Guerra en Europa: Día 1.179

Las negociaciones de paz se basan en la realidad del campo de batalla

Hemos dicho varias veces en La Prensa que la guerra debe analizarse desde cuatro niveles:

a) El estratégico nacional, donde se emplean todos los factores del poder nacional en la guerra.

b) El estratégico militar (en guerra), los factores políticos, económicos y diplomáticos apoyan al factor militar para imponer la voluntad propia al enemigo.

c) El nivel estratégico operacional, que articula las operaciones aéreas, terrestres, navales, especiales, de información, ciber, operaciones humanitarias dentro del Teatro de Operaciones para crear las condiciones al nivel táctico. En la estrategia no hay tiros ni cañonazos, hay solo lucha de voluntades

d) El nivel táctico. Sus factores son tiempo, espacio y poder de combate. Tiene el propósito de librar las batallas y combates.

Vemos que a menudo se confunden estas cosas. Hoy a nivel estratégico, la pregunta es cómo terminará este conflicto a medio o largo plazo.De allí que la atención está centrada en las negociaciones en Estambul capital de Turquía.

NO FUE PUTIN

Después de muchas postergaciones, la cuestión de la cumbre de Estambul finalmente se resolvió: Putin evitó ir, pese a la insistencia de Zelensky en un encuentro cara a cara, pero envió una delegación encabezada por Vladimir Medinsky, quien también había sido jefe de la delegación rusa durante las primeras negociaciones con Ucrania, que tuvieron lugar entre abril y principios de mayo de 2022 y fueron voladas por Occidente en el momento de la firma. El inefable Boris Johnson mató la paz en Ucrania, y así lo hemos dicho en esta columna muchas veces. La Pérfida Albion…

Con el paso de las horas, se hizo evidente que un encuentro cara a cara entre Putin y Zelensky, cuando las negociaciones ruso-ucranianas aún no habían comenzado, no habría producido nada. De hecho, probablemente se habría repetido lo que ocurrió en la Casa Blanca cuando el presidente ucraniano irritó deliberadamente a Trump.

Con la salvedad, que Trump es el presidente de Estados Unidos y Zelensky se vio obligado a ser más moderado, mientras que con Putin la historia habría sido diferente. La idea de la narrativa, que finalmente se anunció, era mostrar al mundo que el presidente Putin no quería la paz y demostrar que era capaz de enfrentarse a él.

Según fuentes serias, la intención del presidente ucraniano era aún más nefasta. De hecho, había declarado que, si Putin se negaba a reunirse con él en Estambul, como era obvio a menos que hubiera cambios repentinos, todo se derrumbaría, habiendo dicho que no veía "ninguna razón" para enviar una delegación. Un intento de sabotear una cumbre que podría abrir la puerta a negociaciones reales, dada la presencia de mediadores estadounidenses de alto perfil como el enviado de Trump, Steve Witkoff, y el secretario de Estado, Marco Rubio.

Como escribió The Washington Post, los patrocinadores occidentales de Zelensky, en primer lugar Estados Unidos, lo convencieron de no cancelar la reunión entre las partes (mientras escribimos, por ahora solo ha hablado con Erdogan).

Una reunión entre Putin y Zelensky, si alguna vez la hay, solo tendrá lugar en el momento de una firma importante, una tregua o un acuerdo final, cuando se hayan aclarado todos los detalles del posible acuerdo, como sucede en toda negociación que se precie y que antepone la sabiduría de la diplomacia a las razones del espectáculo.

Por otra parte, Zelensky siempre ha antepuesto lo último a lo primero, como señaló Alex Vershinin (teniente coronel (R) con diez años de experiencia en primera línea en Corea, Irak y Afganistán) en Responsible Statecraft en un artículo muy bien documentado en el que explica cómo el presidente ucraniano ha enviado a sus soldados a la matanza (Kursk) o defendido ciudades indefendibles hasta el último suspiro (Bajmut), solo por razones de propaganda, causando bajas innecesarias a su ejército, que ahora está reducido al agotamiento y en riesgo de colapso.

Esto se debe a que la guerra de Ucrania, después de la fase inicial, se convirtió en una guerra de desgaste, con los rusos diezmando al ejército ucraniano gracias a su potencia de fuego y a sus recursos humanos, mayores y mucho mejor entrenada.

Sobre este último punto, Vershinin señala que mientras los reclutas rusos van al frente después de un duro entrenamiento, Kiev envía allí a reclutas recogidos en la calle que apenas saben manejar un fusil. Esto, combinado con la mejor capacidad de los rusos para gestionar unidades.

