El prestigioso académico Alfonso Santiago señala que los mandatos constitucionales no son ejecutados por falta de un acuerdo macro

Las políticas públicas que no se cumplen

“La judicialización de los conflictos sociales no logró conseguir mejorar la situación habitacional”, destaca el especialista. Advierte que el caso del Riachuelo ejemplifica la necesidad de un consenso que debería surgir en el Congreso.

“Hace falta ordenar un poco la acción del Congreso, como lugar en donde se gestan los acuerdos políticos y técnicos para gestar políticas públicas. Es decir, nos está faltando esa acción coordinada que surge de decisiones que se deben tomar colectivamente. El ámbito donde mejor se pueden tomar esas decisiones es el Congreso de la Nación, que tiene que recuperar la capacidad política de generar acuerdos mayoritarios, no unánimes, sí posibles, que tengan a la vez soporte técnico”, explicó a La Prensa el abogado Alfonso Santiago y autor del libro el “Derecho Constitucional y las Políticas Publicas”.

Desde hace 170 años la Constitución Nacional ha orientado a las autoridades hacia la formulación de un programa de gobierno que observe la realización de los valores contemplados en sus artículos traducidos ya en derechos.

La falta de viviendas señala la falencia de políticas adecuadas en el país.

Vivienda, educación, salud y ambiente sano, entre otros, son algunos de los basamentos para la realización del bien común y que la población se vea beneficiada por eso.

Pero es evidente que luego de tantos años,  miles de personas aún no han llegado a concretar sus derechos y es ahí donde, según Santiago, es necesario un cambio en la dinámica organizacional.

“El bien común tiene muchas dimensiones. Tal vez uno de los que más percibimos hoy es el tema de la estabilidad de la moneda. Lo que planteo es que, junto a la organización del poder, que es la parte orgánica de la Constitución, y junto a la parte dogmática, que son los derechos, entre medio hay un puente que son las políticas públicas. Estas crean las condiciones generales en las cuales se insertan los derechos constitucionales. Es decir, de poco nos sirve el derecho de propiedad si no tenemos estabilidad económica. ¿De qué vale decir tengo derecho al acceso a la educación o a la salud, si los sistemas que comprenden esas áreas no tienen calidad?”, reflexionó Santiago, quien es miembro titular de la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Buenos Aires y presidente de su Instituto de Derecho Constitucional “Segundo V. Linares Quintana”.

“Yo propongo -subrayó el especialista- un nuevo modelo que incluya entre la parte orgánica y la dogmática, una sección que yo llamaría la parte operativa, que contenga a las políticas públicas, que son las que se tienen que poner en marcha para que los derechos se cumplan”.

POLÍTICAS PÚBLICAS

Las políticas públicas definen todo el accionar de los gobiernos, pero no siempre el ciudadano común conoce su implementación excepto que lo toquen en algún aspecto de su vida. Un nuevo puente, ruta u hospital sería algunas obras generadas por políticas públicas. “La defino como una acción coordinada del gobierno, es decir, las autoridades, la administración pública, pero también la sociedad civil y el sector privado para producir bienes públicos de calidad accesibles a todos. Entonces, ahí están todas las políticas públicas de seguridad, de salud, de educación, de cuidado del medio ambiente, de orden macroeconómico, de incentivos productivos, entre otros”, señaló el también director de la Escuela de Política, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Austral.

Consultado sobre cómo el Derecho Constitucional aborda esta importante cuestión, el especialista resaltó que “hasta ahora, le había prestado poca atención a esta generación de las políticas públicas aunque sí lo había hecho a los derechos. Hemos tenido un micro derecho constitucional, porque hemos trabajado individualmente cada uno de los derechos, pero no nos hemos ocupado de los bienes públicos en los cuales se insertan estos”.

Durante la entrevista, el autor propuso un cambio que permita integrar acuerdos que sean factibles de mantenerse a largo plazo. Para ello, insistió, el mejor lugar donde se pueden trabajar en conjunto las políticas públicas que afectarán a miles de argentinos es el recinto donde mejor los representa: el Congreso.

“Es fundamental que haya una obligación de que el Poder Legislativo sesione todas las semanas y las comisiones también. Que tenga una agenda de tratamiento anual obligatorio que se deba cumplir. Entonces, eso exigiría modificaciones de los reglamentos y el modo de actuar del Poder Legislativo. Por ejemplo, que se determinen la cantidad de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible que se trataran durante un año, pero no simplemente con buenos deseos o catálogo de ilusiones porque son mandas constitucionales. Y entonces, hay que juridizar la actuación del Congreso”, determinó el doctor en Derecho.

El jurista Alfonso Santiago señaló que muchos decretos del Ejecutivo, como la 125,

luego no fueron aprobados en el cuerpo legislativo.

