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Las nuevas esclavitudes

Jorge llega luego de un ACV (accidente cerebro vascular) y se me presenta con movimientos parkinsonianos y falta de coordinación motriz. Era un consumidor ávido de cocaína y de crac. Su juventud (alrededor de 30 años) no concuerda con su apariencia física en donde luce avejentado y deprimido. Así siguen los pacientes con distintas dolencias: trastornos psicóticos, severos trastornos de personalidad con actuaciones delictivas o perversas, etc.
Jorge comenzó a los 14 años, época del “segundo nacimiento” del ser humano como es la adolescencia; de esta manera su desarrollo se estancó ya que la escuela o un oficio le eran imposibles de comenzar por sus conductas adictivas.
Este “segundo nacimiento” va seguido de un desarrollo neuronal que remodela todo el sistema nervioso que con el consumo queda alterado. Pensemos que el cerebro termina de madurar a los 25 años y justo en esos momentos recibe una agresión química que impide el proceso madurativo necesario.
Nos preguntamos todos los días el grado de degradación y autodestruccion del ser humano cuando funcionan automatismos ligados al consumo de drogas; especialmente la cocaína.
No olvidemos que nuestro país junto a Uruguay son los primeros consumidores de cocaína y marihuana en América Latina y la edad de iniciación al alcohol que junto a la nicotina son las primeras drogas de consumo comienza a los 12-14 años y dentro de un contexto de des-familiarización y de la desescolarización que en la Argentina se han tornado evidentes.
Además, muchos países caribeños y andinos dependen económicamente de la producción de drogas que muchas de ellas quedan en nuestros puertos y ciudades. El narco-marketing y la cancelación de la prevención escolar y familiar y la falta de estímulos a la apertura de centros para patologías complejas adictivas (por motivos políticos) hará el resto.

LA “VEDETTE” DE LAS DROGAS
Esta, la cocaina, se ha convertido en la “vedette” de las drogas ya sea mezclada con marihuana en el célebre “nevado” o el “homicida crac” que lleva al sujeto a repetir automáticamente el consumo cada veinte minutos ( fabricación de polvo de cocaina con bicarbonato y rompiéndolo en trozos pequeños o piedras , se fuma en dispositivos adaptados a ello generando gran dependencia). En este caso hay un dolor crónico o quemaduras de labios, lengua y garganta, deterioro de las piezas dentarias, perdida de peso considerable y desnutrición. Asimismo, observamos un gran cansancio físico que lleva paradójicamente al insomnio y a repetir las dosis.
La esencia de la adicción es que existe una desconexión entre nuestro pensamiento y nuestro cerebro de supervivencia. El cerebro de supervivencia no es verbal; es básicamente emocional e impulsado por el placer y buscando la supervivencia, no responde a la lógica o la razón o sea no se atiende necesidades básicas mas que la de consumir generándose una falta de regulación emocional, daños en la memoria y crisis de excitación psicomotriz.
Estos son síntomas de la alteración de la funcion frontal (estadio superior de la evolución de la especie) y así asistimos a la “primitivización” del ser humano liberándose el cerebro automático.
El ser libre se transforma en esclavo de sus automatismos; estos responden al llamado cerebro “simiesco” ya que regresamos a la etapa prehumana en nuestras conductas( violencia descontrolada, falta de límites, todo tipo de abuso y fundamentalmente actitudes destructivas hacia si o hacia otros).
La función frontal (etapa superior de la evolución) se va deteriorando y así las funciones sexuales, amorosas, vocacionales, laborales, etc. van quedando a un lado para solo conseguir drogas.
Se dañan funciones ejecutivas del cerebro como la planificación, la organización y la toma de decisiones, así como el control de los impulsos. Hay dificultad para establecer metas, mantener la atención en tareas complejas y regular el comportamiento, así como el control emocional.
Los daños en estas zonas contribuyen a cambios en el estado de ánimo, la expresión emocional y la capacidad para manejar el stress y la ansiedad. Por otra parte, las funciones sociales y relaciones interpersonales deterioran las habilidades sociales, la empatía, la comprensión de las señales sociales y la capacidad para mantener relaciones personales. Además, la memoria de trabajo, la autobiográfica y el aprendizaje de nuevas habilidades se resiente.
Así vemos personas que dilapidan fortunas o quiebran empresas no solo por decisiones equivocadas sino porque las fantasías perversas que se estimulan con las sustancias los llevan incluir el negocio del sexo, el juego, etc.
Lo mas notable es que se resiente el aprendizaje , la motivación queda “hipotecada” solo para consumir, las decisiones solo tienen un “norte” que es consumir sin importar las consecuencias.
Los cambios en el cerebro de la persona lo hacen vulnerable a personas, lugares, stress, “parafernalia” y ambientes adictivos; ahí se hace cierto el lema de Alcohólicos Anónimos: una copa es demasiado y mil son pocas. La memoria adictiva lo lleva a repetir conductas adictivas cuando aparecen alguno de estos elementos.
Cuando hay recaídas se regresa con mayor intensidad, la reexposición a la droga es letal en un cerebro que fue entrenado para drogarse; algo ya cambio en ese cerebro.
TRABAJOS TERAPEUTICOS
Elementos claves en la rehabilitación:
A- Rreconocer la adicción y la aceptación de la enfermedad.
B- Lograr un compromiso con la recuperación.
C- Eliminar el incentivo para el uso de drogas.
D- Fomentar comportamientos sin uso de drogas como respuesta a las recompensas biológicas y para generar el control (ejecutivo) sobre la búsqueda de drogas( talleres de arte, grupos de recuperación, psicoterapias, etc).
E- Fomentar permanentemente la abstinencia reentrenando el cerebro y la mente proveyendo una estructura y rituales de una vida màs sana (dormir, descansar, actividades físicas , salidas comunitarias, etc.).
F- Ofrecer sugerencias para una nueva manera manera de vivir y comportarse y al mismo tiempo trabajar las emociones negativas.
G- Proveer un mapa de vida sobrio con pasos precisos.
H- Ejercitar permanentemente un “recordatorio” de los cambios de conducta necesarios y un reforzamiento de los cambios.
I- El terapeuta debe estar siempre disponible y la intimidad del vinculo que se logre debe superar al “flash” que ocasiona el uso de drogas. El Maestro en Adicciones C. Oliweinstein (Paris) recomendaba que el encuentro terapéutico con el consumidor debe superar en intensidad emocional al encuentro con la tan ansiada y, a la vez, mortífera sustancia.
J- No hay salida posible si el paciente no logra establecer un sentido a su vida, en donde la motivación logre cimentar una vocación, un proyecto y una misión; sea un hijo, reestablecer una vida familiar, perdonarse, un trabajo o un oficio en el adolescente o terminar los estudios. Em fin una obra para si y para terceros. Parafraseando a Ortega y Gasset “solo nos salvamos con las cosas y nuestro salvavidas es la cultura”.