Esta diferencia en preparación y organización, combinada con la mayor potencia de fuego y recursos a los que Moscú podía recurrir (no solo en la esfera militar), convirtió a los soldados ucranianos en víctimas sacrificiales, tanto que, como señaló el ex marine estadounidense Troy Offenbecker, que luchó con los ucranianos: “La esperanza de vida promedio de un soldado ucraniano ha caído a unas cuatro horas”. A estas alturas, incluso los arsenales de los países de la OTAN están agotados, añade Vershinin, incluidos los misiles de largo alcance con los que Kiev esperaba cambiar el rumbo del conflicto acosando a Moscú para obligarla a rendirse (la analogía con los V2 alemanes es clara). Solo quedan los Taurus de Alemania, pero sigue siendo poco probable que tengan el impacto esperado. Como explica Vershinin, en una guerra de desgaste como esta, la conquista de territorio es mucho menos importante. La lucha a menudo se centra en el mismo territorio, con poco movimiento, hasta que un bando ya no puede sostener el conflicto. La Guerra Civil Española y la Primera Guerra Mundial son ejemplos contundentes de ello. Estas guerras permanecieron mayormente estancadas hasta el último momento, cuando un bando capituló. La guerra en Ucrania sigue la misma trayectoria.

De ahí la necesidad de que Kiev establezca un alto el fuego que le permita respirar. Esta es la motivación de la incesante exigencia de Zelensky y sus patrocinadores occidentales. Pero Rusia no quiere una tregua que suponga una reanudación del conflicto, como ocurrió en la primera guerra del Donbass.

FACTOR TRUMP

Hay un tema en discusión y es un interrogante a confirmar: Donald Trump ha cambiado la política estadounidense hacia Ucrania, pasando de "el tiempo que sea necesario" a buscar un acuerdo de paz negociado. Estas negociaciones se basarán en la realidad del campo de batalla. La parte con mayor ventaja dictará los términos.

Esto se complica si no se establece un alto el fuego durante las negociaciones y el campo de batalla se mantiene dinámico. Las partes beligerantes pueden realizar operaciones ofensivas mientras las negociaciones avanzan para mejorar su posición negociadora.

Históricamente, en muchos conflictos, las negociaciones de paz duraron años, incluso mientras la guerra se prolongaba, como en las guerras de Corea y Vietnam. Por lo tanto, el equilibrio de poder, medido en recursos, pérdidas y calidad del liderazgo estratégico, es crucial para el resultado de las negociaciones.

Pero también podemos seguir la opinión del Coronel Fernando Duran: “La primera cuestión de naturaleza estratégica es el retiro de Estados Unidos de las negociaciones de paz y la creación de un fondo para la reconstrucción de Ucrania. Ambas cuestiones previsibles ya que Trump ni siquiera defiende los intereses norteamericanos sino los intereses del grupo de megamillonarios tecnofeudales”

CAMBIO ESTRATEGICO

Como dijimos al principio, hay niveles de la guerra. Y en estos días se produjo otra noticia importante proveniente de la Estrategia Nacional.

Andrey Mordvichev ha sido nombrado nuevo comandante en jefe de las Fuerzas Terrestres Rusas. El general lideró el Asedio de Mariúpol, la batalla de Avdiika y la actual ofensiva en Pokrovsk. Fue condecorado con el título de Héroe de la Federación Rusa en 2024.

Esto es un mensaje estratégico a la OTAN y también confirma que el esfuerzo operacional principal es Pokrovsk y Kostiantynivka tras los éxitos en la carretera que une estas ciudades y los últimos avances en Chasiv Yar, Toretsk y frontera con Dnipropetrovsk.

Todos los bien intencionados esperamos una paz duradera, algo que Zelensky, obedeciendo a los líderes europeos más que a los EE.UU., no quiere, porque la guerra hasta el último ucraniano debe seguir manteniendo a Rusia enredada en esta situación crítica. Tal es la lógica de las guerras interminables, a las que se ha entregado el presidente ucraniano en detrimento de su nación, destinada a desaparecer si Zelensky persiste en esta posición.

Hasta el momento, las exigencias de Rusia son claras: mantener el control de los territorios conquistados, impedir que Kiev se una a la OTAN y limitar la militarización de Ucrania. Si Kiev no acepta, la guerra continuará.

Finalmente, podemos agregar: desde Ucrania hasta el Medio Oriente, a través de la guerra arancelaria con China, las iniciativas diplomáticas, militares y económicas de la administración Trump hasta ahora han dado pocos frutos. Los esfuerzos de negociación de Washington en el frente ucraniano, en Gaza y en la cuestión nuclear iraní han logrado resultados que van desde el probable fracaso hasta la continuación de conversaciones precarias y hasta ahora no concluyentes. La guerra en Europa continúa.

* Director del Instituto ELEVAN.