Las pioneras

El baúl de los recuerdos. Con cuatro goles de Elba Selva, la Selección femenina venció 4-1 a Inglaterra el 21 de agosto de 1971. Ese triunfo le dio vida al Día de la futbolista argentina.

La lucha por la reivindicación está en su punto de mayor intensidad. Se milita el fútbol femenino con la misma pasión con la que las mujeres corren detrás de la pelota. Una pasión que es idéntica a la de los hombres. La cruzada por el reconocimiento no es nueva. Se inició hace mucho y tuvo su primera gran manifestación el 21 de agosto de 1971. Ese sábado, con cuatro goles de Elba Selva, la Selección argentina le ganó 4-1 a Inglaterra en la Copa Mundial disputada en México. Gracias a esa delantera zurda y a sus compañeras, en esa fecha se conmemora en nuestro país el Día de la futbolista.

La cancha de Boca albergó el 13 de octubre de 1923 el primer partido de fútbol femenino en la Argentina. Ese antecedente quedó perdido en el tiempo. A las mujeres les costó -y les sigue costando en pleno siglo XXI- gambetear a los prejuicios. Pero nunca abandonaron su amor por el deporte. Jugaron cuando y donde pudieron. Pelearon por conseguir su lugar. Lo siguen haciendo. Hace unos días finalizaron su participación en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda. Se fueron del torneo con un empate y dos derrotas. Su objetivo es ganar un partido. Lo importante es competir. Lo importante es jugar.

Salir a la cancha siempre fue una tarea difícil, tanto en la Argentina como en el resto del mundo. En Inglaterra, por ejemplo, el fútbol femenino estuvo prohibido durante más de medio siglo. A finales de la década del 60 Italia ya tenía su liga femenina. Por eso, en 1970 organizó la primera Copa Mundial, que fue ganada por Dinamarca. Las escandinavas se impusieron 2-0 a las azzurre en la final. El certamen contó con la participación de las locales, las nórdicas, Inglaterra, Alemania Occidental, México, Austria y Suiza. Fue el puntapié inicial.

La Selección saluda a la multitud en el estadio Azteca.

Si bien la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) no avaló esa competición, la pelota siguió rodando. Un año después, México, que había alcanzado un destacado tercer puesto en 1970, fue sede de la segunda edición. La organización corrió por cuenta de la Federación Internacional y Europea de Fútbol Femenino (FIEFF), la entidad que con más énfasis impulsaba el desarrollo de la actividad. El torneo quedó otra vez en manos de Dinamarca, que venció 3-0 a las dueñas de casa en el partido que definió el título.  

ARGENTINA DIJO PRESENTE

En ese tiempo se asistía a la Copa Mundial por invitación. La Selección argentina había jugado un amistoso con la mexicana en la cancha de Nueva Chicago y eso motivó el convite de las anfitrionas. En realidad, la denominación “Selección argentina” se antoja un tanto pomposa. No existía formalmente un combinado nacional, sino que el representativo albiceleste estaba conformado por un grupo de jugadoras que hacía giras por el interior para fomentar una actividad inédita en esos años. Tanto es así que no usaban la tradicional camiseta celeste y blanca por la simple razón de que no tenían camisetas. Y mucho menos respaldo de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).