China concertaron una tregua arancelaria por noventa días. Fue tan importante la noticia que J.P. Morgan, como muchos otros bancos de inversión, modificó sus previsiones para 2025. Ahora bajan el riesgo de recesión en Estados Unidos por debajo del 50% y la inflación anual al 3,5%, ubican el desempleo en el 4,8% y el crecimiento del PBI en el 0,6% y corren el primer recorte de la tasa de interés por parte de la Fed a diciembre. No fue el único cambio abrupto de humor en el mercado.

* Al final del día, no podemos olvidar de que somos un corchito flotando en el mar. La Argentina está muy influenciada por lo que pase en Estados Unidos. El rally de los últimos días se explica no sólo por razones idiosincráticas, sino también por la tregua arancelaria. Mi visión es que las posibilidades de una recesión en EE.UU. son elevadas. Y para peor, una recesión en que la Reserva Federal reacciona con una menor contundencia que en el pasado para no afectar la estabilidad de los precios.

* En los últimos cuarenta años sólo hubo cuatro recesiones en Estados Unidos. Y hoy entre los bancos de inversión hay una altísima percepción de que puede gatillarse otra en el corto plazo. Y yo comparto esa visión. ¿Por qué? Por la elevada incertidumbre. Los importadores estadounidenses no saben qué hacer, por ejemplo. Recordemos que para las ventas de Navidad los pedidos se hacen en mayo. Nadie sabe cuánto comprar o qué nivel de inversión arriesgar. Todo esto con el telón de fondo de una inflación creciente, por encima del mandato histórico de la Fed. En recesión, a la high yield no le va bien. Y esto afecta a los activos de los países como la Argentina.

* Estamos viendo una tensión entre dos corrientes de pensamiento en el gobierno estadounidense. ¿Por qué Trump declaró una guerra arancelaria?, se preguntas los expertos. Algunos hablan de cuestiones geopolíticas, otros de necesidad económica o fiscal. Yo pienso que es un asunto político, es una forma de construir poder. Cuando se impone una política arancelaria tan agresiva y errática la consecuencia es que empresas y países están obligados a pedir audiencia y negociar con el poder político. El acceso es poder. La discrecionalidad te da poder.

* La otra ala del gobierno de Estados Unidos es la de Scott Bessents, la que mira a los mercados y por ende al consumo, pues hay una gran dependencia de los ingresos personales de las inversiones financieras. Cuando las acciones caen, los norteamericanos son más pobres. Y el secretario del Tesoro tiene, además, una deuda monumental para refinanciar. Los aranceles meten ruido. Vamos a seguir viendo este trade-off entre la acumulación de poder de Trump y la cautela de Bessents.

ESTA VEZ ES DISTINTO

* La situación es distinta a la locura de los años treinta. No están todos los países potenciando el proteccionismo: sólo Estados Unidos lo hace. Esto, más las historias idiosincráticas, nos permite colegir que esta vez, aunque a Estados Unidos le vaya mal, los mercados emergentes pueden estar bien. Muchos analistas lo piensan así. Se menciona el caso de la Argentina, de Ecuador, donde el correísmo no volvió al poder como auguraban algunas encuestas. Y se espera un cambio positivo en las urnas en Colombia, Chile y Brasil. Latinoamérica, que es lo que yo miro, tiene buenas expectativas para los inversores.

* Lo bueno que ven los inversores de la Argentina es la cuestión fiscal. La anomalía no es tanto el ajuste con que se consiguió el superávit financiero (tras el pago de deuda), sino que el país no haya volado por los aires. La falta de tensión social es muy valorada. Además, las comparaciones realzan la tarea del Gobierno. Incluso los países de la región que supuestamente tenían reglas muy estrictas -como Colombia y Chile- están mostrando una situación fiscal mala. La Argentina corrige antes que todos.

* Según nuestros modelos de credit ranking, la Argentina -si todo sale bien- debería estar calificada como un B+, bastante más abajo que ahora.

LO QUE FALTA

* Hay algunas preocupaciones. Una de las más importantes atañe a la situación de las reservas. Si miramos las reservas brutas, todavía estamos en un nivel muy bajo, sobre todo para un país dolarizado como el nuestro. El Fondo Monetario considera que ésta es una métrica importantísima del programa de metas monetarios. Lo menciona constantemente en el Staff Report como un riesgo que hace que la “deuda sea sostenible pero no con una alta probabilidad”, en su peculiar lenguaje diplomático. Las reservas son para los inversores el quid de la capacidad de pago. A sus ojos, la decisión del Gobierno de no acumular dólares es un hecho muy negativo.