TIEMPOS POLÍTICOS

En cada gestión gubernamental, pareciera que los intereses particulares partidarios prevalecen por sobre los de la población. Un claro ejemplo ha sido la Ley de Alquileres que estuvo varios meses sin ser tratada y ha sido duramente criticada por generar una situación insostenible para los inquilinos.

Ante este contexto, La Prensa consultó al facultativo si existía alguna forma de garantizar la concreción de las políticas públicas acordadas para un período.  “Sí -respondió-. Es posible una modificación de los reglamentos de las dos Cámaras en donde el Congreso se comprometa, en base a la reunión de los bloques, a tratar cada año desde el primero de marzo una serie de temas que necesariamente van a tener que tratar a lo largo del período en las comisiones o en el pleno”.

Luego agregó que “eso es forzar a que trabajen y que haya acuerdo y tener en claro los compromisos constitucionales y convencionales que hay que poner en marcha, con estándares que se van poniendo. Es decir, en materia de acceso al agua, decir: esta es nuestra realidad y estas son los estándares internacionales. ¿Cómo se hace este año para mejorar el sistema? Esto también se traslada a otras áreas como vivienda o lucha contra la corrupción. Muchos temas surgen de nuestra Constitución, pero también desde los tratados internacionales que permiten medir el avance que se realiza. Hay una profesionalización y un análisis cada vez más científico y mensurable de lo que deben ser los bienes públicos, que las políticas públicas están llevadas a poner en marcha”.

JUDICIALIZACIÓN

La falta de un desarrollo de políticas públicas sustentadas en un acuerdo a largo plazo, muchas veces provoca que sea la propia ciudadanía la que judicialice la falta de cumplimiento de un derecho. Sobre este punto uno de los hitos más sobresalientes fue el saneamiento del Riachuelo para la protección de la salud de decenas de personas afectadas por su contaminación.

“Hay un proceso que se llama la judicialización de la política y la Corte Suprema de Justicia ha demostrado, más allá de su buena voluntad, una impotencia en solucionar los problemas. Es decir, que no ha solucionado el tema del Riachuelo o la problemática de las cárceles en la provincia de Buenos Aires. Esto sucede porque el proceso judicial no está pensado para encarar esos problemas de política pública, está para resolver micro problemas de base. Me parece muy importante tener una visión de esto último y, según mi visión, sólo el Congreso lo puede realizar si trabaja eficientemente”, resaltó el académico.

En los últimos años, la emisión de decretos que determinaron políticas de salud o aspectos económicos, entre otros, hace resaltar la falta de consenso científico y técnico de múltiples sectores para el beneficio de la población. “Casi todas las decisiones que más impacto han tenido en la sociedad argentina en el siglo XXI han sido adoptadas por el Poder Ejecutivo y no a través del Poder Legislativo. Ejemplo de esto son el “corralito” y la pesificación de los depósitos. Después, tuvimos la 125, las retenciones que generaron un desorden, un caos muy grande. Además, el cepo cambiario y las regulaciones de pandemia, todas las cosas que más nos impactaron en los últimos años no fueron adoptadas a través del procedimiento legislativo, sino en sede del Ejecutivo. Son medidas muy fuertes que afectaron nuestra vida. No podíamos disponer de dólares, no podíamos salir de nuestra casa. Y en el caso de la 125, cuando fue al Congreso, en ese debate público, no salió. La pesificación de los depósitos no hubiese salido nunca si hubiera ido al Poder Legislativo”, sostuvo el facultativo.

Finalmente, a 40 años del regreso de la Democracia al país, aún persisten muchas deudas por saldar. Consultado al respecto, el especialista fue categórico al señalar que “todo gobierno moderno tiene desafíos en tres órdenes que son: calidad institucional, calidad de gestión e inserción en la realidad global. El primero se refiere a la división de poderes, independencia del Poder Judicial, libertad de expresión, lucha contra la corrupción y elecciones transparentes. Si para recibirse de democracia constitucional hay que aprobar 10 materias yo creo que estamos en dos o tres materias y nos faltan siete que tenemos que conseguir”.

Respecto del segundo desafío que se refiere a las políticas públicas que produzcan bienes accesibles a todos “ahí estamos muy en deuda, porque todos los parámetros de lucha contra la pobreza, de temas de productividad y de estabilidad económica, de salud, educación, entre otros, están muy pendientes”.

Al concluir, señaló que “el siglo XXI es un siglo de globalización donde las mejores posibilidades de las personas, de las organizaciones, de las empresas y del Estado no están dentro de la frontera, sino que están fuera de la frontera. Es decir, no es que nos tenemos que ir, sino que desde acá tenemos que conocer todas las posibilidades que ofrece el mundo e insertarnos con inteligencia. Ese es el tercer gran desafío”.


Pese a contar con una Ley Suprema de avanzada, el país tiene deudas con sus habitantes

El Estado falla en garantizar el cumplimento de los derechos

La Constitución Nacional es la ley fundamental y su-prema del país. Organiza la forma de gobierno, las facul-tades y obligaciones que tienen los gobernantes y los derechos fundamentales de los habitantes y ciudadanos de un país. Es a través de las políticas públicas formu-ladas por el Estado que se impacta en la sociedad y se llega a concretar muchos de los derechos comprendidos en esta Suprema Ley.

