El distinguido pianista porteño actuará el 16 de noviembre en el Coliseo
Lavandera, así en su tierra como en el Carnegie Hall
Próximo a cumplir cuarenta años, el músico de relieve internacional interpretará en Buenos Aires un repertorio ecléctico (Mozart, Gershwin, Dino Saluzzi), el mismo que ofreció recientemente en una gira por los Estados Unidos.
“El año pasado tuve actuaciones en Manchester, Munich, la Gewandhaus de Leipzig, entre otros centros musicales”, cuenta Horacio Lavandera desde su lugar en el mundo, Villa Devoto, y agrega: “En 2024, en Estados Unidos, inauguré una sala en la Universidad de Miami, dí dos recitales en Minnesota y culminé la gira el 10 de mayo en el Carnegie Hall, donde ofrecí un programa por cierto original, que voy a reproducir ahora tal cual en nuestra ciudad”. La presentación será el próximo 16 de noviembre en el Teatro Coliseo y el repertorio estará compuesto por obras de Mozart, Mendelssohn, Gershwin y del compositor argentino Dino Saluzzi.
REPERTORIO
Discípulo de Antonio de Raco y Maurizio Pollini, próximo a cumplir cuarenta años, desestructurado y siempre abierto a nuevos caminos, el distinguido pianista porteño viene desplegando desde su primera juventud una carrera estelar que lo ha llevado a grandes escenarios internacionales (incluido, por supuesto, el Colón) y a recibir premios de notable relevancia (fue extraordinario el que le otorgó la Orquesta Filarmónica de la Scala de Milán).
-¿Cómo surgió la idea de armar una velada con obras de autores y épocas tan disímiles?
-El ambiente del gran recinto neoyorkino es más bien serio, por lo que me pareció que no podía dejar de incluir compositores clásicos, junto a otros más actuales. Esto es, entretejer creaciones de músicos de mayor habitualidad con otros que no lo son tanto. Este repertorio fue pensado para el Carnegie Hall.
-Pero el hilo conductor que enlaza a unos y a otros, ¿cuál es?
-Se puede dividir la función en tres microgrupos. Por un lado, están Mozart (las agraciadas Doce variaciones K 265), Schubert (Momentos Musicales e Impromptus D.780 y 899) y Saluzzi (después le explico por qué). Pongamos por otro a Beethoven (la ‘Appassionata’ es la más bella y perfecta sonata para piano que jamás se haya escrito) y Mendelssohn (Variaciones serias, en re menor, su obra maestra para piano, destinada justamente a rendir tributo a Beethoven). Y por último, en homenaje a Estados Unidos, piezas de ejecución infrecuente de Gershwin, gran tecladista, muy seco, impetuoso, veloz. Se trata, como se puede apreciar, de una función larga. Parece muy ecléctica pero tiene su coherencia.
-¿Cómo descubrió las Improvisaciones de Gershwin?
-Son transcripciones electrónicas de improvisaciones tomadas nota por nota de rollos de pianola, de las primeras grabaciones electrónicas efectuadas por él mismo: ‘Swanee’, ‘Someone to Watch Over Me’, ‘Funny Face’, ‘S Wonderful’, ‘The Man I Love’, ‘I Got Rhythm’. Su ejecución es un reto enorme, requiere una técnica realmente virtuosística, es muy dificultosa. En más de un momento parecieran escritas casi para tres manos.
-¿Y suenan bien en el piano moderno, actual?
-Desde ya que me dio mucho trabajo adaptarlas. Fue un esfuerzo mayúsculo. Pero el resultado es estupendo.
DINO SALUZZI
Cercano a los noventa años, el gran músico salteño, tal vez más difundido como compositor en el exterior que en nuestro medio, tiene una vasta producción que transita el folklore de proyección, el tango, el jazz, el género fusión, líneas piazzollianas.
-¿Cómo se relacionó con Saluzzi, Horacio?
-Venimos haciendo cosas juntos desde hace dos décadas. Somos los dos intérpretes-compositores. Su música tiene mucho de la tradición más conservadora y más auténtica, está enraizada en las vivencias de los pueblos andinos y bien puede decirse que es un continuador de Julián Aguirre. Ambos conforman un caudal enorme de estilos puristas del folklore. Y ese flujo sorprende con ideas, recorridos, recuerdos. A mí me toca disfrutarlo. Yo, en este proyecto de piezas de piano, quiero ubicar el mundo de los creadores argentinos más puros, que buscaban la esencia profunda del pueblo a través del piano. Nada de fusión que pueda desvirtuar las esencias.
-¿Son obras originales para piano? Recordemos que Saluzzi es bandoneonista.
-Las Tres Piezas (‘La casa 13’, ‘Claveles’ y ‘Donde nací’) fueron compuestas efectivamente para teclado. Y le digo más: son trabajos netamente románticos, introspectivos, susceptibles de relacionarse incluso con compositores del romanticismo de Alemania. Las he tocado por ello varias veces en ese país. Saluzzi sigue en este terreno a Julián Aguirre, dentro de una línea nacionalista con muchísimos espacios y meditación, que puede vincularse con Schubert y Mozart en cuanto a que estos buceaban también en aires y ritmos populares. Se trata de una manera de entender el arte musical, introspectiva, como trasladar el pueblo indígena al piano. Un disco que grabé con sus composiciones fue considerado como uno de los mejores de 2015 en Estados Unidos. El gran sueño, ya que al creador norteño lo tenemos en plena actividad, es que escriba un concierto para piano y orquesta. Estamos trabajando sobre eso.
OTRAS PERSPECTIVAS
Aunque pueda parecer redundante, siempre inquieto, fervoroso en lo que hace, Horacio Lavandera vive en plenitud la pasión de la música, que lo envuelve sin tregua. “Es interesantísimo visualizar a esta altura como puede resaltar la música argentina”, prosigue. “Un autor que interesa cada vez más en Europa y Norteamérica es Aguirre, vuelvo a él, celoso recopilador de las esencias más genuinas de la tradición nacional, especialmente del Norte (toqué sus obras no hace mucho en Madrid). Aparte de esto, me acabo de relacionar recientemente con otro gran bandoneonista, Tránsito Cocomarola, brillante forjador de piezas muy valiosas, cuyas músicas chamameceras están siendo también pedidas en el exterior. Pero nada de esto como show business. Pareciera que los contextos musicales requieren renovación, nuevas voces e interacciones. La música que todavía no está del todo explorada en aquellas latitudes despierta un interés muy grande. Hay muchas líneas creativas que allá parecen estar agotándose. Y por esto se presta atención a las nuevas líneas y desarrollos, con sus recursos rítmicos, melódicos, colorísticos”.
En este caso, ¡felicitaciones! Su próxima incursión en el chamamé y los aires litoraleños le va a deparar sin duda continuas alegrías.