* Creo que si el Gobierno hubiera tenido una política de acumulación de reservas, la compresión de spread hubiera sido mayor. El riesgo país es un tema de velocidad. La Argentina, en última instancia, tendría que aspirar a establecer una política monetaria como Chile, donde la moneda flota y el Gobierno, cuando necesita comprar dólares, anuncia un programa de compras diarias sucesivas. Hay un salto inicial del tipo de cambio y después el mercado se olvida.

* No obstante, lo más importante para los inversores internacionales no son las reservas sino el resultado de las elecciones de este año. El Gobierno lo sabe y hace el cálculo: si compro reservas no sé qué pasará con el tipo de cambio y la desinflación peligra. El costo político puede ser letal.

* La discusión básica entre el Fondo Monetario y el gobierno argentino sobre las reservas podría resumirse así: El organismo internacional cree que la Argentina debe acumular dólares con un tipo de cambio más competitivo. Que en vez de veranear en Brasil o Miami, lo hagamos en San Bernardo. Que exportemos más y compremos menos productos extranjeros. El Gobierno cree, en cambio, que engrosará reservas vía la cuenta capital. Podrá algún día salir al mercado para colocar deuda nueva y que va ingresar un flujo importante de capitales para Vaca Muerta, minería, agro, etc.

PELIGRO CRISTINA

* Hay riesgo de que cuando termine la cosecha gruesa, digamos agosto, la gente se asuste por cuestiones políticas -Cristina sea candidata y mida bien en las encuestas- y haya un salto del tipo de cambio. El problema es que el Banco Central puede intervenir para bajar la volatibilidad, no para cambiar la tendencia. En 2017, sabíamos que a Juntos por el Cambio le iba a ir bien en las elecciones de medio término pero con Cristina candidata la compra de dólares entre julio y octubre fue de u$s 10 mil millones.

* Es cierto que hoy no hay tantos pesos circulando para comprar dólares como en 2017. Pero la gente puede hacerse de esos pesos: no rolleando la deuda pública vencida o los plazos fijos en los bancos, por ejemplo. Los pesos pueden crearse. Los activos financieros pueden convertirse en base monetaria.

* Soy más optimista en relación al Gobierno para las elecciones de este domingo en la Ciudad de Buenos Aires de lo que dicen las encuestas. Sobre todo porque creo que la economía está bien.

EL PESO Y LA RECESION

* El tipo de cambio luce sobrevaluado hoy si uno mira la productividad de la Argentina, los impuestos, las regulaciones laborales y la burocracia.

* Recordando las experiencias internacionales, la sobrevaluación de la moneda es una consecuencia inevitable de los programas de estabilización basados en el tipo de cambio que regía en 2024 y era expansivo. Ahora, hay otra cosa, el Fondo Monetario impuso un programa basado en la cantidad de dinero. Si miramos los hechos estilizados del pasado, sabemos que al principio es recesivo porque sube la tasa de interés. Los esfuerzos del Gobierno de los últimos días pasan por evitar los efectos recesivos”.

* Veníamos de una recuperación muy fuerte abril del año y febrero de 2025. En marzo hubo una contracción por la incertidumbre cambiaria y el cambio del programa económico. Abril, repunte. Y en mayo yo esperó una desaceleración, que el Gobierno intenta morigerar. ¿Cómo lo hace? Interveniendo el mercado de futuros del dólar, fomentando el carry trade para bajar las tasas. Fíjense lo exitosa que fue la colocación de deuda del miércoles.

LOS ACTIVOS

* El problema de no comprar reservas es que el apetito por riesgo argentino no va ser tan grande como si hubieran hecho todos los deberes bien. Veo cierta demora entre los inversores para comprar ahora deuda argentina. Si se confirma que el Gobierno no es un jugador de póker sino que genuinamente cree que no es necesario acumular dólares en el Banco Central (y de esa manera incrementar la capacidad de pago del país) es un problema. Deberíamos observar el caso peruano. La política es un desastre, pero el hecho de tener un Banco Central con 85 mil millones de reservas mantiene la macroeconomía como una roca.

* En relación a los commodities, veo un Trump muy decidido a bajar el precio del petróleo, por la incidencia que tiene la energía en la inflación doméstica de Estados Unidos. Con recesión en Estados Unidos y desaceleración global por la incertidumbre, no creo que las materias primas vayan a subir su precio, pero tampoco preveo fuertes caídas.

* Los flujos pueden ayudar a la Argentina. Los inversores globales están mirando a los mercados emergentes, por la volatibilidad de Estados Unidos. Tenemos una buena historia que contar.