Sin embargo, no siempre los tiempos del Estado acom-pañan las necesidades de los habitantes.  Algunas cau-sas han sido judicializadas ante la falta de respuesta por parte de los gobernantes y de los legisladores. Otras llegaron al Congreso Nacional, aunque su labor no tuvo la agilidad necesaria dado las pocas sesiones parla-mentarias que han realizado en los últimos años.

El 8 de julio de 2008 la Corte Suprema resolvió una de-nuncia que habían presentado cuatro años antes veci-nos de Villa Inflamable, en el municipio bonaerense de Avellaneda, y organizaciones ambientalistas por la con-taminación de la Cuenca Matanza Riachuelo. La de-manda abarcaba al Estado Nacional, la Provincia, la Ciudad, 44 empresas y 14 municipios por el derecho a un ambiente sano, reconocido por el artículo 41 de la Constitución.

En su fallo, los magistrados reconocieron la necesidad de mejorar la calidad de vida de los habitantes de la cuenca, recomponer el ambiente en el agua, aire y sue-lo, y prevenir daños futuros, por lo que ordenaron la creación de un ente específico que reuniese a los Esta-dos intervinientes y que llevase a cabo un Plan Integral de Saneamiento Ambiental de la Cuenca (PISA), que fi-nalmente se presentó en 2009.

Cabe destacar que la Cuenca Matanza Riachuelo se ex-tiende por 2.047,86 km2 y el río Matanza Riachuelo, su principal cauce, tiene 64 km de extensión. En total abar-ca catorce municipios de la provincia de Buenos Aires y Capital Federal y en la cuenca habitan más de 4 millones de personas, es decir, alrededor del 10% de la población del país.

Pese a la dimensión de la cantidad de damnificados, las políticas públicas para mejorar la situación no habían dando un rápido resultado por lo que la judicialización del reclamo por el derecho a poder vivir en un ambiente sano sin contaminación fue un hito a nivel nacional.

Según la Autoridad de Cuenca Matanza-Riachuelo (Acumar), en los más de 200 años de contaminación que tiene la cuenca, un 70% proviene de efluentes cloa-cales y un 30% de lo que vierten distintas actividades industriales productivas y los residuos sólidos urbanos

Para reducir estas fuentes de contaminación, se hizo una primera ampliación cloacal del área metropolitana con el Sistema Riachuelo con un préstamo del Banco Mundial.

También se promovió el traslado de curtiembres peque-ñas y medianas al Parque Industrial Curtidor (PIC) de Lanús con su respectiva Planta de Tratamiento de Efluentes Líquidos Industriales (PTELI).

La mudanza del Mercado de Liniers a Cañuelas en ma-yo de 2022 benefició el estado del río ya que era una de las fuentes de contaminación orgánica más importantes.

VIVIENDA

La Constitución Nacional en su artículo 14 bis dentro de los Derechos de la seguridad social establece el acceso a una vivienda digna.
Sin embargo, las políticas públicas habitacionales han dejado a quienes tienen que alquilar en una situación especialmente dramática en estos últimos años. El défi-cit habitacional, que ya es uno de los principales pro-blemas estructurales de nuestra sociedad, trae impli-cancias especialmente nocivas para la capacidad de proyección y planificación de los hogares argentinos. Fue en el Congreso Nacional donde se dictó una polé-mica Ley de alquileres que buscó solucionar el proble-ma y que hoy, con modificaciones, rige la vida de cien-tos de miles de inquilinos que no tienen acceso a su propia vivienda.

EDUCACIÓN

La educación en Argentina es reconocida como un de-recho y el Estado, tanto nacional como provincial, debe asegurar la igualdad, gratuidad, laicidad y el acceso a todos los niveles del sistema educativo en el ejercicio de este derecho para toda la población que vive en el país.
Las políticas públicas estatales y provinciales deben es-tar abocadas a conseguir que este derecho se cumpla, pero la grave situación de los colegios privados y públi-cos denota que no han logrado asistirlos provocando el cierre de establecimientos y la carencia de infraestructu-ra para absorber a los menores. Además, hoy un título del secundario no garantiza la inclusión laboral debido al incumplimiento de la cantidad de días de clases y la ca-lidad de contenidos dados.

SALUD


Por último, el sistema de salud público se encuentra co-lapsado en muchos municipios. La carencia de médicos que atiendan a los pacientes, debido a los bajos sueldos que perciben, más las fallas estructurales por falta de mantenimiento provocan que no se pueda garantizar el derecho a la salud.
Además, por la inflación y los problemas con las impor-taciones, en algunos establecimientos no cuentan con los insumos necesarios para realizar cirugías o trata-mientos.